En la madrugada de ayer martes, se fugaron de la Comisaría Séptima de Comodoro Rivadavia cuatro delincuentes, entre ellos Pablo Barrientos, quien debía sentarse ayer en el banquillo de acusados para enfrentar el juicio por el asesinato del agente de policía Nelson Godoy. Los otros tres fugados son Franco Gastón Nincopil, Leandro Guichapani y Juan Martin Sáez, según confirmó el segundo jefe de la Unidad Regional de Policía, Héctor Quisle.
El hecho se produjo en la madrugada, en horas del relevo de la guardia. Los fugados hicieron un boquete en el techo y de ahí alcanzaron un patio interno, y forzando una reja, se fugaron por la parte posterior de la Seccional. Así describió Quisle la fuga y agregó que se trata «de personas con graves antecedentes y suma peligrosidad». El comisario se excusó aludiendo que «las comisarías no están preparadas para alojar detenidos» y que en el caso de la Seccional Séptima «tiene capacidad para 16 detenidos y tenía un exceso».

Paso a disponibilidad
Por su parte, el ministro de Seguridad, José Glinski, manifestó que luego del espectacular escape se dispuso un «operativo cerrojo en los ingresos y egresos de la ciudad» y se informó a «todas las Unidades Regionales» de la provincia.
A su vez, advirtió que si se detecta negligencia del personal «se pasará a disponibilidad a los responsables y se iniciará un sumario interno que requiere una investigación». Subrayó que «estamos investigando si hubo o no negligencia o connivencia dentro de la comisaría que permitiera que esto sucediera» y expresó que éste «es un hecho lamentable y hay que ir a fondo para recapturar a quienes estaban detenidos allí».
Confirmó que trabaja en el lugar «el fiscal (Marcelo) Crettón con la división Criminalística para establecer si hubo apoyo de otros internos» y recordó que «el 6 de junio tenemos la apertura de sobres para la construcción de dos módulos carcelarios que permitirá sacar a los detenidos de las comisarías».

Juicio suspendido
Pablo Barrientos iba a ser sometido, desde ayer, al juicio por el homicidio del cabo Nelson Godoy.
Godoy recibió un disparo en la cabeza el viernes 20 de julio de 2012 en la estación de servicio 13 de Diciembre cuando, estando de franco, tomó intervención en el asalto del que estaba siendo víctima uno de los playeros. Moriría un día después. Los delincuentes se movilizaban en una moto y el asesino de Godoy llevaba puesto un casco; no así el otro sujeto que lo acompañaba, el cual fue identificado en rueda de reconocimiento como Pablo Barrientos, a quien podrían corresponderle 10 años de prisión. El acusado como autor principal del homicidio es Bruno Díaz, que enfrenta una posible pena de prisión perpetua.
Si bien el juicio oral y público se inició en la mañana del martes , al informarse de la fuga, el fiscal solicitó la suspensión del juicio hasta la semana que viene. Por otra parte se decretó la rebeldía del acusado y se ordenó su detención inmediata. El juicio deberá recomenzar el próximo martes 3 de junio, con o sin Barrientos.

El padre del policía
El padre del cabo asesinado, Miguel Godoy, aseguró que la fuga de Barrientos haya sido casual: «No fue el destino; esto lo buscaron ellos porque está muy implicado este muchacho. Para mí no es casualidad, es posible que lo haya ayudado alguien», disparó.
Además, y tras visitar la Seccional Séptima, afirmó que los cuatro fugados rompieron varias puertas hasta llegar al patio interno por el cual accedieron al exterior y cuestionó que había «un sólo efectivo en servicio interno» para controlar a los detenidos. Por otra parte, añadió que previo a la huida, los presos «pelearon y armaron un revuelo», aludiendo a que de ese modo podrían haber tapado los ruidos que realizaron para escapar. El papá de Godoy, quien también es policía, advirtió que «si hay algún implicado yo lo voy a mandar al frente».