SE REACTIVAN LAS ESCUCHAS TELEFÓNICAS Y SE LIGITIMAN POR EL PESO DE LOS DICHOS Y EL MORBO POPULAR. CRISTINA A MERCED DE LOS AUDIOS TRSCENDIDOS. CARRIÓ DEPLORA EL MÉTODO Y CARGA CONTRA MAJDALANI, LORENZZETTI, Y EN LA VOLTEADA ROZA A MARIJUÁN

Escucháme un poquito

Ya lo decía, Henri Bergson, el franchute novel de literatura, filosofías y otras yerbas: “El presente sólo se forma del pasado, y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa”. Hablando de causa, nada como recordar la del Espionaje o `de las escuchas ilegales´ que marcó un sendero en la carrera política de Macri. Ese camino equivocado que como eld e Caperucita lo llevó al borde de ser devorado por los lobos, sin embargo parece no haberle enseñado mucho a nuestro Mr. President del subdesarrollo. Aquella supuesta estructura de espionaje paraestatal, con escuchas telefónicas ilegales que presuntamente habría empleado el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para fines personales, le costó un procesamiento a al ex ministro de Educación del gobierno porteño, Mariano Narodowski, y por supuesto al ex-Jefe de gobierno de Buenos Aires y actual Jefe Político de Argentina, Mauricio Macri, aunque fue sobreseído por el juez Casanello en diciembre de 2015.
Esta semana la memoria se reactivó fuerte con varios casos de oídos indiscretos. Por un lado, la filtración de una escucha a Cristina Kirchner y Oscar Parrilli, y por otro, la denuncia de Elisa Carrió contra la número dos de la Agencia Federal de Inteligencia, Silvia Majdalani, por presunto espionaje en su contra, que enrarecieron el clima político y volvieron a poner en el centro de la escena un tema muy sensible, al tiempo que dejan otra vez en la mira a Ricardo Lorenzetti.

Todos preocupados

La reacción de Cristina contra el gobierno de Mauricio Macri y la Justicia federal por la filtración del audio en el que trata de “pelotudo” a Parrilli y habla de armarle causas a Jaime Stiuso, ya había calentado el clima político. Pero el miércoles -al salir de Comodoro Py donde fue a ratificar la denuncia contra Gustavo Arribas- Elisa Carrió terminó de encender la polémica con una fuerte denuncia contra Majdalani, funcionaria de extrema confianza del Presidente.
Lilita recordó que la impugnó por sus “estrechísimas relaciones de todo tipo (sic)” con el ex espía Francisco “Paco” Larcher y dijo que “es una vergüenza” que sea la número dos de la AFI.
“Me parece una vergüenza, lo voy a seguir diciendo. Majdalani hace espionaje, hace espionaje contra una persona central del gobierno como soy yo”, lanzó. Cuando le consultaron sobre la larga historia de la ex diputada dentro del PRO de Macri, Carrió respondió con ironía: “hay mucha gente que tiene mucha antigüedad en el delito, que se yo”.
A continuación, la líder de la Coalición Cívica le apuntó directo a Ricardo Lorenzetti, con quien tiene una guerra permanente. “Me parece muy peligroso que un hombre tan peligroso como el presidente de la Corte maneje las escuchas”, afirmó Carrió, en referencia a que Macri dejó las intervenciones telefónicas bajo la órbita del máximo tribunal.

Lorenzetti y Marijuan se despegan

El titular de la Corte también quedó en la línea de fuego de Cristina y Parrilli, que lo acusaron por la difusión del audio. Lorenzetti se vio obligado a emitir un comunicado en el que asegura que «no ha habido entrega, filtración o divulgación de material alguno» por parte de la Oficina de Captación de Comunicaciones (la ex OJOTA).
A través del CIJ, la Corte sostuvo que la oficina encargada de las escuchas nada hizo por «fuera de los reglamentos de actuación y protocolos de cadena de custodia establecidos para garantizar el resguardo de la información». Respondió así a Parrilli, que adelantó que denunciará a Lorenzetti.
Desde la ex OJOTA deslizaron que la filtración podría haber salido de la ex Side. «Por indicación del juez, el año pasado nosotros le entregamos todos los CD con las grabaciones de las escuchas a personal de la AFI», dijo Juan Rodríguez Ponte, director de la Dirección de Captación de Comunicaciones, al diario La Nación.
La pinchadura al teléfono Parrilli fue hecha el 11 de julio del año pasado en el marco de la causa que lleva el juez Ariel Lijo para establecer si la AFI evitó capturar a Ibar Pérez Corradi. En base a esa grabación, el fiscal federal Guillermo Marijuan impulsó la semana pasada una denuncia penal contra Cristina.
El fiscal también salió a desligarse de la filtración y desestimó que se haya tratado de espionaje ilegal. «Fue una escucha ordenada por un juez, en el marco de una causa constituida legalmente, cumpliendo todos los pasos que establecen las normas procesales. Es una escucha legal y que se había considerado útil para la investigación», afirmó Marijuan, que dijo que no tuvo acceso al audio que trascendió en los medios.
El fiscal Marijuan también dijo que por esa escucha Cristina podría ser imputada por «abuso de autoridad o falsa denuncia» por hablar del armado de causas. Además, adelantó que pedirá investigar la frase de la ex Presidenta en la que afirma que a Stiuso «hay que matarlo». «Es poco feliz (la expresión) porque hemos tenido un muerto (en referencia a Nisman)», completó.

La furia de Cristina

Tras filtrarse el audio de su conversación con Parrilli, la ex Presidenta se despachó el lunes por todas sus redes sociales, donde replicó el duro comunicado de su ex secretario pero también se tomó con humor la polémica. «Basta Macri, ahora me denuncian por decir malas palabras. No saben más que inventar», chicaneó en un mensaje que cerró con imágenes de una remera con su rostro y la frase «Soy yo, Cristina. ¡Pelotudo!».
Más serio estuvo Parrilli que denunció que la filtración de la escucha es “un mensaje a toda la oposición, un mensaje cuasi mafioso”. “Y de esto son responsable directamente Macri, el ministro de Justicia y Arribas, además de algunos fiscales”, agregó por Radio 10. El ex jefe de espías acusó al Presidente de reiterar «una política muy típica de él que es escuchar a sus adversarios políticos», en referencia al caso de espionaje en la Ciudad de Buenos Aires, con Ciro James y el Fino Palacios.

Una situación grave

En tanto, la fiscal Cristina Caamaño, a quien el kirchnerismo había puesto a cargo de las escuchas, remarcó que quien ocupa actualmente ese lugar, Juan Rodríguez Ponte, fue secretario del juez Lijo, a cargo de la causa contra Parrilli que derivó en la escucha.
«Si hubo una orden judicial para la escucha, es gravísimo. Y si no la hubiese, es más grave aún. En lugar de denunciar a la ex presidenta porque dice malas palabras, lo que habría que hacer es investigar cómo es que se filtró, porque si no, estamos todos expuestos, en peligro a ese tipo de maniobras ilegales», afirmó Caamaño en radio Mitre.
La fiscal afirmó que no tiene dudas «de que gente de la ex SIDE está haciendo apoyo tecnológico en la AFI» ya que «los llamaron nuevamente para colaborar». «Caer nuevamente en la AFI es caer en la SIDE, porque no cambió el personal. Se puso a gente dirigiendo y en ese momento funcionó bien, pero los que estaban más abajo no dejaban de ser los servicios de inteligencia de la SIDE, y ahí puede haber filtraciones de todo tipo», subrayó.
Lo lamentable es que el uso de este tipo de metodología de `espionaje con o sin aviso´ ya se torne en moneda corriente en el ámbito del poder y sus alrededores. De ahí en más, todo es posible…no?

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