ENTREVISTA AL VICEPRESIDENTE DEL COLEGIO DE ARQUITECTOS DE MADRYN

Diego Lorea: “¿Queremos tener inquilinos o propietarios?”

De acuerdo a un estudio realizado por CONICET en 2014, Puerto Madryn creció 14 veces desde 1970. La explosión demográfica no siempre es acompañada por un desarrollo de infraestructura y servicios capaz de contener una población en aumento, cuya principal problemática deriva en un escaso acceso a la tierra propia.
El Vicepresidente del Colegio de Arquitectos de Puerto Madryn y cofundador del estudio AGS, Arquitecto Diego Lorea, analiza este fenómeno.

Diego Lorea ADiario: ¿Cuál fue el rol del Colegio de Arquitectos de Puerto Madryn en el Plan de Desarrollo Urbano (PDU) de la ciudad?

Lorea: Fuimos actores periféricos, brindando aportes que observamos a diario en nuestra labor profesional. El PDU tiene un gran impacto en el trabajo que llevan adelante la Cámara de la Construcción, la Cámara Industrial y la Cámara de Comercio (CAMAD) y bien utilizado permite generar una planificación estratégica en el largo plazo, vislumbrando una ciudad de aquí a 20 años y con un crecimiento de 150 mil personas, aproximadamente. Pero, así como está planteado en la actualidad, consideramos que los resultados no serían los esperados y por eso sería interesante mejorarlo con el trabajo de actores capaces de ofrecer una visión más integral.

D: ¿Por qué fueron actores periféricos y no tuvieron un rol más activo en la creación de esta herramienta?

L: Muchas veces a los arquitectos se nos ve como meros hacedores de casas y edificios, cuando en realidad nosotros, ya desde nuestra formación académica, podemos y debemos tener injerencia directa y ser más aprovechados en la planificación de una ciudad. Y cuando hablamos de planificar hacemos alusión a cortos, medianos y largos plazos porque una planificación excede, no solo los períodos electorales sino los mandatos y si no tenemos conciencia de la importancia de la continuación de un proyecto estaremos siempre volviendo hacia atrás para volver a empezar.

D: Pero, ¿no es eso algo característico en nuestro país? Esto de no trascender las gestiones con acciones sostenibles en el tiempo.

L: Lo urgente no siempre es lo importante y es fundamental que exista una secuencia a seguir porque es en la inmediatez donde surgen los errores y son fallas que termina pagando el ciudadano. Es como querer empezar a escribir un libro desde el final. Pero esto va más allá de quién gobierne porque se trata de un problema sistemático y estructural, que se agrava en una ciudad como la nuestra que, según un estudio del CONICET, ha crecido 14 veces desde 1970. Quiero decir que, del mismo modo que, si querés construir tu casa vas a tener que imaginar a futuro cómo va a ser tu familia, si no haces un diagnóstico adecuado de la capacidad de crecimiento de tu ciudad, ésta va a desbordar por su naturaleza propia.

D: ¿Cuáles son algunos de los elementos a tener en cuenta a la hora de planificar una ciudad?

L: Antes de las guerras mundiales, se pensaba a las ciudades como retículas con espacios asignados al esparcimiento, edificios industriales y huertas, pero hoy no es así porque se trata de construcciones orgánicas que terminan, en muchos casos, amalgamándose unas con otras. En el crecimiento de una ciudad uno encuentra cuestiones de arraigo y establecimiento de las familias, pero también asiste a problemáticas como la falta de servicios, redes e infraestructura acorde a ese crecimiento. Todo esto también debe incorporarse en la planificación porque tiene que existir una concatenación entre los distintos aspectos, ya que sino nos transformamos en una ciudad de parches en la que vamos tapando y no resolviendo.

D: ¿A qué se debe la problemática vinculada con la distribución de las tierras en Puerto Madryn?

L: Desde el punto de vista urbanístico, tenemos un ejido urbano por un lado y por fuera un fuerte crecimiento poblacional, en sectores que fueron pensados en su génesis para uso agroproductivo. Además, esta es una ciudad que crece sobre la barda y no sobre la costa, hacia donde debería hacerlo. El tema es cómo porque crecer no significa extender de la curva del Indio una cuadra, sino entender que existe una complejidad geográfica, barreras naturales, que las redes tienen que reorientarse y que quizá tengamos que extendernos en la dirección en la que vayan esas redes.
Hoy, los líquidos cloacales van a la Cota 130, que es el lugar más alto de la ciudad. Es como si yo, viviendo en planta baja, lanzara las cloacas al quinto piso de mi edificio. ¿No es algo que, eventualmente, puede volver hacia mí? Este tipo de cosas están vinculadas con la sustentabilidad, con la sostenibilidad de acciones en el tiempo y es importante comprender que aquello que planifiquemos hoy quizá no lleguemos a verlo ni nosotros ni las futuras generaciones, pero, insisto, la inmediatez hace que lo urgente desplace lo importante.

D: ¿No es posible resolver lo urgente y, en simultáneo, ir trabajando la planificación?

L: Sí, y se resuelve a través de la labor interdisciplinaria. El Municipio avanza en la resolución de aquello para lo cual tiene potestad, pero no puede solucionarlo todo solo. Incluso nosotros, en nuestro trabajo privado, tomamos aportes de otras disciplinas y nos enriquecemos con el debate y el intercambio. Por eso nos interesa tanto conocer el estado actual de las redes y si un acueducto que se construyó para un número determinado de personas sigue siendo útil o no.

D: De organizar una agenda de trabajo en común, ¿cuáles serían las prioridades a tener en cuenta?

L: Reuniendo a todos los arquitectos matriculados y realizando un diagnóstico general de lo que se vislumbra como prioritario podríamos crear un plan de acción con objetivos para el corto, mediano y largo plazo, pero de metas verdaderamente alcanzables y teniendo en cuenta que la ciudad va a seguir creciendo porque ésta es una de las localidades con mayor crecimiento relativo de Argentina.
A partir de allí, comenzar por potenciar la actividad que lleva adelante la cooperativa Servicoop en materia de infraestructura, redes, aluvionales y cuencas hídricas. Pensemos que esta es una ciudad que fue planificada en un contexto de escasas lluvias y eso se ha visto modificado por los episodios climáticos de los últimos tiempos.

D: Además, una ciudad con permanente afluencia de visitantes, lo que también pareciera modificar paisaje. ¿Cada cuánto tiempo habría que llevar a cabo una revisión de la estructura, de los cimientos, por ejemplo, en la rambla?

L: Eso requiere a nivel urbanístico un estudio de cuencas hídricas y aluvionales, pero pensemos en la presencia del agua, con su actividad sedimentaria, su movimiento dinámico y el cambio en sus cursos y sumemos la actividad del hombre que muchas veces empieza a generar cierres a esos cursos naturales del agua. Ésta va a buscar su curso natural porque al mar tiene que llegar y el hombre tiene que planificar comprendiendo que, si ese agua no llega de determinada manera, seguramente se encontrará con problemas propios del no escurrimiento.

D: Retomando el tema de la distribución de las tierras, ¿por qué la ciudad crece hacia las zonas periféricas y hacia el afuera?
L: El mismo tejido urbano va desprendiendo lazos y eso marca el status de lo que está pasando con el crecimiento del lugar. Si en simultáneo observamos el crecimiento de los edificios, podemos identificar una pauta de lo que está sucediendo: ¿queremos tener más inquilinos o queremos tener más propietarios? No digo que sea una decisión, pero definitivamente es un elemento de diagnóstico. Está bien que se construyan edificios, pero también es importante que las familias construyan sus propias casas. El valor de la tierra es cada vez más lejano y, por una cuestión de mercado, muchos terminan construyendo en un lote completamente lejano a sus actividades diarias. El ciudadano es eyectado de la ciudad y edifica una casa que prácticamente no va a tener tiempo de disfrutar.

D: ¿La entrega de viviendas alivia en parte esta problemática?

L: Es una iniciativa importante y muchos rubros se ven beneficiados porque se traduce en generación de empleo, pero sin planificación real termina siendo un paliativo al problema de fondo. Incluso, algo que no todos saben, es que los créditos para la construcción representan solo un porcentaje del valor total de una vivienda a construir. Eso implica que surjan problemas en plena construcción y que, por la necesidad de bajar los costos, se disminuya la calidad final.
Creo que es hora de empezar a pensar en viviendas con bajos indicadores de costos energéticos mediante el desarrollo de actividades de energía renovable. En España, por ejemplo, hay una normativa que respalda que un ciudadano deba reducir su consumo energético en un 10% anual y si no lo hace el costo es muy alto. Entonces hay en un cambio de actitud frente al consumo.

 

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