La fiscal Liliana Ferrari informó que fueron dos los hombres que ultrajaron a Yasmín Chacoma y que se encontró ADN de Pallalaf en el semen hallado en el cuerpo de la nena, en la manija de la bolsa y en el nudo de la soga utilizada para ahorcarla. Ferrari confirmó que Pallalaf abusó de la nena y participó de su muerte. Admitió que hay un segundo patrón genético «en un sector anal externo, lo que nos demuestra que son dos las personas que participaron» del hecho. Además, anticipó que se realizarán las pericias para determinar si el hombre que en el video acompaña a Yasmín es Pallalaf o el segundo implicado en el crimen, del que «sólo tenemos un patrón genético incompleto». Según la investigación y el seguimiento realizado sobre su celular, Pallalaf viajó «de Comodoro a Sarmiento, luego a Esquel y finalmente a General Roca, en Río Negro. Esto lo pudimos rastrear a través de los pasajes de colectivo. Por su celular sabemos que dejó Río Negro, viajó a Capital Federal y se alojó en un refugio de la Villa 31. A partir de allí cambió de aparato y perdimos el rastro», comentó la fiscal. Aseguró que «con lo que tenemos es suficiente para pedir imputación y prisión preventiva» del acusado.
Dijo en conferencia de prensa que «en el hisopado vaginal se encontró semen con el mismo ADN (de Pallalaf) y también en el nudo con el cual se ahorcó Yasmín; también hay células epiteliales del mismo patrón gen de ADN que según informó el Banco sería compatible con el ADN de Pallalaf».
Añadió que «hemos reservado alícuotas de todas las muestras para hacer nuevas pruebas si la defensa así lo solicita y de este patrón genético se pedirá ahora extracción genética de Pallalaf para rehacer su ADN y el cotejo definitivo para que nos den los índices de probabilidad. Habría un 99,9% de probabilidades de que es el autor pero hay tres muestras significativas en las manijas de la bolsa, en el nudo del cordón y en el semen».
En relación con la posibilidad de que hubiesen participado otras personas del crimen de la nena de 11 años, Ferrari manifestó: «continuamos con el trabajo sobre este tema. Hemos encontrado un segundo patrón genético masculino en este caso incompleto pero si podemos confirmar que Pallalaf abuso de la niña y participó en el homicidio por donde encontramos sus muestras en la soga con la que fue ahorcada», reiteró. «El segundo patrón genético está en un sector anal externo».
Explicó que «a veces las muestras se pisan unas a otra, al haber dos personas, uno fue el dominante en cuanto a sus características pero sí podemos afirmar que han sido dos los que al menos ultrajaron a Yasmín».
Añadió que las imágenes de video captadas por las cámaras de seguridad del barrio 30 de Octubre «son deficientes, no son muy claras para decir categóricamente que es Pallalaf el sujeto que estamos viendo» caminar junto a Yasmín al salir del supermercado La Anónima ubicado frente al complejo habitacional 1008 Viviendas.
«Ordenaremos pruebas a Criminalística para que la forma de caminar, la altura nos permita determinar si es la misma persona. Restan algunas pruebas más», precisó.
Aseguró que «con lo que tenemos es suficiente para pedir imputación y prisión preventiva» de Pallalaf.
Aseveró a su vez que «inmediatamente que tenemos conocimiento» del hecho «comenzó una búsqueda inmediata» y se determinó que «con los pasajes de colectivo viajo a Sarmiento, a Esquel y a la provincia de Río Negro. La brigada de Investigaciones concurrió a Rio Negro, a General Roca, en procura de dar con él pero ya había abandonado el lugar. Seguimos las investigaciones, intervenimos el teléfono celular, pudimos determinar que había abandonado la zona de la provincia y se encontraba en la Capital Federal. En ese caso pedimos intervención del Juzgado e intervino la Policía Federal para la búsqueda de Pallalaf y se determinó que estuvo en la Villa 31, había estado en un refugio con su nombre y apellido. La división homicidios trabajaba en la búsqueda en Capital Federal».
Agregó que «esta semana retornaron las actuaciones porque (el hombre) cambió de celular y no pudimos terminar la pesquisa hasta que ayer se lo pudo encontrar en Puerto Madryn en una tarea que yo rescato» por parte de la policía. «Si bien cambiaba los chips podíamos seguir por la información que aportan las compañías telefónicas y podíamos seguir pidiendo llamadas entrantes y salientes por el IMEI que usaba del aparato; cuando dejó de usar ese teléfono quedamos sin datos para seguirlo», explicó Ferrari.
La fiscal aclaró que «no tengo información sobre desde cuándo está en la provincia ni en qué vino». Reiteró que «hay muchos cambios» en su fisonomía y afirmó que «lo que lo permitió identificarlo fueron los tatuajes que hay en su cuerpo».