El dirigente radical, que fue gobernador de Córdoba desde 1983 hasta 1991 y candidato presidencial en 1989, tenía 85 años y había sido operado por una fractura de cadera a raíz de lo cual su salud empezó a deteriorarse.
Fuentes del partido centenario anunciaron que el ex senador nacional murió en horas de la tarde en la Ciudad de Córdoba como consecuencia de una enfermedad terminal que lo aquejaba desde hace varios años.
Hace algunos días, el tres veces gobernador cordobés había sufrido una fractura de cadera que se vio agravada por «una enfermedad terminal de trasfondo de muchos años», había manifestado en horas de la mañana el médico José Sala, de la clínica en la que se encontraba internado.
En septiembre de 2016, el actual mandatario provincial, Juan Schiaretti, lo había distinguido con el reconocimiento Brigadier Juan Bautista Bustos. Justamente, el gobernador de origen peronista fue uno de las últimas personas en visitarlo: por la mañana pasó a saludarlo en la habitación del Instituto Modelo de Cardiología y lo dejó en compañía de la familia.
Angeloz, de 85 años, fue abogado y delegado de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la Argentina durante la última dictadura militar, aunque es recordado por haber sido tres veces gobernador de Córdoba entre 1983 y 1995 y por haber sido candidato a Presidente en 1989.
En aquellas elecciones para suceder a su correligionario Raúl Alfonsín en la Casa Rosada, el cordobés fue derrotado por el postulante del PJ, el riojano Carlos Menem.
Luego de sus tres períodos al frente de la provincia mediterránea, el referente radical ocupó una banca en el Senado hasta 2001, cuando se retiró de la vida política activa.
«Político honesto y republicano, hombre de diálogo respetuoso y respetado por correligionarios y adversarios. Con el retorno de la democracia recuperó a Córdoba del terror y la violencia sembrados en la dictadura, priorizando y logrando la paz social», subrayó la UCR cordobesa a través de su cuenta de Twitter.
En tanto, el diputado nacional Ricardo Alfonsín afirmó que la muerte del cordobés le generó «una tristeza grande» y lo recordó como un «político de raza que no necesitaba ocupar cargos».