Por Lazarillo de Tormes

Continúan los allanamientos en Puerto Madryn y siguen apareciendo mujeres víctimas del delito de trata de personas, al tiempo en que dicha problemática, que no es nueva, continúa instalada en una sociedad más pendiente de militar las cuestiones de género a través de las redes sociales que en el complejo mundo de los mortales, aquél que nos compete a todos nosotros.
En esta ocasión, fue el turno de tres “locales nocturnos”, algunos de ellos bajo la denominación de “karaoke” o bien, en términos más reales, “whiskería”, donde efectivos de la Policía Federal Argentina, en conjunto con la Gendarmería Nacional Argentina y la Policía del Chubut, llevaron a cabo una serie de allanamientos, con la colaboración de inspectores municipales, la subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia y la delegación local de la Dirección Nacional de Migraciones. Todos presentes.
Según se conoció, dada la fuerte reserva de datos por parte de las autoridades que intervinieron en los operativos, tres mujeres víctimas de trata fueron rescatadas, al tiempo que también se detectó a “alternadoras” que se encontraban en situación regular en cuanto a su documentación y residencia, en el caso de aquellas de origen extranjero.
También, las autoridades detectaron a varias mujeres que se encontraban residiendo en la ciudad pero con visa de turista, lo cual constituye una irregularidad administrativa (dado que el término “inmigrante ilegal”, de acuerdo a la Ley Nacional de Migraciones, no existe en territorio argentino).

¿Por dónde empezamos?

Llama la atención que, a propósito de una problemática que no parece ser frecuente en ninguna ciudad del país hasta que comienzan los allanamientos, luego de tantos domicilios requisados por las autoridades durante el año, tan solo una persona se encuentre tras las rejas, con condena firme de 9 años por el delito de “trata de personas”, y no hayan detenidos que se encuentren siendo investigados, o al menos bajo la lupa de la Justicia, por estar vinculados a la serie de viviendas, “VIPs” y “whiskerías” allanadas durante los últimos meses.
Por ejemplo, “La Rosadita”, con aquella característica fachada, que ya había sido allanada el año pasado y, tras un hiato informativo en donde no se sabe qué sucedió, si dicho lugar continuaba funcionando o bien había sido clausurado, menos de un mes atrás irrumpieran efectivos policiales para encontrarse con un edificio “atestado de clientes”, donde al menos una persona se encontraba siendo sometida y obligada a prostituirse.
Segundo ejemplo, el complejo ubicado en Villegas 516, a cincuenta metros de la avenida Gales, propiedad de “El Gitano”, preso por la causa abierta en 2013, por haber engañado a cuatro ciudadanas paraguayas y haberlas traído a Puerto Madryn (al módico precio de “mil pesos por cabeza”) para obligarlas a prostituirse.
Aquél edificio fue allanado recientemente, dos años después de que iniciara la causa, cuya sentencia tuvo lugar en febrero de 2016, y se constató que continuaba funcionando como un prostíbulo, con diez mujeres trabajando en su interior, aparentemente ninguna de ellas contra su voluntad.
Afortunadamente, el sitio fue clausurado… por no poseer habilitación municipal para comercializar bebidas alcohólicas.
Desafortunadamente, una semana más tarde, la faja de seguridad había sido quitada y el lugar continuaba funcionando con la misma regularidad de siempre, sumado a ello la particularidad de que el edificio se encontraba decomisado y a resguardo del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, el mismo que dictó la sentencia a “El Gitano”.
Estando a 500 kilómetros de distancia, uno podría permitirse la posibilidad de una negligencia; peor sería creer que se estuviera incurriendo en una complicidad a nivel local, por parte de quien fuere la autoridad encargada de resguardar dicho inmueble para evitar que se continúe utilizando como cuna de tantos, a quienes la frase “sin clientes no hay trata” parecería estar escrita en lenguaje de programación.

Los “útiles” y los “importantes”

…la discusión por la prohibición de los desfiles de belleza culminó en una Ordenanza, entendida como necesaria, que desalienta al Estado Municipal a auspiciar o utilizar fondos públicos para apoyar tales eventos, o aquellos en los que se elija a la “Reina” de algo.
Interesante hubiera sido que de alguno de los bloques trascendiera un pedido de informes, al igual que aquél que fue presentado durante 2015 ante autoridades de todos los ámbitos, el cual daba cuenta de cada uno de los “VIPs”, sus propietarios e incluso la condición laboral de algunos de ellos (o ellas). Un dato: “Regenteador de locales nocturnos” no se encontraría en la lista de categorías.
Pero, en lugar de ello, consignas como “Ni Una Menos” continúan adornando las fotos de los perfiles de las redes sociales y los avatares de la mensajería instantánea, sin que exista un compromiso real por parte de la sociedad, y menos aún, de los líderes que la representan, al punto en que no se sabe cuál es consecuencia de cuál y si realmente la sociedad tiene la política que se merece, o la política que se le parece.< “El problema de los hombres actuales es que quieren ser importantes y no útiles”, reza una frase de un brillante estadista. En tal contexto, la arena política suele arrojar culpas más que asumir responsabilidades, y en este sentido, la consigna más adecuada podría ser: “Políticos, legisladores: a trabajar”. Porque cada víctima de trata, tal vez no sea vuestra culpa, pero ciertamente será vuestra responsabilidad, en tanto el único momento en que dicho flagelo tome estado público sea luego de un allanamiento.