LA PELEA DE FONDO QUE SE VIENE ES MACRI-MASSA. EL RECALCULO DE LOS FRONTONES Y EL PESO DE LA OPINIÓN DE LA GENTE SOBRE LOS RESULTADOS DE LA GESTIÓN Y LOS MODELOS POSIBLES

Cross de derechas

Las encuestas confunden y la confusión no es una buena señal cuando faltan apenas tres semanas para la virtual primera vuelta que serán las primarias del 13 de agosto. Los números que llegan del territorio bonaerense encienden luces de alerta en la Casa Rosada, dice el columnista Marcelo Falak.
«Cuando la encuesta pregunta por marcas electorales, Cambiemos da bien en el global de la provincia y peleamos palo a palo con Cristina (Kirchner). Ahora, cuando se pregunta por los nombres de los candidatos a senador, la intención de voto (para Esteban Bullrich y Gladys González) es mala. Y muy mala te diría en la tercera sección» electoral, dejaron deslizar desde el campo macrista. La preocupación no es menor: ese pedazo del conurbano, que reúne partidos como La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes, Almirante Brown, Lanús, Florencio Varela y Avellaneda, entre otros muy populosos, concentra casi cuatro millones de votos, nada menos que el 13 % del total nacional.
En el oficialismo creen que la estrategia de confrontar con el kirchnerismo fue eficaz para transitar el primer tramo del Gobierno, porque permitió avanzar en la gestión a pesar de que las noticias ásperas superaron en mucho a las agradables. Pero la referencia al «pasado nefasto» tuvo, como toda medicación, efectos secundarios: subió a la expresidenta al centro del ring, la condujo a decidirse a ser candidata y concentró en torno a su figura a un «núcleo duro» K que, en su condición de cerca de un tercio del voto bonaerense, tiene buenas posibilidades de triunfo en agosto y en octubre.

Recalculando la meta

Por eso el consenso en el macrismo es que esa estrategia ya está agotada, que hay que llegar lo más arriba posible el 13A y que, desde ese día, la pelea ya no debe ser contra Cristina sino contra Sergio Massa.
El Gobierno sabe, claro, que no tiene ningún voto que restarle al kirchnerismo, la opción electoral más nítidamente opositora, y buscará reeditar el escenario de 2015: segundos en la primera vuelta y primeros en la segunda, gracias al aporte de un voto massista que, entonces, quedó disponible.
Pero la que viene no es una elección presidencial sino una legislativa (más libre para el elector) y la polarización que impuso entonces la regla del balotaje no existirá en octubre: todas las listas estarán entonces en los cuartos oscuros. Ante esa dificultad, ¿cómo pretende el oficialismo apoderarse de buena parte de los votos que 1País obtenga en las PASO para así pasar al frente el 22O?
«El nuestro es un Gobierno de expectativas», dicen que le dijeron a Ambito Financiero en la Rosada (¿será porque aún no pueden allí hablar de realizaciones?). «Lo que viene es una elección entre modelos, entre dos épocas. La gente va a tener que decidir entre populismo y cambio», repitieron una vez más.
Lo que ya se nota y tomará más impulso en las próximas semanas es una ofensiva que pondrá en el primer plano a las principales figuras nacionales de Cambiemos, con Macri y María Eugenia Vidal a la cabeza, pero también con Elisa Carrió cruzando frecuentemente la General Paz y acaparando el show electoral como lo hizo cerrando esta semana. «La idea es mostrar hechos, como anuncios o inauguraciones de obras, o al Presidente quemando droga decomisada», agregaron. Se sobreentiende que, preferentemente, con los guantes al derecho.

Ni Sergio ni Florencio y menos Cristina

En paralelo, se reforzará la idea de que Massa (y Florencio Randazzo) son parte del pasado kirchnerista, que callaron largamente ante la corrupción y los desaciertos del Gobierno anterior. «Nosotros contra todos», sería la fórmula para polarizar, ya no solo con Cristina sino con el tigrense como blanco principal de los ataques.
Mientras, se hablará cada vez menos de la expresidenta, al menos en términos personales, para evitar que los efectos secundarios de la estrategia inicial se multipliquen indeseablemente por sobredosis. Con todo, el kirchnerismo seguirá siendo el fantasma a vencer, aunque se lo aludirá de modo más tangencial.

Que alguien vaya en cana

Lo que ocurre estos días con la iniciativa para expulsar a Julio De Vido de la Cámara de Diputados es una excelente muestra del plan en ciernes. Se expone a un símbolo de la corrupción, se obliga a los diferentes sectores a tomar partido, se acorrala al kirchnerismo y a todos los que voten en contra en la posición de cómplices o encubridores y se fragiliza como actores funcionales al oficialismo a quienes acompañen con sus votos. Un modo, entonces, de golpear a Cristina y también a Massa. Cerca de este desconfían profundamente porque saben que no les queda alternativa, lo que se comprobó cuando los diputados del sector pasaron de respaldar una suspensión (opción jurídicamente más sólida) a prometer el voto por la exclusión. «En el fondo, ellos prefieren que no haya dos tercios (en Diputados) y que fracase la expulsión. Sacarían todo lo que quieren, encasillando a los diferentes sectores en el rol que les quieren asignar, y evitarían el peligro de que De Vido abra la boca», dijo un veterano del Frente Renovador.

En 3D

Un massista de los que piensan la estrategia para contrarrestar lo que viene explica que se trabajará en tres planos.
El primero, mantener una campaña propositiva, con eje en ideas como la entrega de alarmas a vecinos o la conocida reducción de precios a través de una rebaja del IVA. «Se busca actuar sobre las principales preocupaciones de los bonaerenses: inseguridad, inflación y desempleo. La corrupción viene atrás, cuarta en las menciones y con mucha menor frecuencia, porque es algo que no genera una percepción directa en la gente», dijo alguien vinculado con las tareas de opinión pública de la campaña de 1País.
Sin embargo, la cuestión de la corrupción no se va a descuidar, lo que lleva al segundo punto del plan para esterilizar la ofensiva oficial en ciernes: exhibir un equipo eficaz, con una distribución clara de roles . «Margarita (Stolbizer) va a ser fundamental en eso. Tenemos la ventaja de contar con un equipo que es el mejor de todos y lo vamos a mostrar todo lo que podamos. ¿O los periodistas no llaman al ‘Vasco’ (José Ignacio de Mendiguren) cada vez que hay problemas con las importaciones, a (Daniel) Arroyo que es una referencia en temas sociales o a Mirta (Tundis) cuando se trata de los jubilados?», le preguntó, retórico, a ambito.com, un miembro de la lista massista. «El concepto a transmitir es ‘Massa más equipo'», agregó.
El tercer punto de la estrategia es compensar lo que pueda restarles el macrismo, quitándole votos a Randazzo. ¿Cómo? Usando la misma idea que empleará el macrismo: la del voto útil contra el «peligro» de un triunfo de Cristina.
«Calculamos que ‘El Flaco’ va a estar en siete u ocho puntos en agosto, que son votos que de ninguna manera pueden ir para la Unidad Ciudadana. Si el Gobierno instala el temor a una vuelta del kirchnerismo, no va a ser capaz de polarizar porque no tiene nada para poner sobre la mesa en términos de gestión. Y nosotros podemos demostrar que somos los únicos que ya le ganamos. Lo hicimos en 2013, demostrando que tenemos habilidad para hacer campaña en condiciones adversas, y en 2015 supimos resistir cuando había una polarización de verdad», explica un armador bonaerense del massismo.
«El 20 % de 2015 para nosotros es un piso. Y si salimos segundos en las PASO o quedamos muy cerca del segundo lugar, no tenemos techo», se entusiasma el candidato mencionado más arriba.
Mucho se mira la pelea entre el macrismo y el cristinismo. Pero otra asoma ya detrás de la grieta, y esa es de dercha a derecha, en cross y con Massa.

Fuente: Ambito Financiero, NA.

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