ENTREVISTA EXCLUSIVA AL PRESIDENTE DE LA CÁMARA ARGENTINA (CADER)

Álvarez: “Falta financiamiento para el desarrollo de energías renovables en el país”

Desde hace un mes, Marcelo Álvarez preside la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), cargo que ocupará por dos años. Es ingeniero y lleva más de tres décadas vinculado a la producción de energía solar en el país. Álvarez explica a El Diario que es difícil que se cumpla con una de las metas de la ley 26.190 (reglamentada en 2009), que plantea que el 8 por ciento de la demanda nacional de energía eléctrica sea generada con fuentes renovables para 2016. “El porcentaje actual es 1,4”, detalla.
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Marcelo Álvarez preside la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), cargo que ocupará por dos años. Es ingeniero y lleva más de tres décadas vinculado a la producción de energía solar en el país.

Por Mauro Fernándes

Este año la CADER presentó el libro “Energías renovables ¿por qué debería ser prioritario cumplir el objetivo del 8 por ciento al 2016?” Allí se describe que la Patagonia, gran parte del área Pampeana y Cuyo poseen condiciones óptimas para emprendimientos eólicos. “Aproximadamente el 70 por ciento del territorio nacional está cubierto por vientos que permiten un muy buen aprovechamiento para producir energía. Argentina posee uno de los mayores potenciales eólicos del planeta. La Patagonia presenta una constancia y potencia de vientos que lo hacen único en el mundo en sitios continentales. En otros lugares del mundo, esas mismas condiciones se encuentran solo en instalaciones marinas (off shore)”, puede leerse en el documento.
“El potencial eólico en la Argentina, en términos teóricos, supera los 2.000 gigavatios, unas 67 veces la actual capacidad total instalada sumando todas las fuentes”, agrega el informe.

P: -¿Es difícil que se cumpla con el porcentaje planteado en la 26.190?
M.A.: -Es muy difícil. Sinceramente, es prácticamente imposible. No obstante, no hay que dejar de reclamar por su cumplimiento, porque los objetivos han sido fijados por ley. Hay que hacer modificaciones para motorizar la eliminación de algunas barreras, las cuales básicamente son financieras. Además, faltan garantías.
Con relación al proyecto GENREN 1, programa realizado en el marco de la ley 26.190, se ejecutó menos del 15 por ciento de lo que se había firmado, aproximadamente 860 megavatios de potencia instalada, la mayoría de ellos eólicos, y, en menor medida, fotovoltaicos, de biomasa y biocombustibles, por problemas de garantía y de financiación. Por otro lado, CAMMESA es una sociedad anónima que está en quiebra técnica, es decir, solo sobrevivirá mientras sea subsidiada por el Gobierno. Si se terminara el subsidio, entraría en quiebra y tendría un tendal de acreedores. Para los eventuales inversores, sean extranjeros o locales, no es suficiente hacer un contrato con CAMMESA, sino que pretenden garantías reales.
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Álvarez es optimista respecto al futuro energético nacional: “Hay que diseñar un modelo que sea sostenible en el tiempo. Las energías renovables son sostenibles: diversifican la matriz energética”, asegura

-¿Falta voluntad política?
-Falta financiamiento y voluntad política. Un factor es consecuencia del otro. Hay actores, tanto en el Estado nacional como en los gobiernos provinciales, que tienen voluntad de empezar a diversificar la matriz energética. Pero, hay otros que lamentablemente ven a estas iniciativas como un lujo ecologista que solo debiera darse en países europeos o industrializados. No ven, por tanto, que se está gastando más en combustibles fósiles por megavatio/hora generado que lo que cuesta un megavatio/hora generado por cualquier energía renovable. El sistema de distribución de energía de ENARSA es un manotazo de ahogado para que no haya cortes de luz. El programa es perverso porque la tarifa que paga el usuario final, sea industrial, residencial, rico o pobre, no tiene prácticamente relación con el costo de generación. En general el usuario residencial paga 30 dólares el megavatio/hora, mientras que el costo total del megavatio/hora es de 500 dólares. El Estado nacional es quien abona la diferencia.

-¿Qué se debería hacer con los subsidios?
-Los subsidios solo tienen que ser destinados a quienes los necesitan. Tiene que haber un precio que se relacione con el costo de generación. Por ejemplo, usar electricidad para calefaccionar un espacio es irracional. Se tendría que hacer uso de la energía solar térmica o de algún combustible que sea menos contaminante. Tendría que haber una ley a nivel jurisdiccional que establezca que una determinada fracción del agua caliente y de la calefacción debe ser de origen solar. Por unidad, la energía solar es la más barata de todas las fuentes renovables. Hay un triángulo gubernamental, compuesto por la Secretaría de Obras Públicas, el Ministerio de Economía y la Secretaría de Minería, que por alguna razón no aprueba los proyectos de producción de fuentes renovables. Los proyectos presentados dan un total de más de 3.000 megavatios (eólicos, biomasa, solares). Por ejemplo, en energía solar hay más de 300 megavatios.

-¿No tienen resolución?
-Se encuentran en diferentes grados de evolución. Hay algunos proyectos que ya han sido evaluados con relación al monto de inversión, el flujo de fondos y la viabilidad técnica. Varios están aprobados, pero no se ha avanzado. Empieza, por tanto, a haber una señal hacia el mercado de que los proyectos quedan archivados.

-¿Cuánto tiempo llevan algunos proyectos?
-Algunos ya llevan tres años.

-¿En qué provincia se ha avanzado más?
-San Juan es la que más avanzó con la producción de energía solar. En energía eólica la situación es más pareja desde La Pampa hacia la Patagonia. Chubut sacó una ley específica. Santa Fe es la primera provincia que tiene un marco regulatorio específico para el desarrollo de energías renovables. Corrientes suscribió a nivel provincial que el 8 por ciento de la matriz energética provincial tiene que ser generada con fuentes renovables. Si se hace un mapa estereotipado, en términos de optimización hay que decir que en el noroeste se encuentra el mejor recurso solar de la región y el segundo o tercero del mundo. Por su parte, en la Pampa Húmeda y la Patagonia se puede generar energía eólica y en el noroeste, de biomasa. Dependiendo de las condiciones del contorno de cada lugar se pueden utilizar de forma combinada las tecnologías. Por ejemplo, se han realizados sistemas domiciliarios solares en Santa Cruz y hay proyectos eólicos en La Rioja.

-¿Los proyectos son llevados en su mayoría por inversores extranjeros?
-Hay de todo. Cuando se desarrolló el programa GENREN, se estableció pagar una tarifa más alta que la internacional, y se hizo hincapié en la llegada de inversores extranjeros. Pero a partir de las barreras financieras, control de flujo de fondos y falta de garantía de los contratos de CAMESSA, los únicos inversores extranjeros que están en condiciones de entrar en el mercado son chinos.

-Entonces, ¿serían impulsados por el capital nacional?
-Sí. Por ejemplo, los proyectos están financiados por bancos, fideicomisos o capital propio de la empresa que hizo la propuesta. Hay iniciativas en las que se espera contar con financiación extranjera: en su mayoría, capitales chinos. Hay que esperar la aprobación de los proyectos para ver el ingreso de capitales. En los últimos años se han establecido algunas restricciones a las importaciones para proteger la industrial. Sin embargo, no se ha generado un mercado nacional, porque, en el caso de las fuentes renovables, no hay condiciones para fabricar parques.

-¿Qué beneficios otorga el desarrollo de las energías renovables?
-Hay que diseñar un modelo que sea sostenible en el tiempo. Las energías renovables son sostenibles: diversifican la matriz energética, se puedan generar cerca de los centros de consumo, contaminan menos no solo a nivel local sino también a nivel mundial, dan previsibilidad y generan más trabajo local (por kilovatio hora/generado). El único problema es que al tratarse de un capital intensivo hay que invertir antes. Por otro lado, hay una estructura de costos parasitarios no declarados que son producto de negocios ya constituidos. Hoy se están apagando incendios porque la energía distribuida es básicamente para evitar cortes de luz. Hay una serie de actores que facturan indiscriminadamente a partir del costo total de más 500 dólares el megavatio/hora generado. A su vez, una política coyuntural le quita espacio a las energías renovables. Cada vez se está importando más gas. Más allá del enamoramiento por el shale gas y shale oil en Vaca Muerta (Neuquén), asumiendo que todas las hipótesis que se tienen sean ciertas, por ejemplo, que la cantidad del recurso es efectivamente la señalada, que el costo de su obtención es adecuado, y que el impacto ambiental de la actividad no sea tan alto, van a hacer falta 35 mil millones de dólares en cinco años para que ese yacimiento se pueda poner en valor y comience a abastecer a la matriz nacional, además de generar para exportar. ¿Mientras tanto qué se hace? Las energías renovables tienen dos ventajas: se pueden instalar rápido y pueden generar energía de forma más descentralizada y más cerca del consumo.

-¿Falta también hacer un uso racional?
-Lo primordial es hacer un uso racional de la energía. El mejor de los megavatios/hora es el que no se consume en vano. En general hay mucha cantidad de energía que está mal utilizada. No hay conductas de racionalización.

-¿Qué hace falta en la Patagonia?
-Habría que dotar a la Patagonia de distintas conexiones, porque la generación no solo sería consumida en la región, sino que también tendría que ser transportada a la Pampa Húmeda, y, eventualmente, ser exportada a Brasil. Por tanto, se requiere de inversión en infraestructura. Obviamente del 1,4 de la matriz a tener que exportar energía hay un camino muy largo por recorrer. Me parece mejor que el paradigma se pueda desarrollar sin tener inmensas centrales que requieran después de extensas conexiones para que la energía sea distribuida en los centros de consumo. Una de las ventajas de las energías renovables es que pueden ser generadas cerca de los centros de consumo, contaminando menos y sin tener tantos costos por la distribución. No soy fundamentalista. Si hay páramos que no se utilizan económicamente para ninguna otra actividad y se puede, por tanto, generar energía eólica de forma rentable, o instalar pantallas solares, me parece bien que se avance con esos proyectos.

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