LA RELATIVIDAD DE LA TEORÍA DE LA RELATIVIZACIÓN, LA DUDOSA ALEGRÍA QUE ARROJA EL INDEC, Y LAS MÁXIMAS DE GALEANO SOBRE LA VARA QUE MIDE O QUE INDICA

Puntos de vista y de miopía

Por Juana de Arco*

Resulta que la modernidad ha marcado una manera políticamente correcta de engaño masivo con una estrategia muy humana: la relativización. La palabra relativizar no significa dejar de darle importancia o querer ignorar la realidad. Etimológicamente, relativizar significa “poner en relación con otra cosa”. Y precisamente por eso las comparaciones tienden a resultar siempre odiosas, porque la vara con la que se mide tiene que ver con el sistema de valoración, algo que no solo tiene que ver con la calidad humana, sino con la calidad institucional y el modelo de mundo que rige ideológicamente al sector que tiene el poder, y por ende la vara.
Quién sabe si de eso no se trataba la típica varita mágica con la que simbólicamente algunos lograban transformar la calabaza en carruaje, no?
Para decirlo en términos políticos,
Desde el punto de vista de las condenas a la corrupción, el oficialismo se ufana de la situación del ex ministro Julio De Vido, al borde de la condena en la Tragedia de Once que causó la muerte de 52 personas. Desde la perspectiva simplificadora de la ex presidenta Cristina `el motorman no frenó´, desde la vara que ahora ordena `lo que está en tela de juicio es la política ferroviaria que se aplicó desde su ministerio; las acciones u omisiones que provocaron este, y otros accidentes: la falta de mantenimiento de las formaciones, la infraestructura, la falta de control sobre el personal, y el destino de los fondos públicos entregados a la empresa TBA, las concesiones y subsidios´.
A la par, desde el punto de vista del Ministerio de Energía y Minería de la Nación la adjudicación de dos de tres proyectos energéticos por un total de 506 megavatios (MW) y más de 500 millones de dólares al amigo del alma del Presidente Macri, el célebre empresario vinculado a su familia y negocios, “Nicky” Caputo, es un acto de justicia. Desde la opinión pública, es una operación por lo menos sospechosa.

Depende la vara

Esto de las perspectivas lo explicó fina y magistralmente con verdades en prosa, hace tiempo el maestro Eduardo Galeano. Decía el uruguayo iluminador que “Desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del ladrón, el crepúsculo es la hora del desayuno.
La lluvia es una maldición para el turista y una buena noticia para el campesino. Desde el punto de vista del nativo, el pintoresco es el turista.
Desde el punto de vista de los indios de las islas del mar Caribe, Cristóbal Colón, con su sombrero de plumas y su capa de terciopelo rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vistas”.
Lo que deja abierta la probabilidad que Caputo sea un De Vido, en un futuro no muy lejano…

La cuestión de la relatividad dolorosa

Decía también Galeano, que “Desde el punto de vista de las estadísticas, si una persona recibe mil dólares y otra persona no recibe nada, cada una de esas dos personas aparece recibiendo quinientos dólares en el cómputo del ingreso percápita.
Desde el punto de vista de la lucha contra la inflación, las medidas de ajuste son un buen remedio. Desde el punto de vista de quienes las padecen, las medidas de ajuste multiplican el cólera, el tifus, la tuberculosis y otras maldiciones”.

Rarezas estadísticas

Y entrando en terreno de valoraciones concretas, el gobierno anterior decidió borra los números del mapa como modo de evitar que dieran negativo. Mientras que el actual, mide la caída de la negatividad en términos de aumento de la positividad, lo que resulta también una falacia visualizada.
Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) explicó por ejemplo, que en el primer semestre de 2017 bajó la pobreza, pero subió la indigencia. O sea, algo así que no hay tanta gente en la cornisa, porque ya se cayeron!
Raras cuestiones epistemológicas conceptuales sobre lo que significa comer, viajar, estudiar o no poder hacerlo. Según los contadores de números y compartimentadores de sociedades, el 28,6% de la población no llegó con sus ingresos a cubrir la canasta básica total (CBT), es decir, quedó por debajo de la línea de pobreza. Esto equivale a unas 12 millones de personas que se cayeron del mapa de las posibilidades y pasaron a engrosar la tristemente llamada casta de “indigentes”. Pero desde el punto de vista del INDEC, que la franja de pobres sea menor, es positivo, no importa hacia que lado hayan caído esos guarismos.
De esta forma, el porcentaje de la población bajo la línea de pobreza se redujo 1,7 puntos porcentuales, aproximadamente 700 mil de personas menos que seis meses atrás. Se infiere entonces, sin temor a dudas, que no es que bajó la pobreza porque subieron un peldaño, sino que se redujo porque de ese piso de imposibilidades, literalmente se fueron al joraca de ni siquiera conservar el título de “pobres”.
De este modo explican los indicadores de lo indicable, como los pobres más pobres pasaron a ser parias, y `felizmente´, ya no son pobres.
Según el INDEC, además, entre los pobres que no se fueron para arriba, sino que son menos que pobres, hay unos 2,6 millones de personas.
Para el INDEC como las estadísticas no muestran vidas ni personas, sino tendencias, el dato les pareció hasta auspicioso, afirmando que `esta marca es apenas una décima mayor a la registrada en el semestre anterior, lo que equivale a 42 mil personas más (sic) debajo de la línea de indigencia´.
O sea, para graficarlo en términos de vecindad, sería como que la mitad de la población de Puerto Madryn se volvió indigente en siete meses. La diferencia es que esos 47 mil están dispersos en diferentes ciudades del país, ´por suerte, para el INDEC y para nosotros´, lo que obliga a pensar la línea de reflexión medible, no?

No sabe, no contesta

El organismo insiste además que por el black out estadístico que rigió en la primera parte de 2016, no se dispone de datos del primer semestre de 2016 para hacer una comparación interanual. Sin embargo, según lo que el INDEC dio a conocer el año pasado -y por única vez- una medida alternativa correspondiente al segundo trimestre, que había marcado 32,2% de pobreza y 6,3% de indigencia, y de acuerdo a lo que muestran hoy, la población bajo la línea de pobreza se redujo 3,6 puntos porcentuales, y la indigencia bajó una décima en la comparación interanual, (no semestral). Como a la vez no hay más ricos, y si más pobres terminaron siendo indigentes, podría interpretarse que muchos indigentes o migraron a otras latitudes, o fenecieron, no?
Y como para chicana discursiva no hay con que darles, los datos duranbarbizados terminaron afirmando temerariamente que: «Con los valores arrojados del primer semestre, es posible afirmar que estamos en los niveles alcanzados entre 2011 y 2012, según los centros de estudios privados que basaron sus estudios con los valores de inflación no oficiales de ese momento. En ese mismo período, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hablaba en la ONU donde afirmaba que tanto la pobreza como la indigencia se habían reducido a un dígito», afirmaron fuentes del Ministerio de Hacienda, que aprovechan los nuevos datos para hacer una comparativa tan increíble como elocuente entre lo que hay y lo que no hay.

El laboratorio de la numerología

Con un reconocimiento que suena optimista, oficialmente se dice sobre la pobreza que «Sabemos que todavía es un número alto, un tercio de la población todavía se encuentra en estas condiciones y trabajamos día a día para revertir esta situación», aseguraron desde el punto de vista de la cartera de Nicolás Dujovne, a la vez que celebraron “la segunda baja consecutiva” de la medición de pobreza (aunque insistimos que esa baja significa que pasaron a la indigencia…).

La Patagonia zafa por ahora

Particularmente preocupante es la situación de algunos de los 31 aglomerados urbanos relevados en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). En Santiago del Estero-La Banda la pobreza alcanzó al 45,4% de los habitantes; en Concordia, el 42%; en Corrientes, el 40%; en Gran Resistencia, el 34,7%; y en Viedma-Carmen de Patagones, el 34%.
Así, la región con menor pobreza fue la Patagonia (21%), seguida por la región Pampeana (28%) y casi empatada por el Noroeste (28,2%). El Gran Buenos Aires presenta una situación mixta (28,8%), ya que en la Ciudad de Buenos Aires la incidencia de la pobreza es muy baja (13,4%) en contraste con la de los partidos del conurbano (32,6%). Por su parte, el Noreste fue la región con mayor porcentaje de personas que no llegan a cubrir la CBT, 33,6%, seguida por Cuyo con el 29,3%.

Los más vulnerables, mucho más vulnerables

De todos modos, el dato más preocupante de todos estos puntos de vista y miopía, sigue siendo la incidencia diferencial por edad, donde reconocen los leedores de datos del INDEC que el 42,5% de los niños y niñas menores de 15 años son pobres y el 10,6% es indigente.
Además, tampoco tienen de que disfrazarse ante la evidencia de la ancianidad precarizada: “Aun estamos muy lejos del 6,4% de incidencia de la pobreza entre las personas mayores de 65 años”, aceptan. O sea…
Como decía Galeano, todo depende del punto de vista:
“Desde el punto de vista del sur, el verano del norte es invierno.
Desde el punto de vista de un lombriz,
un plato de espaguetis es una orgía.
Donde los hindúes ven una vaca sagrada,
otros ven una gran hamburguesa.
Desde el punto de vista de Hipócrates, Galeno,
Maimónides y Paracelso existía una enfermedad llamada indigestión, pero no existía una enfermedad llamada hambre.
Desde el punto de vista de sus vecinos del pueblo de Cardona, el Toto Zaugg, que andaba con la misma ropa en verano y en invierno, era un hombre admirable: -El Toto nunca tiene frío-decían
Él no decía nada, frío tenía, lo que no tenía era un abrigo”, explicó alguna vez el maestro.

*Soy Juana de Arco, amiga de Juan de la Sota, Fiel del Furia, seguidora de la Sombraonline y ceniza de tantos…

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