El stand by en el que entró el conflicto de Alpesca por 30 días (aunque febrero tenga 28) permitió descomprimir un poco la tremenda tensión social que se estaba dando en el NE provincial. Es que además de las complicaciones que las protestas generaron en otros sectores económicos, los cortes afectaron en ruta a múltiples casos de personas con problemas de salud, con urgencias por trámites impostergables, a turistas con bebes y personas mayores demorados en una doble vía sin derivadores, y otras tantas situaciones que hicieron que los entendibles reclamos de los trabajadores no siempre encontraran el nivel de solidaridad esperado.
Dicen que la flexibilización de la medida le sacó un lastre de encima por unos días al ministro Miguel Castro, que ha venido patinando sistemáticamente con la gestión de este conflicto, al punto de casi significar su renuncia hacia el fin de semana. Entre otras cosas ayer se supo que de continuar la situación con los subocupados, peligraba hasta la Fiesta del Asado que el hombre impulsa todos los años en Cholila. Es que no faltó la propuesta de desplazar a los mil trabajadores de Alpesca hasta la paradisíaca tierra del intendente renunciado para degustar algunos de los corderos, de no llegar a cobrar algo de lo que venían reclamando, en una especie de “tour de acreedores”.
La inoportunidad de anunciar tamaña ostentación de carne en el oeste, cuando en el este se está a cornalito limpio, y para colmo que venga de la mano del ministro que no ha logrado encontrar una idea ante el colapso de la pesquera más grande de la Patagonia, no fue precisamente un paso oportuno por parte del Gobierno, dicen.
Tampoco sonó a la altura de las circunstancias que el gobernador Martín Buzzi se negara a recibir a los obreros de Alpesca tal como lo había comprometido Castro, y sí eligiera reunirse con el más distendido visitante que se coronó campeón de jineteadas en Jesús María. Completándolo con una gestión de rutina, al concurrir a testear las nuevas barandas en la bucólica cascada Nant y Fall. No está mal como actividad menor, pero un poco inoportuna tal vez para el momento en que tenía varias rutas cortadas, turistas varados por doquier, los dos principales puertos de ultramar inactivos y la mayor empresa exportadora bloqueada. Además de un muerto y otros afectados por hantavirus. Una postal de lo urgente y lo importante para el poder político, muy diferente a la del común de los ciudadanos.

Muy diferente

Una actitud bastante diferente en cuanto a enfoques de trabajo del FpV, lo mostró por ejemplo el chaqueño, Jorge Capitanich. El hombre se pasó todo el fin de semana en su despacho de Balcarce 50 afinando las medidas que serían anunciadas este lunes, y sin dejar nada librado al azar. Entre otras cosas, hasta bromeó con la ´no abolición de la esclavitud´ en el lugar donde se ubica su escritorio. No sólo trabajó sin destajo en línea permanente con la Presidenta que se encontraba en Cuba, sino que amenizó a los suyos con relatos con mucho sentido y memoria en los momentos de descanso con algún alimento y mucho mate. Recordó por ejemplo cuando debió pasar -cuando era funcionario del duhaldismo- los 40 días de feriado cambiario y la transición de los ministerios de Economía de Jorge Remes Lenicov. A los que critican pidiendo un plan integral les recordaba que esos programas hay que mostrarlos de a poco. De memoria, contó la charla con Roberto Lavagna en un viaje en auto cuando éste iba a asumir el Ministerio de Economía en 2002 y le reseñó las medidas que tomaría de a poco: pasar de una economía basada en el coeficiente de variación salarial (CVS) al coeficiente de estabilización de referencia (CER), que fue una de las creaciones de Capitanich de aquel tiempo; el rescate de las cuasimonedas; y trabajar con los bancos para las compensaciones por la pesificación asimétrica. “Coqui” no sólo entretuvo, dicen, sino que marcó oportunamente un contexto que a veces está ausente cuando se reseñan los hechos al calor del hora a hora.

Ojo con las deudas

La Ciudad de Buenos Aires es uno de los mayores emisores de deuda con ajuste «dollar linked» con u$s 760 millones lanzados desde octubre de 2012. Chubut es otra de las provincias. Dicen que la falta de olfato o de información fina de la devaluación del peso va aumentando la deuda de la plata que hay que devolver. Al día siguiente de la última toma de deuda por ejemplo, Buenos Aires ya debía un 12% más por la suba a 8 pesos del dólar oficial. La falta de timing les costó a los porteños 17 millones de dólares en 24 horas.
En nuestro caso, la emisión de deuda atada al tipo de cambio oficial cuenta con ingresos que varían con el dólar, como regalías petroleras. Pero Buenos Aires se endeudó por alto monto y sin cobertura. A lo único que puede apelar Macri es al pago de impuestos que hacen los contribuyentes, que sufrirán con la suba de tasas.
Es probable que los ´genios´ que asesoran a Martín Buzzi de tomar toda la deuda junta y mantenerla en el banco, le hayan sugerido ahora por ejemplo invertir algo en obras para no tener la plata quieta que además genera intereses y en un dólar más alto. El anticipo de un 20% de monto de obras públicas y la casi ruptura con PAE que se resiste a pagar el doble de regalías, serían consecuencia de todo este cambio de escenario macroeconómico, dicen los entendidos.

El lugar en el mundo

Entre otras cosas PAE lamentó que Buzzi se enoje por no lograr cobrarles más. Sin embargo don Bulgheroni ni se conmovió ante el berrinche del mandatario chubutano. Es que por estos días la atención de Carlos estuvo puesta en la cumbre de Davos, Suiza, de la cual es miembro destacado. Allí participó de martes a jueves, entre otros argentinos como Mario Blejer, Eduardo Elzstain, Enrique Pescarmona, y Martín Eurnekian, sobrino de Eduardo, que es directivo del grupo con sede en el Uruguay para administrar los aeropuertos que tienen por el mundo. El único político criollo en aparecer por la distinguida cumbre de negocios fue Mauricio Macri, quien dicen que lamentó que nadie del Gobierno viajase, porque es una oportunidad no sólo de networking en el techo del mundo, sino porque esta vez la Argentina terminó siendo tema central, especialmente después de los anuncios del viernes sobre el mercado de cambios, que motivó intervenciones de varios mandatarios y funcionarios. Entre ellos la poco simpática Christine Lagarde, directora del FMI, dicen que dijo en público que el organismo está dispuesto a “ayudar a la Argentina si se lo piden”. Macri, alojado en el hotel Concorde tuvo una reunión clave el miércoles, cuando almorzó con el presidente de Pemex, la petrolera estatal de México, Emilio Lozoya. El hombre es el promotor de la incorporación del capital privado a esa petrolera que es la caja de financiamiento del Gobierno de su país, pero es además uno de los mejores amigos de Miguel Galuccio y fue el fogonero del acuerdo entre YPF y la española Repsol para cerrar el litigio. Pemex es socia de Repsol y consideró México que el entuerto les impedía a ellos entrar en asociaciones con la Argentina, más precisamente en los negocios de extracción de gas y petróleo no convencional de Vaca Muerta. En ese almuerzo Macri tomó noticia de muchos detalles discretos. Oportuno Macri al abandonar la cocina cotidiana de Baires, pero para coincidir con algunos de los muchachos que “juegan a la mancha con los aviones”. En fin, contrastes del verano, dicen..