COSAS QUE IMPORTAN

Todos piensan cambiar el mundo…

Dra.Patricia Chambón de Asencio
(patriciaasencio@gmail.com)

“Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo.”
– León Tolstoi –

No hace falta ver los noticieros para saber que el mundo en el que hoy vivimos es un sitio convulsionado por el oleaje de diversos acontecimientos que nos llevan de un extremo a otro en el espectro emocional. Pasamos de maravillarnos por último descubrimiento de la ciencia para mejorar la calidad de vida humana a horrorizarnos por los actos deshumanizados que día a día continúan sucediendo en todas partes del Planeta.

Sin embargo, no es absolutamente necesario acceder a la información de las empresas internacionales de noticias para saber qué sucede esencialmente en la Comunidad Humana. Podemos leer la realidad “esencial” de las interacciones humanas en nuestra pequeña comunidad, en nuestro barrio o en nuestra ciudad. Así es, hay un patrón de comportamiento que se repite de mayor a menor escala y viceversa, en todos los grupos humanos. Como sucede aquí, en la realidad que vivo cada día, está sucediendo en una realidad más amplia en alguna otra parte del Mundo. Como sucede aquí, entre mis vecinos, de igual manera está sucediendo entre los que dirigen mi País. Como sucede entre los que dirigen el País, de la misma forma sucede entre los que dirigen los intereses del Mundo. Cambian los escenarios, las vestimentas, el lenguaje, la cultura… pero esencialmente sigue recreándose la misma trama, el mismo acontecer… el drama humano.

La misma historia contada de diferentes formas. La misma novela que una y otra vez repetimos sorprendidos, enojados, apasionados, ofendidos, enamorados, ilusionados. Todas estas historias que vemos, que nos cuentan y que nos contamos día a día… todas tienen un factor común: el Mundo está allá afuera y yo soy solo un espectador. Soy espectador de cosas “que no puedo” cambiar. Me informo “mirando” la TV, el diario o el fb. Me involucro opinando, dando a conocer mi visión. Critico. Hago suposiciones fundamentadas en mi forma de ver la realidad y confronto con otros que tienen otras formas de verla. Se generan interminables discusiones en las que las ofensas mutuas abundan tanto como los descargos personales. Estas “diferencias” pueden terminar en separaciones, persecuciones y hasta guerras. Hasta que finalmente se llega a algún tibio acuerdo, después de un tiempo considerable, donde se discutió bastante para que nada cambie demasiado.

Este drama humano, esta tragicomedia que venimos sosteniendo hace miles de años, está sustentada en la creencia de que “hay que cambiar algo allá afuera”. Y así… ¡sigue siguiendo!
Y seguirá siguiendo, mientras no cambiemos “esa” forma de ver la realidad. Mientras sigamos proyectando “afuera” lo que no vemos “dentro” de cada uno de nosotros. Mientras no nos demos cuenta de que lo de “afuera” es reflejo de lo de “adentro”. Esto que “no vemos” en nosotros mismos se nos cuela día a día y contamina nuestras relaciones, nuestros proyectos, nuestra vida toda.

Carl Jung, Médico Psiquiatra y Psicólogo, decía: “Lo que no se hace conciente se manifiesta en nuestras vidas como destino”. Vivimos en una época donde hay demasiada gente, demasiada explotación, demasiados crímenes, demasiada polución, demasiadas armas nucleares. Todos reconocemos y censuramos estos abusos aunque al mismo tiempo nos sentimos incapaces de solucionarlos. Pero ¿qué podemos hacer realmente con todo esto?

La mayoría de las personas destierran a la sombra de la inconsciencia sus cualidades inaceptables o lo que no quieren ver de sí mismos porque es desagradable, doloroso o los avergüenza. Sin embargo, por más esfuerzo que se haga para ocultar estos aspectos rechazados de uno mismo, se filtran y se expresan en conductas “impensadas”. El hecho es que cuando tenemos un deseo muy intenso y lo relegamos a la “sombra”, al terreno de lo inconsciente, opera desde allí sin tener en cuenta a los demás.

Jung decía: ”la sombra sólo resulta peligrosa cuando no le prestamos la debida atención”. Cuando mantenemos una relación adecuada con la sombra re-establecemos el contacto con nuestras capacidades ocultas. El trabajo conciente con nuestra sombra nos permite aumentar nuestro conocimiento y aceptarnos de una forma más completa. Encauzar adecuadamente las emociones negativas que irrumpen inesperadamente en nuestra vida cotidiana. Liberarnos de la culpa y la vergüenza. Reconocer las proyecciones que tiñen continuamente nuestra opinión de los demás. Sanar nuestras relaciones mediante la observación sincera de nosotros mismos y la comunicación auténtica. Utilizar nuestra parte creativa, a través de los sueños, la escritura, el dibujo y la pintura, para hacer conciente y expresar nuestro yo inconsciente que permanece alienado en la sombra.

Es tiempo de que dejemos de jugar a las escondidas con nosotros mismos. Es tiempo de que descubramos en nosotros mismos nuestra parte doliente que se niega a cambiar y que a la vez tiene el poder redentor para transformar nuestra vida y nuestros valores. Hasta tanto no hagamos eso, será inútil toda lucha que emprendamos hacia afuera. No intentemos cambiar el Mundo. El Mundo cambiará cuando cada uno de nosotros cambie.

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