Los resultados de las Primarias dejaron pensando a más de uno en Chubut. Con una empinada impensada de Cambiemos que logró definitivamente su certificado de existencia y de manos de un radical, un Frente Chubut Para Todos que logró mantener los votos dasnevistas de las generales y quedarse con la cucarda del candidato más votado, y un Frente para la Victoria que quedó lejos en la individual pero arriba en la partidaria y ya saca cuentas con vista a 2019, el proceso ahora implicará desmenuzar algunas cuestiones para ayudar a pensar en voz alta a candidatos, referentes y sobre todo electorado.

No hay espejo

De hecho, las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) son un instrumento nuevo y perfectible, que achica y ordena la oferta electoral y no funciona como «una gran encuesta nacional», dicen los entendidos. ¿Por qué? Por el comportamiento «sofisticado» de los votantes que ponderan, evalúan y pueden redireccionar sus votos en la elección general. “No predicen ni funcionan como espejo”, afirma Julia Pomares, politóloga y directora ejecutiva de Cippec.
A lo largo de los años, las PASO han tenido efectos en los partidos, y aún se está en tiempo de ensayo y aprendizaje, porque a decir verdad, en la Argentina se usaron sólo tres veces, poco para establecer reglas, pero lo suficiente para permitir balances.
Entre algunas cosas, estas Primarias logran comprimir la oferta electoral a nivel provincial, como en el caso del FPV en Chubut, donde arrancaron 8 listas y fueron al cuarto oscuro sólo 6. De esas, está claro que muchos de los que se proponían como recambio generacional, expusieron que aún les falta bastante militancia y deberán aprender de la fuerza de la sumatoria y del valor de la organicidad, pero mientras tanto, lograron un número en el tablero electoral. Otros, anticiparon una jubilación en términos sectoriales. En el caso del ala sindical que personificó Héctor González, lograron reeditar la participación de sectores fuertemente desempoderados por la debilitada incidencia en la coyuntura, y replantear alianzas dentro del PJ-FPV con una porción numeral del electorado en mano. Mientras que en el caso del sindicalismo petrolero, un segmento clave de casi 5 mil voluntades abrió una verdadera encrucijada pensando en octubre ¿acompañará al candidato comodorense peronista o responderá al oficialismo que negocia “por las petroleras” a nivel nacional?, tal como advirtió Das Neves. En esto, el alineamiento del líder “Loma” Avila con un pie en la estructura gremial y otro en la empresa estatal Petrominera, será una verdadera definición.
Las fusiones en las PASO, son inevitables porque tienen un efecto mecánico: el piso de 1,5% de umbral de votos válidos reduce de por sí, el volumen de la oferta. Aquellas listas que no alcanzaron en la interna los dos dígitos, revisarán de por si el margen de oportunidades de “sumarse” o “restarse” a tiempo al caballo ganador allanados por el viejo axioma: “el que gana lidera, el que pierde acompaña”. A la par exponen que el exceso de competencia interna de candidatos es un síntoma de haber sufrido la “mesa chica” durante demasiado tiempo.
En esto, las PASO resultan un mecanismo saludable en el país y en Chubut, por la democratización partidaria, con excepción de las listas únicas que se presentaron en esta cita del CHuPaTo, Cambiemos, el Frente de Izquierda o el Frente Popular que optaron por simplificar las pujas internas. El tema es pensar en lo que viene.

No hay regla de transferencias

Más allá de la simplificación que apuraron las PASO, el dato es que continuarán en carrera en Chubut por ejemplo, 7 listas. Y una cosa más que se desprende del proceso según los analistas, es que no se trata de una encuesta. “Porque los votantes son sofisticados. Aprovechan la información que les brinda el resultado de las PASO y redefinen su voto en las generales, a veces en un porcentaje importante”, afirma Pomares. “Con Ernesto Calvo analizamos lo que llamamos las `transferencias de votos´ de una elección a la otra y vimos que los votantes pueden decidir estratégicamente cambiar su voto entre la PASO y la elección general. Por ejemplo, estimamos que un 45% de los que votaron a José Manuel de la Sota en las PASO de 2015 no votaron a Sergio Massa en la general, aunque estaban en la misma primaria, sino que votaron a Mauricio Macri. Y lo mismo pasó con Margarita Stolbizer: un 40% de sus votos fue a Macri y sólo un 0,5% a Massa. Entonces, el resultado de la primaria no indica qué va a pasar en la general. Da pistas al votante pero no es espejo ni predice el resultado”, afirma la doctora del London School of Economics and Political Science.
Esta mirada es importante al momento de evaluar fortalezas y debilidades de los tres principales sectores que se disputan el voto del electorado en territorio, por ahora, en estas legislativas.

Chubut sumó un jugador

Entre las reflexiones que afloran surge que Cambiemos logró filtrarse como opción en una provincia que históricamente vino polarizada. Hasta 2003 por las confrontaciones mayoritarias radicalismo-peronismo; a partir de 2013, y con el distanciamiento del sello por parte de Das Neves, comenzó a polarizar la dicotomía dasnevismo-peronismo que se mantuvo hasta ahora, y en esta ocasión, surge claramente un tercer actor, que es Cambiemos. Esta escalada de la alianza gobernante a nivel nacional en una Provincia donde no medía, es para un análisis profundo, pero en principio expone la capacidad de los sectores internos del PRO de resignar protagonismos y poder alinearse ante el mejor candidato que evaluaron, más allá su origen radical. No se puede desconocer que en los sondeos sumó simpatías el perfil del candidato, que en campaña mostró poca confrontación y más discurso claro, directo e involucrado con la coyuntura. Y posiblemente una tercera componente podría estar fuertemente vinculada a la ilusión del electorado de lograr por una vez, una Provincia en línea política con la Nación.
Este fortalecimiento de Cambiemos como tercera opción política clara en Chubut se podría inferir, desde la derecha, reubicaría al Frente oficialista Ch.P.T. al centro, y al Peronismo-FpV a la izquierda, en lo que quedaría de resabios ideológicos teóricos. Mal que les pese a los sellos en danza, los votos que ahora fueron a Cambiemos, en la elección pasada y que se infieren “clasistas”, engrosaron otros modelos. Tarea para analistas será ver que decepcionó o que nuevas expectativas reagrupó esas voluntades hacia un candidato desconocido en la política regional, pero que tal como mide hoy, tranquilamente podría pensarse con aspiraciones a la intendencia de Comodoro Rivadavia o porqué no a la Gobernación en 2019.

Seis por uno, seis

Está dicho que las PASO no van a solucionar todos los problemas para quienes relativizaron al final la instancia individual y piensan en el conjunto. Ni el Peronismo-FPV sanará su matríz partida en más de seis pedazos, ni todos esos “compañeros” se alinearán detrás de Ricardo Fueyo y los referentes históricos. La discusión pendiente es cómo lograr que los partidos políticos no sólo sean una etiqueta, sino que también den una pista informativa útil sobre lo que representan como proyecto en la zona. La gran debilidad de este sector es que arrastra el mismo padecimiento a nivel nacional: no hay un liderazgo que los aglutine completamente, y a decir de las expectativas puestas en el intendente Carlos Linares, las señales que le mostró el electorado comodorense, podrían replantear en parte su proyección a futuro. No es para desconocer que el candidato de Linares, Ricardo Fueyo quedó en territorio comodororense bastante lejos del primero y segundo con 16 mil votos, más allá que en la sumatoria, el sello peronista alcanzó los 41 mil. Es un dato que habla del humor de la Capital del Petróleo.
Nada indica además que estas voluntades justicialistas confluirán en la lista ganadora. Uno de los interrogantes para el elector es ¿cuál es el proyecto de un candidato al Congreso, de un peronismo que no reporta a un líder nacional claro? Y en todo caso, ¿el peronismo tiene 6 modelos legislativos para la provincia del Chubut como propuesta? ¿En qué se diferencian y en que se asemejan? Uno de los grandes inconvenientes de pronto parece ser que de tanto orejear candidaturas, el discurso de campaña se sobreentiende demasiado y se lastra a muy viejas consignas. Lo que no se debería perder de vista es que ese sobreentendido falló brutalmente en las presidenciales de 2015.

Cómo se sigue?

En la avenida del medio quedó el Frente Chubut Para Todos, que sigue prendado del gran elector que es Mario Das Neves. Más allá de los intentos de atar a la gestión y a un equipo de trabajo, la complejidad del escenario político-económico nacional condicionó estos dos primeros años del tercer mandato del líder, por lo que los resultados no fueron el traccionador patrimonial que alguna vez fue. Mariano Arcioni hizo una buena elección en Comodoro, cumpliendo el objetivo con más de 21 mil acompañamientos, pero en definitiva la diferencia del CHPT se logró en el poroteo de las pequeñas localidades, esas que Das Neves se encargó de remarcar y que expresan un modo de hacer política gobernando. La apuesta es a reforzar la gestión y el modelo. No en vano el propio Das Neves fue el interlocutor después de conocerse los resultados casi finales, y no hubo declaraciones del propio candidato. Entre los interrogantes que abruman a parte del electorado oficialista es saber respecto a Arcioni, en calidad de candidato y de vicegobernador, ¿cuál es el proyecto político propio? Los números en la individual lo dieron como el candidato más votado con el 26,24% de los votos, pero en los resultados por partido reporta segundo detrás del FPV, y apenas a 0,30% arriba de Cambiemos.
En fin. Las alianzas nacionales que se evidencias en el Congreso, la perspectiva a futuro de relación con el gobierno central y las urgencias provinciales, son todos temas que inevitablemente se asocian a quienes aspiran a las bancas en esta ronda. Por ahora, los días que vienen serán para evaluar estrategias. Habrá que ver…