El traspaso de mando que realizó ayer Martín Buzzi producto de las vacaciones que inició fuera de Chubut, dejó entrever el estado de situación política que rodea al Gobernador. En principio y tal como define la Constitución de la Provincia, le delegó “formalmente” la titularidad del Ejecutivo, al vicegobernador Gustavo Mac Karthy, pero explícitamente ordenando que todas las decisiones serán tomadas por el ministro Coordinador, Miguel Castro.
O sea, Buzzi expone con esto que el distanciamiento de su compañero de fórmula es más que de diferencias circunstanciales, y por el contrario abre una brecha definitiva en la conducción de los dos años de gobierno que faltan con un ninguneo alarmante.
En Argentina, un Vicegobernador es quien reemplaza al Gobernador de la provincia en caso de ausencia, muerte o destitución, porque ambos son los representantes del Poder Ejecutivo, y además, el vice es el presidente de la Legislatura Provincial. Con este esquema, en un sistema democrático, donde el pueblo vota en las urnas una fórmula gobernante, exponer tamaño desplante podría considerarse lisa y llanamente que se está ante la presencia de un avasallamiento de los derechos de los propios electores, que bien podrían sentirse traicionados por el manejo discrecional de los espacios de poder. ¿Pero quién podría sorprenderse de algo o cuestionar tan sólo un poco los usos y costumbres a los que nos viene acostumbrando la depreciada política provincial?
No es nada nuevo que las diferencias ideológicas y políticas entre Buzzi y Mac Karthy son evidentes y han ido ampliándose con el correr del mandato. A partir de las últimas elecciones legislativas, Buzzi optó por depurar el gabinete y correr a todo lo que no respondiera exclusivamente a su armado personalísimo.
De hecho, dicen los observadores finos que los sellos partidarios fueron para el actual titular del Ejecutivo una pesada carga de mantener. “Arrancó en la UCD, fue afiliado de la UCR hasta no hace mucho, se volvió peronista, ganó con el Modelo Chubut, se pasó al Frente para la Victoria y terminó traicionando a todos”, estampó no hace mucho un peruca de la primera hora.

“Kukito”, el hombre de amianto

De arranque, Gustavo Mac Karthy fue considerado el “factor político” de la fórmula ganadora que plantó Das Neves en 2011. Si bien el ex gobernador lo relegó a segundo plano, posiblemente por viejas cuitas con su padre, y sobre todo sabiendo de la perspectiva que podría alcanzar el joven abogado, Mac Karthy tenía todas a favor para ser el titular por su buena perfomance personal y su influencia dentro del Partido Justicialista. Pese a todo, aceptó su rol de segundo de Buzzi, aunque con una función activa en el Ejecutivo.
Fiel a su estilo de bajo perfil pero de armado permanente, “Kukyto” fue posiblemente quien mantuvo diálogo más fluido con todos los sectores políticos. A pocos meses de la asunción, el ex intendente de Trelew, hablaba no sólo con el dasnevismo con quien rompió de manera inmediata Buzzi, sino que fue quien más construyó vínculos de hecho con referentes del Frente para la Victoria local.
Además, desde un primer momento Mac Karthy dejó entrever su postura respecto a la relación con Nación. “Es una reclamo de la sociedad chubutense que se recomponga la relación con el Gobierno nacional. Por una cuestión de responsabilidad como futuros gobernantes tenemos que mejorar la relación. Tenemos que mantener una actitud responsable de mejora institucional”, dijo incluso llegando expresamente a pedirle a Buzzi “volver a peronizar” la provincia y tender puentes, en momentos en que el Gobernador se había distanciado del dasnevismo y no comulgaba aun del todo con el kirchnerismo.

Todo roto

Pasaría mucha agua bajo el puente de Fontana 50 desde que asumieron los dos jóvenes elegidos por don Mario para empujar la herencia y cuidar el bastión, hasta la fecha.
Ese torrente se llevó no sólo los bastiones del Frente Peronista dentro del gabinete, sino también los yauharistas y los kirchneristas puros. En su lugar llegaron algunos propios de Buzzi y otros adoptados, como el provechista Miguel Castro, a quien fue el mismo Mac Karthy el que le recordó no hace mucho la importancia de “En política lo que hay que mantener es la coherencia”, una cualidad que señalan como no propia del ex intendente de Cholila.
La gran brecha se abrió cuando Mac Karthy apoyó firmemente la candidatura del ex ministro Norberto Yauhar y se mantuvo vinculado al referente K a posteriori de las elecciones. Acto seguido, el gran ganador de la diputación, Mario Das Neves se sentó con Mac Karthy como primer contacto y nexo con el gobierno provincial. Todos estos gestos fueron marcando un territorio propio del vice, que expone tener capacidad para recomponer parte del peronismo.
¿Qué cosas distanciaron tanto a Buzzi de Mac Karthy? Dicen que más allá de las ideas, y como mide uno y otro en el ‘peronómetro’, el modo de hacer política o los celos de protagonismo y vínculos, al comodorense lo obsesiona el manejo de los negocios del Estado y la disponibilidad exclusiva y sin dar explicaciones casi a nadie de la caja, por eso decidió apoyar todo su andamiaje de conducción en Castro, Ruffa y Juan Martín, además de los avezados y siempre listos asesores externos que lo rodean en las sombras. Compartir el mando significaría repartir responsabilidades y también dar explicaciones, algo que la actual conducción de gobierno por ahora no estaría dispuesta a dar. Entre tanto y casi acercándose a la capacidad de ‘aguante’ de Daniel Scioli, aunque con marcadas diferencias, Gustavo Mac Karthy se sigue bancando todas, incluso cuidarle la reposera a Martín mientras se va de vacaciones. Ayer mismo dicen que preguntaban desde Nación, ¿cómo se come el garrón que Buzzi otra vez le sirve al FpV? Habrá que ver…