LA POSIBLE CANDIDATURA DE CRISTINA REPLANTEA TODOS LOS TABLEROS. LAS LEGISLATIVAS DEFINEN EL FUTURO DEL PERONISMO Y KIRCHNERISMO. EL FACTOR OFICIALISMO, EL FACTOR JUDICIAL Y EL FACTOR SORPRESA

¿Ser o no ser?

Por Ricardo Rouvier*

La vigencia de la ex presidenta está dada por la militancia activa de sus seguidores, su propia comunicación y por el rechazo de sus adversarios internos y externos. En el escenario político nacional hay varias incógnitas. El interrogante mayor se localiza en la provincia de Buenos Aires, y es la candidatura de la ex Presidenta; que se resolverá, seguramente, minutos antes de cerrarse la presentación que dispone el cronograma electoral. La incógnita juega en el tablero político, genera expectativas y condicionamientos a los otros actores y no es un tema menor, porque las legislativas marcarán el paso y tendencia definitiva de lo que pasará en las generales de 2019.

Variables en el aire

No es lo mismo si el FpV/peronismo bonaerense incluye en su oferta electoral a CFK que si no lo hace. El plan de derrotar al macrismo en el 2017 y la vuelta del kirchnerismo al gobierno en el 2019, radica en dar un paso clave: ganar la legislativa en territorio bonaerense en donde se produjo una significativa derrota en el 2015 (a manos de Vidal, no de Macri). Hoy la Gobernadora mantiene una alta popularidad, a pesar de que el episodio de las inundaciones, le significó un pequeño costo a su popularidad, pero igual se mantiene en lo más alto nivel en imagen, y se convertiría en la cara de la campaña. Pero una cosa es ser el centro de la estrategia comunicacional y otra ser candidata. Algunos de Cambiemos mencionaban la posibilidad de volver a la experiencia fallida de las candidaturas testimoniales, pero esto no parece sensato.

Un liderazgo activo

La presencia de CFK en la elección establece un condimento especial en el tablero, un ordenamiento o un realineamiento de los sectores peronistas que están convencidos con esa jugada, e inclusive de los que no están convencidos pero apuestan a la fortaleza de la unidad. Hay un tercer grupo que piensa que CFK es el pasado y debe dar un paso al costado, por lo menos en el plano electoral. Sin embargo el peronismo no tiene quien lo conduzca y lo dirija, y eso es lo que alimenta una realidad contingente, el kirchnerismo sabe que tiene a Cristina; esa es su ventaja, y considera que el peronismo debería volver a alinearse detrás de ella como ya ocurrió durante los tres gobiernos. Cristina, para fortalecerse, debería ejercer una fuerte presión centrípeta, no centrífuga, y reconvertir a aquellos grupos y dirigentes individuales que consideran que ella es un obstáculo, y que deben dar un salto cualitativo por encima del kirchnerismo. Hasta la fecha no se observa un gran despliegue organizativo kirchnerista ni peronista alrededor de la constitución del Frente Ciudadano. Esto deja expuesto el talón de Aquiles del sector; la construcción orgánica. Sobrevuela la pregunta: ¿la edificación es responsabilidad excluyente de la conducción o es una tarea a encarar por la segunda línea supervisada por la líder que ocupa el espacio de la autoridad ?.
Tampoco se observa que el peronismo que ve en CFK el pasado pero no el futuro, tenga resuelto la cuestión organizacional. La fragmentación impide hoy la articulación orgánica, la realización de una fuerza nacional.
La base institucional del peronismo son Intendentes, Legisladores, o dirigentes sindicales y sociales, pero no hay una unidad partidaria por encima de sus funciones. Hay grupúsculos, distinciones burocráticas, que no tienen cabida en la sociedad. Sí, el peronismo produce una florida lista de espera de gobernadores o ex gobernadores, para reconstituir al peronismo detrás de su aventura presidencial.

El límite

Es inevitable que la cuestión judicial focalizada en CFK, con sus avances y retrocesos, establezca un condicionamiento que agrega incertidumbre a la incertidumbre. No se sabe si la situación judicial de la ex Pta. va a cambiar de imputada/procesada a detenida (hay jueces y ex magistrados que en off niegan esta posibilidad). El procesamiento no cancela la presunción de inocencia del acusado, cuestión que sólo se resuelve al finalizar el juicio cuando se formula el veredicto. Algunos abogados piensan que finalmente los diversos juicios contra Cristina se van a dirimir después de las elecciones de este año. Otros letrados piensan otra cosa, mientras que los jueces regulan los tiempos que, a esta altura, difícilmente puedan ser considerados procesales.

Semejanzas preocupantes

Si miramos como en un espejo la situación brasilera veremos que si bien el PT y sus máximos dirigentes han sido afectados en su popularidad, por los escándalos de corrupción, esto no impide, por el momento, que Lula tenga aún un caudal electoral importante. Esto quiere decir que no hay simetría entre la repercusión mediática de un acontecimiento y su correlato en el prestigio o capacidad electoral. Los medios viven la fantasía de creer en la eficacia de su comunicación urbi et orbi, y sus enemigos también son comprendidos por ese imaginario. Trump, va por ese sendero, atacar el árbol, y omitir el bosque.
Aquí los votos que tiene la líder del FpV son de gran adhesión y a prueba de resistencia frente a las diversas indagatorias. Tiene un piso alto y un techo bajo, pero lo que ostenta le alcanza para que afirmemos que hoy está en un posición competitiva para el cargo de senadora o diputada en la Provincia. Competitivo quiere decir que, antes de la confirmación de su candidatura y campaña, se ubica entre los primeros, sin poder anticipar un resultado definitivo. Los que se anticipan a anunciar que CFK gana o pierde, lo hacen desde el calor de posiciones políticas en las que el deseo es más fuerte que la ley de probabilidades. Además, los últimos desempeños de las agencias de medición electoral, en el plano internacional, hacen que los investigadores sean más cautelosos que antes. Esto no evita que haya operaciones de todo tipo a favor o en contra del protagonismo de Cristina, o de la posición que hoy ostenta Cambiemos en la Provincia.
Hay una controversia estratégica en el seno del peronismo y del FpV; y es si hoy la figura de CFK es facilitadora u obstaculizadora para la constitución de un gran y amplio frente opositor. La fuerte verticalidad restringe el camino para la configuración de una alianza amplia. Pero, a su vez, los críticos en el peronismo no tienen un candidato de un tercio del electorado. Y lo que pesa, son los votos. Es verdad que una buena actuación del FpV en la provincia lo ubicaría bien para una recuperación del gobierno en el 2019, y el cristinismo ve que el éxito de una candidatura de su jefa podría iniciar el retorno triunfal del kirchnerismo.
En cambio, si se presentara otra lista distinta (independiente del FR) a la que lidera Cristina esto disminuiría los promedios y facilitaría la performance de Cambiemos o Massa. Las PASO y luego la general, serán para el peronismo una doble vuelta de la interna para establecer la medida de las fracciones.

El factor sorpresa

Es muy compleja la relación que tiene la sociedad con la política, cuando ésta se externaliza en acciones, figuras, liderazgos y acción institucional. Y eso obliga a andar con mucha prudencia en la construcción del futuro. La opinión pública no tiene la linealidad que quieren los políticos; su volubilidad desconcierta a dirigentes y analistas. La atribución ideológica sigue siendo un dispositivo de coherencia, que niega la diversidad interna, el desvío de un supuesto canon. Es más económico hablar de “derecha” e “izquierda” que decodificar que significa eso para la población, mucho más en un país en que el peronismo trazado en diagonal, hace más impreciso estos estereotipos.
Los doce años de kichnerismo que mostraron una alta eficacia electoral no pudieron evitar que en la legislativa bonaerense del 2009 ganara la alianza Unión-PRO con De Narváez, Solá y Macri como consecuencia de la caída económica y el conflicto con el campo; y en la legislativa del 2013 se impusiera el Frente Renovador liderado por Sergio Massa . Esto significa que puede repetirse la derrota del actual oficialismo, aunque no anticipa un resultado determinado para 2019. Lo que conceptualmente está en juego es si la recuperación del kirchnerismo puede hacerse con la decisión llana de restauración, sin pensar en edificar una diferencia con el período 2003/15. Eso supone creer que la mayoría de la sociedad estaría dispuesta a reconsiderar y reparar su voto, y esto sería facilitado por una eventual hecatombe del gobierno de Cambiemos. Pero también surge de investigaciones en el territorio que gran parte de la sociedad, que está apretando los dientes, no quiere regresar sin más a la situación anterior.
Las hipótesis catastrofistas sobre la gestión Macri favorecen la inmovilidad en el peronismo y el kichnerismo; ahora, si el gobierno ganara en las próximas elecciones en el distrito, la fragmentación del peronismo se dilataría varios años, y el kichnerismo quedaría muy herido. Para muchos dirigentes peronistas, la recuperación del mismo no ocurrirá este año, y esto es otra diferencia con el kichnerismo, que apura un retorno más rápido. (…) Ninguna de estas suposiciones, grandilocuentes por otra parte, pueden confirmarse, porque siempre la realidad es más compleja que nuestras elucubraciones, y generalmente lo que termina imponiéndose es la medianía. La presencia de la incertidumbre es la certeza de que los hombres no son dioses, aunque muchas veces actúen como si lo fueran. Habrá que ver…

Fuente: LPO, *Lic. en Sociología. Dr. en Psicología Social. Maestrando en Epistemología. Titular de Rouvier & Asociados.

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