FUE CONDENADO POR EL ASALTO A UN CAJERO AUTOMÁTICO. EDUCACIÓN ECHÓ AL PROFESOR POR “MALA IMAGEN”

Alumnos de la Politécnica reclamaron la reincorporación de Pablo D’Horta

Semanas atrás, la comunidad de Puerto Madryn recibió la noticia de que alumnos de la Escuela Politécnica 703 llevaba a cabo un novedoso emprendimiento, que consistía en la impresión, a través de impresoras 3D, de prótesis, en este caso, manos, de las cuales las dos primeras fueron donadas a vecinas de la ciudad.
El emprendimiento, destacado por el bajo costo para producir las prótesis y que contó con la colaboración del sector privado, que donó un dispositivo de impresión para sumar al laboratorio de la escuela, le valió a los estudiantes el reconocimiento de los vecinos de Madryn, así como también, al profesor encargado de coordinar el taller, Pablo D’Horta.
Sin embargo, la trascendencia pública que tomó el evento hizo que una docente del establecimiento se enterara de que el ahora docente es quien, en 2001, fue exonerado de la Policía del Chubut por su participación en el robo a un cajero automático del Banco del Chubut, en Puerto Pirámides, por lo que desde el Ministerio de Educación se decidió la desvinculación del docente.

Ingreso con causa penal

La decisión del Ministerio puso en vilo a los alumnos, quienes reclamaron la reincorporación del profesor, al tiempo que el hecho de haber cesado en sus funciones a un individuo que cumplió la condena que le había sido endilgada por el delito cometido, efectivamente da por tierra todo lo referido a políticas de reinserción, de las cuales D’Horta, hasta entonces, había sido un claro ejemplo.
Sin embargo, un dato que no pasa desapercibido es el hecho de que, de acuerdo a la legislación vigente, un individuo sobre el cual pesa una condena penal, no es pasible de ingresar a la administración pública; si bien el profesor había trabajado en el establecimiento durante los últimos años, en diciembre de 2015 fue nombrado en el cargo que desempeñaba hasta hace pocos días; lo insólito, en este caso, es que hubiera pasado los “filtros” para su desembarco al Ministerio, dado que se deduce no habrían sido cumplimentados los protocolos y requisitos para su ingreso.

Pedido de los alumnos

El interior de la Escuela Politécnica exhibía algunas paredes empapeladas con pedidos de reincorporación del docente, así como también sus alumnos plasmaron frases del profesor, referidas al rol de la educación en la vida de los estudiantes y su labor en el Taller de Electromecánica: “Pablo D’Horta restauró el taller de Electromecánica sin medir 50 pesos. Si ‘Alterar el Status Quo’ es quitarle la posibilidad de que los profesores roben a los alumnos, entonces él es culpable”, afirmaba uno de los carteles, mientras que otro mostraba, textualmente, una frase firmada por el docente: “Una escuela técnica que no tiene un buen taller… es como un árbol que no da frutos; sólo será la sombra para unos pocos”.
Inicialmente, los alumnos planteaban realizar un corte de calle pidiendo por el regreso del profesor cesado; sin embargo, durante la mañana del lunes, desistieron y accedieron a dar notas a la prensa, advirtiendo que, de no ser reincorporado el docente, llevarían a cabo la medida de fuerza inicial.

“Lo que le hicieron es injusto”

Por su parte, Eric, uno de los alumnos del Taller de Electromecánica, remarcó que “nuestro reclamo es, más que nada, porque queremos que vuelva nuestro profesor Pablo D’Horta, porque lo que le hizo el Ministerio de Educación fue muy injusto; lo exoneraron sin ninguna razón vigente, ya que según la Ley VIII, artículo 22, ninguno de los cargos por los que se lo exonera a Pablo tiene validez”.
De este modo, el estudiante de quinto año se refería a lo expresado en la Ley VIII 20, conocida comúnmente como el “Estatuto del Personal Docente Dependiente del Ministerio de Educación”, que en su artículo vigésimo segundo indica que “el personal docente comprendido en el presente Estatuto tendrá derecho a la estabilidad en el cargo mientras dure su buena conducta y conserve las condiciones morales, la eficiencia docente y la capacidad física necesaria para el desempeño de las funciones que tiene asignadas”, agregando que “la pérdida de condiciones para revistar en situación activa cuando el docente padeciera enfermedad o incapacidad física o mental que lo inhabilite para desempeñarse de acuerdo con las obligaciones señaladas en este Estatuto, será comprobada por la Junta Médica designada por Sanidad Escolar”.

“Dicen que da una mala imagen”

Además, el estudiante explicó que “lo exoneran por una cuestión de ‘decoro’ y por supuestamente darle una mala imagen a la institución”, agregando que D’Horta se desempeñó en su función de educador durante seis años.
Su despido se dio tras la queja y posterior denuncia “de un par de docentes, particularmente de una compañera suya, que manifestaba que ‘no puede haber un profesor en el cargo, si está condenado’ o si tiene causas judiciales”, consignó.
Otro alumno mencionó que “según ella, da una mala imagen hacia la escuela, pero, en realidad, Pablo fue el único que se movió en toda la escuela, ella (por la docente) en sí, no hizo nada, y ahora lo acusan por eso nada más”.
Se trata de una docente de segundo año, que dicta clases en los Talleres Iniciales, mientras que D’Horta se desempeñaba como Coordinador General del área de Electromecánica.

“Nos daba muy buenas tutorías”

“El tema es que, en lo educacional, Pablo nos brindaba muy buenas tutorías y educación en el área técnica específica; no sólo ayudaba a otros cursos que no estaban en su área curricular, sino que, a los propios alumnos que tenía, les daba buenos consejos sobre cómo mantenerse firmes para una educación estable, brindando material nuevo como simuladores para computadoras, ya que las cosas que tenemos en el taller no son tan modernas, sino que son bastante viejas; nos brindaba mucho apoyo logístico, también”, valoró uno de los estudiantes de Electromecánica.
A su vez, relató que el pasado viernes, personal del Ministerio de Educación de la provincia del Chubut concurrió a la escuela para dialogar con los estudiantes: “Vinieron dos mujeres del Ministerio que, al parecer, las mandaron por mandar, porque no sabían nada sobre el tema, nosotros hacíamos preguntas y ellas daban respuestas evasivas, ninguna coherente” y añadió que “quedaron en darnos una respuesta esta semana y, sino, nos van a obligar a tomar medidas”.

“No nos dieron una respuesta coherente”

Estas últimas consistirían en “cortes de calle, protestas y otras medidas”, advirtió otro alumno, quien fue contundente al afirmar que “nosotros queremos la reincorporación del profesor y en su totalidad”.
En esta línea, reiteró que “no nos brindaron una respuesta coherente y, mucho menos, acorde a alumnos del Ciclo Superior; se habló mucho de cuestiones legales que no estaban totalmente afirmadas, ya que incluso discutieron entre ellos y daban opiniones que no eran verdaderas en su totalidad”, en relación a los representantes de Educación que acudieron al establecimiento la semana pasada.
Otra cuestión importante es el proyecto de impresión de prótesis médicas en 3D, que el docente despedido había llevado adelante junto a sus alumnos, y el futuro de dicha iniciativa; consultado al respecto, uno de los estudiantes aclaró que “el proyecto se lo continúa pero con otro profesor, aunque no va a ser lo mismo, ya que Pablo era el que se movía, llamaba a los medios, se comunicaba directamente con ‘Atomic Lab’ y demás, ya que él era el Coordinador General de Electromecánica, y hacía mover las masas para que los chicos fueran acá, allá y consiguieran material para trabajar”.

El resonante caso de la ‘banda de los poliládron’

En septiembre de 2011, Pablo D’Horta se desempeñaba como suboficial de Policía en la comuna de Puerto Pirámides, en la cual el ex comisario Juan Manuel Caimi planeó el robo del cajero de Banco del Chubut y lo convocó.
Sin embargo, el delito no se concretó porque Caimi convocó a otro policía que, aquella madrugada del 2 de septiembre de 2011, estaría de guardia en la comisaría de la villa turística y fue quien finalmente los delató.
De este modo, D’Horta fue imputado por “asociación ilícita”, acusado y condenado por ese delito, pero en instancias superiores el fallo se modificó y la calificación jurídica por la cual se lo condenó fue la de “robo en poblado y en banda”, bajo la modalidad de “delito imposible”.
Se le impuso la pena de 2 años y 3 meses de prisión, de carácter excarcelable, a la vez que el fallo quedó firme el año pasado.
En 2014, D’Horta se recibió de licenciado en Gestión de Políticas Públicas y, además, sus conocimientos en diseño de “Autocad” le permitieron, hace aproximadamente cuatro años, acceder al puesto que se requería en el Colegio Politécnico 703 “José Toschke” de la ciudad de Puerto Madryn.
En diálogo con un medio local, el docente despedido manifestó: “Cuando ya uno piensa que ‘lo pasado, pisado’ y trata de hacer una vida nueva para tratar de recuperar la dignidad y todo lo que se había perdido en su momento, otra vez este baldazo de agua fría”, agregando que “lo ilógico de esta carta es que después de cuatro años de haber estado trabajando en la escuela técnica, realizando distintos proyectos y tratando de cambiar lo que se venía haciendo, recién ahora y después de todas las cosas buenas que se hicieron, se acordaron que soy una mala imagen y perjudico la función”, en relación a la carta documento que le fue remitida desde el Ministerio de Educación, donde se fundamentaba que “su conducta perjudica la moral y afecta el prestigio y decoro de la función”.
“Yo ya había pagado supuestamente todo lo que tenía que pagar ante la sociedad y ahora aparece esto, cuando uno se está reinsertando, tratando de restablecerse en lo laboral y tratando de corregir lo que la gente pensaba de uno”, concluyó D’Horta.

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