EL VERDADERO LÍMITE TERRITORIAL DE LA POLÍTICA NACIONAL HISTÓRICA: LA MASA COPARTICIPABLE. LOS QUE QUEDAN ADENTRO O AFUERA

Ese extraño federalismo unitario

1aCasi como entre líneas la semana pasada el gobernador Mario Das Neves dejó entrever que podría ser que en muy corto plazo Chubut pueda recuperar el 15% de ingresos por masa coparticipable que por ahora nos redujo la Nación, y algo de eso hay. De otro modo la inevitable judicialización de los reclamos terminarán en un conflicto de poderes y efectivamente en la trillada e inoportuna confrontación histórica que arrastra este país alargado y geopolíticamente difícil de pensar con equidad, entre unitarios y federales.
Esta semana el columnista Walter Klein desde Infonews, derrama una mirada “azul” sobre el tema al explicar que el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del pasado 24 de noviembre de 2015, que declaró incostitucional la retención del 15 por ciento de la masa coparticipable para la atención de obligaciones previsionales, beneficiaba solamente a las provincias de Santa Fe, Córdoba y San Luis que fueron las que litigaron contra el Estado Nacional en 2006.
Este fallo obliga a devolver alrededor de 80.000 millones de pesos correspondiente a años anteriores y 98.000 millones de pesos solamente para este año 2016. Pero no sólo eso, sino que además es una injerencia sobre acuerdos políticos refrendados por leyes y decretos, y altera la estructura de la coparticipación, vulnerando el fin solidario de favorecer a las provincias con menor desarrollo relativo, por ende, mayores niveles de pobreza.
Según este planteo, las leyes y decretos que dan forma al régimen de coparticipación deben ser realizados sobre acuerdos políticos, y de ninguna manera de facto como el fallo de la Corte Suprema de Justicia. Sosteniendo que en ese sentido, la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernandez de Kirchner firmó el Decreto de Necesidad y Justicia número 2635/15 haciendo extensivo el fallo a todas las provincias del país, manteniendo la misma estructura de reparto acordada y procurando evitar litigios posteriores. Medida tomada por la anterior mandataria en el último tramo de su gestión y en el marco de un escenario de fuerte disputa electoral, fue interpretada como que el gobierno saliente quería dejar un problema de financiamiento al gobierno entrante.

La idea del “ingeniero”

Por otro lado, el mismo tema con tinte “amarillo” expuesto por Silvia Mercado desde Cronista, pregona que en realidad el macrismo está ´barajando y dando de nuevo´ con algunas de estas medidas.
Afirman por ejemplo que el Presidente piensa que una reforma en el reparto de fondos sentaría las bases de lo que imagina será el crecimiento a escala y de calidad con el que coronará su segundo mandato
De hecho en el seno del gobierno considerarían que la coparticipación es la nueva madre de todas las batallas. Mauricio Macri se pasó ocho años rumiando el castigo que las leyes de distribución de impuestos imparten a la Ciudad de Buenos Aires, y sumó últimamente su indignación por una discriminación parecida que sufría la provincia de Buenos Aires. Un abogado que tiene cerca dice que el Presidente no entiende cómo aguantó Daniel Scioli tantos años sin reclamar seriamente en público, y tal vez tampoco en privado, por el aumento del Fondo de Reparación al Conurbano que hace 15 años está congelado en 650 millones. Se trataba de destruir el sistema político diseñado por Eduardo Duhalde, que había alambrado el distrito para evitar influencias extrañas. Los Kirchner creyeron que alcanzaba con entregar fondos en forma discrecional a algunos intendentes amigos para domesticar al peronismo bonaerense y bajarle el precio al hombre que eligieron casi como un interventor del Ejecutivo nacional en esa tierra de infieles.
Esa otra versión afirma que “el ex presidente dejó su vida en el intento por controlar el vuelo de cada mosca que pasaba por el Conurbano y Cristina Kirchner delegó la ingrata tarea en la caja que rústicamente repartía Julio De Vido sin otro plan que la supervivencia del sistema más corrupto e ineficiente de obras públicas de todos los tiempos, mientras la inseguridad ciudadana quedó en manos de Aníbal Fernández. La derrota electoral es lo más lógico que pudo haber pasado”.
Afirman en este sentido que Macri es distinto, dado que es antes que nada “ingeniero”. Que ve un problema y quiere resolverlo bajo una lógica racional, temporal y que pueda exhibir resultados incuestionables, basados en datos. Esa es toda su ideología. Nunca entendió que Cristina invirtiera horas de su vida en la construcción de una parafernalia de relato con la que libró las batallas simbólicas más impensadas. Nada le resulta más aburrido. Esos discursos largos y henchidos de épica resultarían tomados para tanto pragmatismo con total desapego y extrañeza, a veces haciendo un tímido esfuerzo por tratar de comprender esa personalidad melodramática, tan ajena al espíritu práctico.

La difícil tarea del reparto

Néstor primero, Cristina después, se esforzaron por encontrar los mecanismos institucionales más complejos para tener a cada gobernador en un puño. La obsesión era el control. Macri también tiene sus obsesiones, pero son otras. Quiere que sus funcionarios dediquen su tiempo a cosas más productivas que repartir fondos, busca sistemas automáticos, y pretende una nueva coparticipación federal, que no discrimine a la Ciudad, a pesar de que es el distrito más rico, ni muchísimo menos a la provincia de Buenos Aires, que concentra los mayores cuadros de desigualdad y criminalidad, a la que puso bajo su ala. Además, cree que una nueva coparticipación federal sentaría las bases institucionales y consensuadas de lo que imagina será el crecimiento a escala y de calidad con el que coronará su segundo mandato.
Pero los expertos saben que cambiar la ley de coparticipación es más difícil que modificar la Constitución, que «solo» necesita los dos tercios de ambas Cámaras. Por el contrario, la norma de distribución federal de impuestos necesita la ratificación de las legislaturas de todas las provincias, así que si una, solo una se retoba -por ejemplo, Santa Cruz- la ley no puede ejecutarse. Entonces, hay que arrancar tomando atajos.
Probablemente en el marco de estos atajos surjan las negociaciones individuales que ya se comenzaron a tejer con cada gobernador y cada territorio, no sin antes establecer escenarios que ayuden al convencimiento, por supuesto. En eso estarían con Chubut. Habrá que ver…

Fuentes: Infonews, Cronista, Ambito, propias

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