Por: Dra.Patricia Chambón de Asencio
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“No intentes cambiar un sistema, construye uno nuevo que haga que el anterior se vuelva obsoleto”
– Richard Buckminster Fuller –

“¿Qué pasaría si entendiésemos las implicaciones de un Universo Einsteiniano en el que la energía invisible rige a la materia? ¿Qué consecuencias tendría aplicar este concepto a la educación, la economía, la política, los negocios y la salud?”

Estas preguntas fueron formuladas alrededor de los años 80 por Marilyn Ferguson, autora del reconocido libro “La Conspiración de Acuario” que causó impacto sin precedentes por aquellos años. Ferguson predijo un cambio radical, un despertar evolutivo que se manifestaría en el logro de una sociedad más cooperativa y con una intención que trascendería los límites de lo personal. La Autora era optimista respecto al impacto que tendría su propuesta en las Instituciones. Sin embargo, la mayoría se resistió y todas ellas permanecieron en el statu-quo.
El Mundo siguió girando y, desde aquellos años en que “La Conspiración de Acuario” fuera editada, hasta la actualidad, pasaron tres ajetreadas décadas. Hoy estamos asistiendo al colapso de las viejas estructuras institucionales que muestran su ineficacia para mantener el bienestar y la cordura global en este Planeta.

La confianza en el viejo sistema se ha ido deteriorando paulatinamente con el correr de los años y de las experiencias que hemos tenido que vivir. Hemos visto caer muros, regímenes totalitarios y dictaduras. Hemos visto que ninguna guerra o genocidio nunca solucionó nada. Hemos visto que las persecuciones y la tortura no sirven para acallar nada. Muchas creencias que teníamos se han derrumbado. En el ámbito económico, por ejemplo, aquella frase que repetían nuestros abuelos: “…el ahorro es la base de la fortuna”, perdió vigencia rotundamente ante los cambios inflacionarios del mercado y medidas extremas, en nuestro país, como la del “corralito” bancario. Estos cambios incentivaron el ingenio popular hacia la búsqueda de nuevas formas de sostener el valor del dinero.

En el campo de la salud ocurrió algo similar. Los pacientes, cansados de deambular de especialista en especialista y de gastar importantes sumas de dinero en tratamientos con resultados insatisfactorios, optaron por recurrir a medicinas alternativas, como la antigua Medicina China, o la Ayurvédica, o a tratamientos Naturistas , tratando de recomponer el equilibrio que la medicina tradicional, con toda su aparatología y sofisticación tecnológica no ha logrado.

La educación no escapó tampoco a esta crisis. Padres, maestros y alumnos expresan su disconformidad por el actual sistema educativo a través de síntomas, enfermedades y disfunciones que conllevan al fracaso escolar y al desánimo general. No son ajenas a esta crisis las áreas de la política, los negocios y la relación con el medio ambiente, sobre las cuales no es necesario explayarse porque abundan los ejemplos cotidianos.

Evidentemente, estamos necesitando un cambio de perspectiva y, por lo tanto, de abordaje a todas nuestras problemáticas humanas. Algunos habitantes de este planeta, hartos de lidiar en tantas guerras y no deseando ser parte ya de ninguna más, se han retirado del viejo sistema. Ellos son los que están creando la Nueva Cultura Emergente. ¿Quiénes son ellos?

Son todos aquellos que creen que la guerra no es la solución a nada. Son todos los que optan por una alternativa que integre y no que separe. Son los que consideran y valoran el aporte desde las diferencias. Los que respetan a cada ser vivo como parte insustituible de la naturaleza. Los que prefieren cultivar a consumir, cuidar a contaminar o devastar, cooperar a competir y sinergizar a excluir. Son los que no pierden tiempo en criticar porque están haciendo. Son los que miran a los ojos cuando tienen que decir algo. Son los que viven la coherencia entre lo que sienten y lo que hacen.

Están surgiendo nuevas formas de sanar, de construir, de educar, de generar energías y recursos. Nuevas formas que se basan en esta visión Einsteiniana (por llamarla de alguna manera) que define al Universo como energía en distintos niveles de vibración en los cuales estamos actuando y existiendo simultáneamente. Ha quedado definitivamente obsoleta la idea de que se puede lograr el bienestar integral a expensas de la explotación, el exterminio, la manipulación, el soborno, la violencia o el miedo. En este Universo ya nada puede estar separado, recluido o escindido. Todo tiene relación con todo. Todos estamos conectados. Cada manifestación es producto de quienes la generan conciente o inconcientemente. Tenemos la responsabilidad y el poder de sabernos creadores de nuestras propias realidades.

Vamos hacia una nueva forma que aún no está muy definida pero que se puede vislumbrar en el ansia avasalladora por reencontrar un bienestar más amplio donde todos estemos incluidos. Un bienestar más extensivo, más allá de las formas viejas, de los muros y de las fosas medievales…que no admite prórrogas. Ya se siente ese palpitar creciente… en el doloroso entusiasmo por encontrar esa nueva forma!

Tal vez “La Conspiración de Acuario”, como las semillas, necesitaba oscuridad y calor para germinar… y emerger finalmente a la Luz. Con ojos asombrados asistimos al nacimiento de algo nuevo. Estamos transitando los dolores del parto de una Nueva Forma que va más allá de todo lo hasta hoy conocido.

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