Las necesidades energéticas nacionales combinadas con el salto internacional del precio del barril puede resultar un combo explosivo para el sector. En este marco, el horizonte de la industria petrolera en Chubut parecería que se ha ido oscureciendo en algunos aspectos mucho más de lo recomendable, dicen los entendidos. Mientras aún la Provincia no sabe como pagará los 250 millones de dólares que tiene que aportar a la Nación por las acciones que posee en la estatizada YPF, y por los cuáles se pretende un endeudamiento con las regalías de garantía, los beneficios que la petrolera de bandera traerá a Chubut parecen vislumbrarse muy a futuro.
Por otro lado, Pan American Energy, viene flaqueada por el escándalo de las presuntas coimas que habría pagado en 2007 para prorrogar sus explotaciones unos 40 años más, tanto que la exposición pública no solo habría afectado sus cotizaciones, sino que habría promovido la intención de parte del grupo accionario chino de deshacerse de su participación en la empresa.
Como corolario, el gobernador Martín Buzzi decidió entonces jugar fuerte ante el momento de debilidad política de la empresa de los Bulgheroni y de Bristish Petroleum. No solo amenazó con retrotraerle el contrato de comprobare los sobornos que se aducen, sino que ahora intimó a cumplir con los compromisos tributarios o embargarle las cuentas a la petrolera que explota el yacimiento de cerro Dragón.
En cuanto a YPF ya advirtió que no pagaría “en dinero constante y sonante”, por lo que se espera definiciones sobre cómo o con qué enfrentará entonces los compromisos asumidos durante la ´cruzada nacionalizadora´

Conflicto en puerta

Como si faltara algo, por estos días los gremios petroleros se pusieron en alerta en los primeros movimientos de una negociación salarial que será clave para el Gobierno y su política energética. El sindicato de trabajadores de Neuquén, Río Negro y La Pampa realizará la semana próxima asambleas en los pozos petroleros y en establecimientos de la actividad ante la falta de respuesta de las empresas del sector frente a su pedido de aumento salarial del 35 por ciento. Todo indica que esto acarreará una revisión también en Chubut, ya que e reclamo de incremento será uniforme en toda la actividad, a pesar de la división que existe entre la conducción de la federación nacional, a cargo del diputado Alberto Roberti (Frente Renovador), y las de algunas seccionales del interior, que no le responden.
Un caso emblemático es el del gremio de operarios de las tres provincias patagónicas, que encabeza el senador nacional Guillermo Pereyra (Movimiento Popular Neuquino).
Pereyra le adelantó a Ámbito Financiero la pasada semana que a las asambleas que se vienen le seguirá un eventual plan de lucha en caso de continuar la misma postura empresarial. Los pasos del gremio patagónico serán determinantes por tener como núcleo de sus afiliados a los que operan en la zona del yacimiento de petróleo no convencional de Vaca Muerta, la principal apuesta del Gobierno en materia energética en la última década.
El dirigente se reunió antes de Semana Santa con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, para conversar sobre la crisis en dos refinerías neuquinas, Renesa y Fox Petrol, que amenazan con despedir a 400 operarios. El funcionario se comprometió a buscar una solución.
El senador neuquino es, además, número dos de Hugo Moyano en la CGT opositora pero, a diferencia del camionero, mantiene diálogo frecuente con funcionarios de varias líneas del Ejecutivo. Incluso fue director de YPF tras su renacionalización y tiene una relación óptima con Miguel Galuccio, CEO de la petrolera.
De hecho, hasta marzo se declaraba listo para aceptar un 25%, aunque ese pedido quedó desfasado por la inflación del primer trimestre.
Roberti, por su parte, anticipó que se extenderá en todos los rubros petroleros la demanda por la suba del 35 por ciento.
El gremio acordó dilatar hasta ahora el inicio de su paritaria mediante el pago de sumas fijas no remunerativas en todas las actividades. Por caso, en los yacimientos se pactó abonar tres montos de $ 4.000 cada uno por el primer trimestre del año; en las refinerías, la misma suma, pero por mayo y junio, en tanto en las empresas elaboradoras de gas el entendimiento fue de $ 1.000 por marzo y otro tanto por abril y mayo.
«Se van a tensar las negociaciones en las próximas semanas. No van a ser jornadas sencillas porque dudo que nos faciliten el 35 por ciento que pedimos como piso para el aumento de este año. Esperemos que sea sin conflictividad, pero para eso habrá que extremar los recaudos», completó Roberti.
Pese al aumento del barril del petróleo, es probable que las empresas resistan este porcentaje con las consiguientes reacciones. Y es sabido que cualquier movimiento en las empresas incide directamente en el funcionamiento del Estado provincial, cuyos ingresos dependen mayoritariamente de la entrega de este recurso no renovable. Escenarios posibles de los que Chubut tiene un muestrario histórico de desenlaces no tan felices. Habrá que ver…

Fuentes: LPO, Ambito Financiero, propias