El sillón de la Subsecretaría de Pesca de Chubut seguirá vacio. El gobernador Martín Buzzi recibió el segundo rechazo al segundo ofrecimiento del cargo. La oceanógrafa Liliana Inés Scioli continuará ocupando la parsimoniosa y bien remunerada vocalía de la Administración de Parques Nacionales, ya que desestimó la posibilidad de incorporarse al gobierno provincial para tener a su cargo la administración pesquera chubutense.
Si bien había solicitado diez días para responder al ofrecimiento, la cerrada postura en su contra que formularon las empresas enroladas en la CAPIP y otras independientes, precipitaron la decisión de Scioli, al observar que su posible llegada a Chubut carecía del consenso mínimo necesario para desarrollar la función con alguna expectativa de éxito.

Tensión en Puerto Madryn

A nadie escapa también que en este fin de año, se presenta una escalada de conflictividad en Puerto Madryn, focalizada en la principal pesquera de la provincia como lo es Alpesca, por su incierto destino. A lo que se suma un particular contexto de debilidad política de la gestión provincial que incluso ayer obligó a la Ministro de Agricultura, Ganadería, Bosques y Pesca a ser sometida a una interpelación en la Cámara de Diputados a raíz de un crédito por diez millones de pesos que el gobierno le otorgó, sin las mínimas garantías necesarias, a la empresa Alpesca, cuyo titular, Héctor Omar Segundo (alias “el cura”) acaba de ser recientemente procesado por la Justicia Federal de Rawson en una causa de narcotráfico, por el presunto hecho de almacenamiento de estupefacientes en otra de sus pesqueras.

Irregularidades

Scioli también habría evaluado que de haber asumido al frente de la Subsecretaría de Pesca de Chubut, en algún momento se iba ver obligada a tener que responder políticamente por el escandaloso reemplazo de barcos que se precipitó en los últimos meses en la flota amarilla de Rawson.
Hace un mes la cartera pesquera provincial está sin brújula, aunque el ex subsecretario Luis Gabriel Pérez se mantiene en una zona gris, renunció, pero después lo llamaron para que siga hasta que asuma su reemplazante, aunque ayer no acompañó a la ministro de Agricultura a la interpelación, y por esa cartera lo acompañó el Director General de Pesca, Ernesto D’Alessandro.
En este marco, hay voluminosos expedientes paralizados y se llega al último mes del año con un cuello de botella, no solo con trámites administrativos irresueltos, sino con una enorme falta de decisiones políticas sobre el sector.

Fósforo apagado

Antes que se barajara el nombre de Liliana Scioli, el Ejecutivo había considerado la posibilidad que el jefe de asesores de la Comisión de Intereses Marítimos y Pesca de la Cámara de Diputados de la Nación, Omar Moisés Rapoport, volviera a ocupar el principal despacho de la administración pesquera chubutense. El madrynense no aceptó la convocatoria del gobierno, lo que obligó a la gestión de Martín Buzzi a volver a sondear potenciales candidatos para reemplazar a Luis Pérez.

Papelón por dos

El 18 de noviembre, el subsecretario de Medios, Santiago Fernández Novoa, el vocero de Buzzi, protagonizó un bochornoso anuncio oficial. Ese día confirmó que Jorge Aleua juraría al día siguiente como Ministro de Medioambiente, y que en los días posteriores haría lo propio Liliana Scioli en la Subsecretaría de Pesca. Ninguno de los dos asumió.
La ex funcionaria santacruceña, actual integrante del directorio de Parques Nacionales había pedido 10 días para responder a la convocatoria, pero desde el gobierno interpretaron que en 10 días ella asumiría el cargo, ese destrato y manoseo de nombres también coadyuvaron a que respondiera por la negativa, aunque uno de los motivos que más habrían incidido fue la abierta y pública reacción en contra que expresaron las empresas enroladas en la Cámara Argentino Patagónica de Industrias Pesqueras; lo que se interpretaba como un enfrentamiento o fricciones antes que asumiera.
Así las cosas, quien se atreva a asumir, apenas después de prestar juramento y antes de enfrentar el convulsionado sector pesquero, deberá someterse a una rinoscopía, tal como lo ordenó por decreto el gobernador Buzzi para todos sus funcionarios, para desechar sospechas sobre adicciones. La pintoresca ‘política de Estado’ que implementó Chubut en su lucha contra el narcotráfico.

Fuente: Revista Puerto