WASHINGTON

La pelea por la fortuna de uno de los fabricantes de armas más famosos del mundo

Es un litigio que tiene todos los componentes de una novela: armas, millones de dólares, un divorcio espinoso, acusaciones de fraude y traición, romances y un magnate misterioso.


carasEl drama involucra principalmente a Gaston Glock, el millonario dueño de una de las empresas de armas más conocidas del mundo, Glock, y a su exesposa, Helga.

Los dos austriacos construyeron un imperio con ventas estimadas de US$400 millones al año, que hoy dice abastecer de pistolas al 65% de las agencias gubernamentales de Estados Unidos y se ha convertido en una referencia de la cultura popular en películas de Hollywood y hasta en canciones de rap.

Pero Helga presentó este mes en el estado de Georgia -donde está la sede estadounidense de la compañía- una demanda en la que asegura que su exmarido estuvo involucrado en un «complot criminal continuo, durante múltiples décadas y virtualmente a nivel mundial» para hacerle daño a ella y quitarle el dinero que le corresponde.

Por ello, Helga Glock dice que está buscando recuperar US$500 millones en daños de quien fue su esposo durante casi cinco décadas y que, a sus 85 años, ahora está casado con la que fuera su enfermera.

Dramático divorcio y disputa comercial

Según las 340 páginas del litigio, que le fue entregado a BBC Mundo por los abogados de Helga Glock, la mujer considera que mientras su exesposo le prometía que estaba esforzándose en hacer crecer la compañía y preservarla para el futuro, en realidad estaba lavando el dinero a través de otras empresas y cuentas bancarias.

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«Glock escondió los robos de su esposa a través de una variedad de entidades corporativas ficticias creadas por sus asociados en Estados Unidos y el exterior», dice el documento, que también asegura que Glock usó su dinero personal para «juguetear con mujeres alrededor del mundo».

El telón de fondo de este problema es el divorcio de la pareja en 2011. Helga asegura que Gaston le prohibió la entrada a su casa, la eliminó a ella y a sus tres hijos de la compañía y se casó con su enfermera.

Sin embargo, su abogado en Atlanta, John Da Grossa Smith, le dice a BBC Mundo que este litigio es exclusivamente una disputa comercial y «un esfuerzo para buscar un remedio a lo que la señora Glock cree que es el robo de cientos de millones de dólares en conexión con su empresa».

Los departamentos legal y de comunicaciones de Glock, en Georgia, no respondieron a las reiteradas peticiones de entrevista de BBC Mundo para conocer la posición de Gaston Glock sobre el litigio. Su respuesta formal al caso se espera en el próximo mes.

En otras instancias, sin embargo, se ha informado que él asegura no haber actuado mal y no tiene resentimiento por Helga y sus hijos.

Pistola revolucionaria

Los Glock se casaron en 1962 y un año después crearon su pequeña compañía familiar de producción de armas en su garaje en un suburbio de Viena, Austria, mientras continúaban con sus trabajos diarios: ella era secretaria y él se encargaba de las operaciones técnicas de una empresa de radiadores.

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La compañía comenzó a crecer y a mediados de los años 80 decidió entrar al mercado estadounidense, donde logró su mayor éxito con una pistola que fue diseñada originalmente para las autoridades austriacas pero «redefinió el mercado de las armas alrededor del mundo», según dice Paul Barrett, autor de Glock: The Rise of America’s Gun, un libro sobre el tema.

«Durante generaciones y generaciones, la cultura de Estados Unidos estuvo marcada por el revólver», le dice Barrett a BBC Mundo.

«Su invención, esa pistola ligera, plástica, extremadamente duradera, con alta capacidad y fácil de usar fue tan revolucionaria como, digamos, los carros japoneses y alemanes que revolucionaron la industria automotriz en este país y en el mundo en los años 70 y 80».

«En este país, donde las armas son un elemento de la cultura popular en un nivel mayor que en Europa, la Glock se convirtió en un símbolo de la pistola moderna, de amplia capacidad y superletal».

Así, las Glock aparecieron en las caderas de los polícias, en colecciones privadas, en las manos de delincuentes y hasta en películas como Die Hard 2: Die Harder (Duro de Matar) o en canciones de los raperos Tupac y Dr Dre.

Esta popularidad convirtió a Gaston Glock en un millonario que, como explica Barrett, se volvió reacio al mundo exterior y pasó de trabajar en su garaje a viajar en jets privados y otras actividades por el estilo.

Usada en tiroteos

Las Glock también fueron elegidas para algunos de los tiroteos más dramáticos en la historia reciente de Estados Unidos, lo que ha generado debates sobre su uso y el control de las armas.

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En 2011, por ejemplo, una Glock fue utilizada para un ataque en Tucson, Arizona, en el que resultó herida la congresista Gabrielle Giffords. Otra fue utilizada en 2007 en el tiroteo de Virginia Tech. Y en 2012, James Holmes también llevaba una Glock cuando mató a 12 personas en un cine en Aurora, Colorado.

Estos ataques no parecen haber disuadido a Glock, una empresa que claramente asegura en su página web de Estados Unidos que «defiende al personal militar y de orden público de nuestro país, así como el derecho de todos los ciudadanos, bajo la Segunda Enmienda, de portar armas».

Paul Barrett tampoco cree que el litigio de Helga Glock vaya a dañar la reputación de la compañía. Puede, incluso, generar el efecto contrario.

«La compañía siempre ha disfrutado de un cierto glamour oscuro que esta controversia continua puede realzar sin querer», concluye.

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