El desgobierno suele ser uno de los síntomas más preocupantes para el pueblo. Es que nuestra gente está acostumbrada a casi todo, incluso a veces con un corrimiento del umbral de la sorpresa política que hasta da miedo. Pero hay que decirlo, nunca se termina de adaptar a la silla vacía. A nivel nacional la notable ausencia de Cristina viene generando las más intrincadas especulaciones, pero no es menos cierto que su situación de salud la termina salvando -por ahora- del mal pensar definitivo. Y en todo caso, ante la ausencia de la Presidenta, una especie de primer ministro con fuerte ejercicio de mando, como Capitanich, logra llenar el espacio.
En Chubut en cambio la ausencia de Martín Buzzi es igual pero diferente. Pese a la acuciante situación económica financiera del gobierno, donde no se está cumpliendo prácticamente con ningún compromiso con el grueso de los proveedores del Estado desde hace más de seis meses, no se sabe si comenzarán las clases, y el sector privado está agarrado de las uñas de los mapas productivos que quedan en pie, el Gobernador decidió irse de vacaciones al mejor estilo estadista norteamericano. Para colmo dicen que en contra de toda sugerencia de la Presidenta, se habría ido nada menos que al país del Norte, tierra de Micky Mouse y perro Pluto. Otros aseguran que recalaría por las tierras de Lula, donde guarda muy buenos recuerdos y mantienen buenas amistades enhebradas en su época de ministro de la Producción de Mario Das Neves, un portugués que además de parecerse a Lula siempre le recomendó a Buzzi sembrar vínculos en el país de la alegría.
Estas dudas de la chusma serán seguramente salvadas este fin de semana cuando Martín regrese a casa. El domingo hará una pasada por Epuyén, donde hay fiesta. Y el lunes llegará a Rawson, donde el tostado que luzca podrá ser evaluado si en definitiva es de playa o de nieve. El receso del Gobernador sería lo de menos si por lo menos hubiera alguien legitimado que ejerciera el poder. Por el contrario, la voz cantante que dejó Buzzi es la del ministro Coordinador, Miguel Castro asumido hace apenas dos meses, referente del Provech, espada dilecta de Das Neves y primera fila en la última arenga opositora que plantó Massa en Trelew.
¿Cómo se come entonces el discurso que Buzzi pretende ser Nac&Pop pero delega su bastón de mando al massismo?, nadie sabe exactamente.
Lo que sí se sabe es que este engendro de contradicciones idológico-partidarias que ha evidenciado la gestión hasta ahora, parecería que se va degrando más y más a medida que avanza el corto camino a 2015.

Todos a laburar, menos uno

Mientras Buzzi emprende su regreso vacacional, justo a tiempo para salvar a algunos funcionarios rehenes, hay un buen número de intendentes y dirigentes que no se enteraron aún que empezó el verano y el relax merecido. Y eso es por los tremendos conflictos que deben atajar. Al que se lo ve apenas regando en el horario autorizado y muy avanzada la noche, es al ajetreado intendente de Madryn, Ricardo Sastre. La falta de ingresos coparticipables junto a los interminables conflictos del sector productivo que debe afrontar han puesto al mandatario en el ojo de la tormenta que no ataja la Provincia. El déficit que viene de Rawson no solo le explota mes a mes su propia estructura, sino que depende la semana debe ´manguerear´ las gomas encendidas en su puerta de la UOCRA, la pesca, el comercio, y hasta preocuparse por lo que pudiera suceder con la disminución de actividad de Aluar.
Tampoco Máximo Pérez Catán optó por interrumpir sus tareas. Sabe que el mes viene duro, por eso apenas optó por recorrer el fin de semana la cordillera y regresar al Palacio de la calle San Martín. Dicen que si puede generar un mínimo de previsibilidad prefiere irse unos días en febrero.
El “Tano” Di Pierro tampoco se fue muy lejos. Ayer mismo enfilaba rumbo a Rawson, preocupado ante la inercia reinante y en todo caso para seguir de cerca la aprobación en la Legislatura del acuerdo con YPF, un paso que le dará cierto respiro a Comodoro Rivadavia, si luego se ejecuta en los hechos, claro.
En este marco, los que están que trinan con el Ejecutivo son en definitiva los diputados. Que debieron suspender su receso formal, para otorgar la sesión extraordinaria que permitirá poner a andar el engranaje de dinero que estaría faltando al buzzismo, por lo menos en lo que va de la primera quincena de 2014.

¿Dónde anda cada uno?

En fin, el verano da para todo. Quienes siguen las recomendaciones de mantener el consumo nacional, prefieren siempre la costa Atlántica. En ese esquema, Pinamar vuelve a ser un destino vip de los políticos argentinos. Como en los 90, es la playa elegida por las clases de mayor poder adquisitivo de la Argentina, pero también por los funcionarios y dirigentes que prefieren compartir la gran vidriera que lideran algunos famosos. La zona de La Herradura, un barrio cerrado que está a dos kilómetros de la costa, con cancha de polo y pista de equitación, es un buen sitio para ver pasar caras conocidas. Sergio Massa y Martín Insaurralde, suelen reconocerse detrás de las más raras gafas y gorras.
En la zona Norte tienen su casa el empresario Daniel Vila y su mujer, Pamela David. También veranea por esas latitudes el secretario de Legal y Técnico de la Nación, Carlos Zannini, y el ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados. Florencio Randazzo es otro de los habitués en Valeria del Mar, y Anibal Fernández, que solía andar por Villa Gesell, ahora optó por el parador Hemingway, de Cariló.

Mar del en campaña

El fin de semana la costa de Mar del Plata vio pasar a muchos oficialistas y opositores para sacarse la foto y sostener la cara. Fue una semana de cumpleaños, aunque de perfiles bastantes bajos. Daniel Scioli sopló las 57 velitas en el Hotel Provincial básicamente con familia y algunos políticos amigos. Juan Carlos “El Chueco” Mazzón eligió un Parador de Playa Chica para brindar por los bien recibidos 70 años. Y Hugo Moyano dicen que bailó de lo lindo pero en una residencia familiar de la “Perla del Atlántico” también festejando los 70. De todos ellos, Scioli no para de trabajar. De hecho se instaló en su campo de operaciones en Tandil, y desde allí parte todos los días hacia localidades de la costa para actos y presentaciones deportivas. Una mezcla que le da resultados y además lo divierte. El sábado por ejemplo le ganó a un equipo sanjuanino que integraba el vicegobernador de esa provincia, Sergio Uñac.
El domingo, volvió a darle a la redonda, y luego compartió cena muy de madrugada. Dicen que no hizo viajar a nadie, pero hubo turno de saludos de varios ministros: Alberto Pérez, Cristian Breitenstein, Eduardo Camaño, Silvina Batakis, Cristina Álvarez Rodríguez, el presidente del Banco Provincia Gustavo Marangoni, y unos pocos acompañantes permanentes como Karina Rabolini y el infaltable Rubén Massouli. Era una hora dura para gente que ata el descanso a la tarea de gestión y con poca rentabilidad en materia de exhibición pública. El equipo contra el que jugó era de Chubut… Se llama Club Clear y tiene buena banca.