DECLARACIONES DE AMADEO NICORA, PRESIDENTE DEL INTA EN SUS PRIMEROS 30 AÑOS

“La sinergia público-privada, necesaria para llegar a la sociedad”

Con el foco puesto en potenciar la posibilidad de lograr conocimiento aplicado y con llegada a la sociedad, la vinculación tecnológica en el INTA cumplió 30 años. Del festejo, realizado en el Hotel Savoy de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, participaron Agustín Campero, secretario de Articulación Científico Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Rodrigo Bunge, subsecretario de Información y Estadística Pública del Ministerio de Agroindustria de la Nación, Héctor Espina y Adolfo Cerioni, director nacional del INTA y coordinador del área, respectivamente, entre otras autoridades e invitados especiales.
Amadeo Nicora, presidente del INTA, se mostró orgulloso por el trabajo logrado a lo largo de los 30 años de trayectoria de vinculación tecnológica y destacó la importancia de la articulación con el sector privado: “Somos una institución que nuclea la investigación, el desarrollo y la innovación y, para que esto suceda, tiene que darse el vínculo público-privado”.

Estrategias del instituto

“La sinergia público-privada es necesaria para que los productos lleguen a la sociedad”, señaló Nicora al referirse a la estrategia institucional y agregó: “El INTA es una institución fenomenal que produjo, produce y producirá la mayoría de sus acciones como bienes públicos”, al tiempo que consideró “absolutamente necesario que los recursos de la sociedad cuando generan posibilidades de apropiación, queden en el Estado”.
“El INTA es una política de Estado”, señaló Nicora quien agregó: “No basta con que nos reconozcan que somos una institución importante, sino que hay que demostrarlo”, al tiempo que dejó como reflexión final la tarea de pensar “cómo hacer para que esta gran institución siga cumpliendo con los objetivos para los cuales fue creada”.
A su vez, señaló su interés en potenciar a INTeA como una “fuerte herramienta de la vinculación tecnológica del INTA, ya que fue creada para comercializar sus logros tecnológicos”.
Por su parte, en su discurso, Espina recordó que el año 1987 fue un año muy importante para el INTA en el que “se dieron dos hechos históricos relacionados con la participación y la articulación: uno relacionado con la descentralización en el que se crean los consejos regionales con dos mil participantes de la sociedad civil que gobiernan y generan política. El otro hito destacado para el organismo fue la creación de la unidad de Vinculación Tecnológica, un hecho que marca un proceso de innovación institucional importante” y destacó el largo camino recorrido.
Asimismo, Espina explicó: “Las capacidades y presupuestos del Estado nacen en algún laboratorio, en un campo o una experimental y se transforman en desarrollo, lo que implica una mejora para el productor”. En este sentido, consideró “fundamental entender esto y generar recursos para la institución que terminan volcandose en el propio sistema”.
“Hemos demostrado, en más de una oportunidad, que todo lo que se invierte en el INTA, el organismo lo devuelve a la sociedad en innovación y desarrollo”, sentenció Espina.
A su turno, Cerioni adelantó los objetivos de la coordinación que lidera: “Vamos a intensificar la articulación con las cámaras empresariales para identificar nuevas demandas y oportunidades”.
“Por primera vez, –explicó– tenemos un emprendimiento conjunto con la Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión del INTA para desarrollar un e-shopping, mediante INTeA, para comercializar artesanías de grupos de las comunidades a las que se asiste”.
Además, se refirió a la articulación público-privada como un “espacio de sinergia e intercambio” en las que surgen oportunidades e iniciativas en las que “ganamos todos”. Y agregó: “A lo largo de estos 30 años nunca nos faltaron desafíos para enfrentar. Todas fueron excelentes oportunidades de aprendizaje que nos hicieron crecer”.

Tres décadas al servicio de la transferencia

Desde hace 30 años, el INTA impulsa estrategias de vinculación que buscan poner en valor el conocimiento generado en los centros de investigación del instituto que se transfiere a empresas para su producción y comercialización, a cambio de pagos por licencias y regalías.
Javiyú es un nombre guaraní, significa “capullo” y está recorriendo el mundo. Así se llama la cosechadora de algodón que desarrolló el INTA Reconquista –Santa Fe– y fabrica la empresa Dolbi, de esa provincia. La máquina marcó un cambio de paradigma en el manejo del cultivo: permitió mecanizar la cosecha en pequeñas superficies.
Entre sus destinos se encuentran Turquía, que compró veinte máquinas y se convirtió en el quinto país en elegirla, después de Brasil, Paraguay, Venezuela y Colombia.
Orlando Pilatti, técnico asociado del INTA Reconquista –que en la actualidad trabaja ad honorem– es uno de los creadores de la Javiyú INTA y compartió en el encuentro los orígenes de desarrollo de la maquinaria y aseguró: “El 40 % de la cosecha nacional se hace con la Javiyú y hoy hay 420 máquinas de las cuales se han exportado 56 a Turquía, Irán y Sudán”.
Por su parte, Alberto Blas Livore, coordinador del Grupo de Mejoramiento Genético de Arroz del INTA, se refirió al largo listado de variedades desarrolladas por el Instituto y aseguró: “En los 90, el 100 % eran variedades de arroz utilizadas eran extranjeras. En 2016, el 83% del área de Brasil tiene genes y tecnología del INTA en todas las variedades”.
“Logramos dos patentes y 16 patentes gestionadas en otros países. Esto se logró de la mano de variedades como Puita, Guri, Ñu Poty, Memby Porá”, puntualizó Livore. (Fuente: INTA)

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