El jueves por la madrugada, la Escuela 213 del Barrio San Miguel fue víctima de un importante robo por parte de personas desconocidas, quienes sustrajeron gran cantidad de elementos de valor y produjeron serios destrozos en el establecimiento educativo. Fabiana Contreras, vicedirectora de la “Mari Mari Canai” relató: “El 30 a la madrugada, me llama a mi celular personal de servicio de la Comisaría Cuarta, de la cual dependemos, diciendo que había una denuncia anónima de un vecino, afirmando que había gente rondando en la escuela, y que aparentemente habían entrado. Me apersono al colegio y se constató que habían ingresado, previa extracción de rejas y rotura de vidrios, y después rompieron una puerta interna que da a un depósito, donde nosotros guardamos las cosas”.

No dejaron nada

Los vándalos, una vez que ingresaron al colegio, encontraron el depósito donde se guardaban varios objetos de valor, por lo que procedieron a llevarse casi todo. “Del depósito sustrajeron una consola, un bafle, un bafle potenciado, un proyector, un equipo de audio y una CPU, entre otras cosas. En la dirección, rompieron el vidrio de la puerta, ingresaron por el hueco y de ahí sacaron una cámara de fotos digital, una filmadora marca JVC, grabadores de periodista que nosotros teníamos para un proyecto de radio, y de la secretaría se robaron un CPU y una impresora que estaba en desuso. Además, tenían preparado otro tipo de bafle, la fotocopiadora y otra impresora, pero que no pudieron llevarse”, detalló la vicedirectora. No contentos con ello, los malvivientes “destrozaron todo, abrieron todos los matafuegos y desparramaron el polvo por todos lados, fue bastante desastrosa la situación”.

Que no las vendan

Más allá de difundir el hecho, las autoridades del colegio ubicado en Santiago del Estero 1051, están interesadas en que los objetos robados no puedan ser vendidos por los ladrones: “En el momento se radicó la denuncia con el personal policial, fueron más de dos horas de trabajo tratando de identificar todo lo que se habían llevado, porque a medida que íbamos abriendo espacios, íbamos encontrando más desorden y en ese desorden había que detectar qué era lo que faltaba. La intención nuestra es publicar las cosas que se robaron para evitar que la gente compre este tipo de cosas y que puedan denunciar cuando alguien se lo oferte”.

Una vez por mes

Al consultarle acerca de si esta es la primera vez que ocurre un hecho de estas características, Contreras manifestó que “el 27 de diciembre entraron a la escuela y al gimnasio. En el gimnasio rompieron una pared, hicieron destrozos. Desde el Ministerio de Educación se limitaron a volver a levantar la pared, así que no tenemos más medidas de seguridad que esas. El gimnasio está muy deteriorado, porque hasta han arrancado los arcos de fútbol, mampostería, canillas de los baños, rompieron los espejos”.

Sin seguridad

Es sabido que el San Miguel es uno de los barrios más complicados de la ciudad de Puerto Madryn en lo que a inseguridad se refiere. El hecho de que el colegio esté en receso, lo convierte en un blanco fácil para realizar actos de este tipo, aunque no se encuentra justificativo alguno para destrozar las instalaciones: “Me está costando bastante entender qué es lo que está pasando, porque la dimensión de lo que viene sucediendo, nunca lo hemos visto. Creo que las medidas de seguridad no están dadas, ni para el establecimiento ni para el propio barrio, y en la escuela que es donde menos gente hay por el receso, no hay seguridad nocturna ni diurna, aprovechan para hacer estas cosas, pero la verdad que no le encuentro ningún motivo para hacer tanto daño”, dijo la vicedirectora, que finalizó diciendo que la Policía “hace un patrullaje cada hora y media o dos, pero no podemos estar pagando adicionales de 24 horas durante todo el receso”.