EL DEBATE SOBRE LA BAJA EN LA EDAD DE IMPUTABILIDAD ES DE MANUAL. UNA JUGADA QUE ESCONDE LA PULSEADA IDEOLÓGICA ENTRE MASSA Y MACRI, PERO TAMBIÉN EL ESFUERZO POR POLARIZAR EL ESCENARIO ELECTORAL

Obviedades políticas

Por Giselle Rumeau*

La Casa Rosada propuso debatir recién en 2018 el régimen de reforma penal juvenil con una clara intención: retomar la agenda y golpear al líder del Frente Renovador, ante la interna con su socia Stolbizer. Pero ambos acusaron recibo y salieron a doblar la apuesta oficial.
Los políticos argentinos tienen ese talento único para discutir siempre sobre lo mismo con un entusiasmo desbordante. En especial, en tiempos electorales. La publicitada propuesta del Gobierno nacional para realizar una reforma del régimen penal juvenil y bajar la edad de imputabilidad de 16 a 14 años es el mejor ejemplo de cómo a veces el debate y la polémica terminan en ineficacia. Es un caso de manual: cada vez que un asesinato violento cometido por un menor conmociona a la opinión pública, aparece esta propuesta como una solución mágica, como una respuesta espasmódica del gobernante de turno, que no duda en pedir mano dura o menos garantismo.
Lo hizo Daniel Scioli en 2008 y 2011, cuando era gobernador bonaerense; lo siguió el candidato a diputado Martín Insaurralde en 2013, e insistió el ex secretario de Seguridad, Sergio Berni, en 2014. La idea quedó siempre en el camino.
Esta vez, el crimen de Brian, el adolescente asesinado por un menor de 15 años en Flores en la víspera de Nochebuena, volvió a reactivar el debate. Y el Gobierno encontró una oportunidad para retomar la iniciativa con la difusión de una propuesta que recién se tratará en 2018 para “no contaminarla con la campaña electoral”, algo que parece encajar en el colmo de las contradicciones. ¿Para qué difunde ahora un proyecto que siempre fue polémico si su intención es no debatirlo en el corto plazo? La respuesta, por supuesto, es política. La Casa Rosada no buscó otra cosa que retomar la agenda pública, desviar la atención sobre la catarata de aumentos que llegó con el nuevo año y, fundamentalmente, darle de lleno en el plexo solar a Sergio Massa. El presidente Mauricio Macri aún no le perdona la jugada realizada a fin de año con el kirchnerismo y el peronismo para complicarlo con el proyecto de reforma del impuesto a las Ganancias.

Marcando las diferencias

El Gobierno logró así desnudar las profundas diferencias ideológicas que existen entre el líder del Frente Renovador y su socia electoral, Margarita Stolbizer, en torno a los temas relacionados con la seguridad. Sucede que Massa dedicó gran parte de su campaña a la reforma del régimen penal juvenil. “Hay que bajar la edad de imputabilidad a los 14 años. Los chicos me dicen que alguien de 15 distingue perfectamente si matar está bien o mal”, decía en un encuentro con jóvenes de Lomas de Zamora en agosto de 2015. Y la primera que salió a poner el grito en el cielo cuando transcendió la versión del Gobierno fue Stolbizer. “Hubiera sido bueno que el presidente empezara el año con el propósito de mejorar la escuela secundaria y no el de meter más chicos presos”, se descargó por Twitter la diputada.
Massa -que suele ganarle de mano al macrismo a la hora de imponer la agenda- optó durante casi dos días por el silencio. Y en el Gobierno lo tomaron como un triunfo. “No sólo nosotros tenemos diferencias con Elisa Carrió”, se jactaba ayer un vocero por los pasillos de la Casa Rosada.
Pero la taba se dio vuelta en el aire por la tarde. El hombre de Tigre acusó recibo y, en una maniobra que confirma la jugada política del macrismo, salió a mostrarse con Margarita para pedir juntos que el Poder Ejecutivo convoque a sesiones extraordinarias y se debata el proyecto oficial en febrero.
“Fui el primero en plantear la necesidad de la baja de la edad de imputabilidad y agradezco al Gobierno que tome nuestra iniciativa para empezar a resolver este flagelo. Pero tanto yo como Margarita estamos convencidos de que la baja de edad sola, es sin duda, un golpe de efecto que no resuelve el problema”, afirmó.
Lo suyo también fue una declaración política ruidosa, dado que el proyecto anunciado por el ministro de Justicia, Germán Garavano, propone convocar a una comisión especial para que elabore después de las elecciones un anteproyecto de reforma del régimen penal juvenil, que esté en línea con los tratados internacionales sobre los derechos de los menores.
Stolbizer, cuyos voceros habían reconocido los cortocircuitos ideológicos con el ex jefe de Gabinete sobre el tema, también buscó acomodar su discurso. “Trabajamos para encontrar un sistema de responsabilidad penal juvenil que anticipe y evite la multiplicación de las víctimas”, consideró.

Algunas coincidencias

Ante el silencio de Massa, Diego Gorgal, especialista en seguridad del Frente Renovador, prefirió dejar de lado las consideraciones políticas pero se mostró de acuerdo con el proyecto del oficialismo. Según dijo, apoya la baja en la edad de imputabilidad siempre y cuando se haga en el marco de una reforma del régimen penal juvenil, que contemple un código penal especial para menores.
“Estoy de acuerdo con que a un chico de 14 años que comete un delito se le ponga un límite y una sanción acorde a un chico de 14 años, que no puede ser la misma que la de una persona de 25 años”, aseguró.
En relación al rechazo de los sectores más progresistas, que consideran que bajar la edad de imputabilidad potenciará la delincuencia en menores de 14 años, Gorgal fue claro. “Siempre el delito responde a las acciones de un gobierno. Los límites y las sanciones son parte de un proceso de socialización. Soy de los que creen que no se puede discutir la sanción, sino las medidas previas para evitarlas. Las miradas más progresistas discuten la sanción, cuando en realidad eso debería ser el último recurso. Discutamos los recursos anteriores”, aseguró.
Paola Spátola, experta en seguridad y ex diputada del PRO, también avaló la iniciativa. “Cuando fui diputada nacional presenté un proyecto similar. Es una asignatura pendiente desde hace muchísimos años y estamos en deuda con los organismos internacionales en materia de protección del derecho del menor.”
En relación a la edad, Spátola consideró adecuado que un menor comience a ser penalmente responsable a partir de los 14 años, pese al rechazo de Unicef. “Te diría que es una edad del promedio internacional”, dice y agrega: “Lo que no hay que hacer es que los menores de 14 años sean tratados como adultos, porque ahí se vulneran todos los tratados internacionales que la Argentina firmó”, insistió.
Más allá de la opinión de los expertos y de la demora en saldar la deuda con los organismos internacionales, algo es claro: la pelea política aparece siempre como trasfondo a la hora de las definiciones importantes. Macri y Massa lo saben.

Fuente. *Cronista

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