NUNCA DECLARÓ ANTE SEDE JUDICIAL, NUNCA TUVO CONTACTO CONMIGO", DIJO EL MAGISTRADO

Caso Maldonado: el juez Lleral desmintió la existencia del «testigo E»

El juez federal de Rawson, Gustavo Lleral, negó la existencia del denominado «testigo E» en la causa que investiga la muerte de Santiago Maldonado, al asegurar que «nunca declaró ante sede judicial».
En ese sentido, aclaró que fue él quien tomó la decisión de rastrillar la zona donde fue hallado el cuerpo del joven artesano la semana pasada, y dijo que si hubiese existido un llamado alertando sobre la presencia del cadáver, tal como trascendió, «no habría puesto en riesgo a los bomberos ni los prefectos, lo habría ido a buscar directamente».
«El testigo E no existe en el expediente. Nunca declaró ante sede judicial, nunca tuvo contacto conmigo ni con nadie de este juzgado. Desconozco quién es el testigo E. Pudo haber declarado extrajudicialmente, como tantas personas que hablan tantas cosas de las cuales no sabemos si es verdad o mentira», señaló el magistrado en declaraciones a los portales de Página 12 y La Nación.

El hallazgo

El martes pasado, buzos de Prefectura Naval hallaron en el río Chubut el cuerpo de Maldonado, quien había desaparecido el 1 de agosto durante una protesta mapuche en Esquel, que fue dispersada por efectivos de Gendarmería Nacional.
Luego de que el viernes se confirmara que el cadáver pertenecía a Maldonado, distintas versiones periodísticas indicaron que el rastrillaje en la zona se había realizado tras el llamado de lo que posteriormente se denominó «testigo E».
«Nunca existió un llamado ni de la comunidad mapuche, ni de la comunidad de Esquel, ni de la comunidad argentina que brindara un dato certero en esta causa. Si hubiese existido ese llamado no hubiese puesto en riesgo a los bomberos voluntarios que hacen de corazón ese trabajo, ni los hubiera sometido a un viaje extenso desde distintas partes del país con sus perros. Tampoco hubiese expuesto a los 16 buzos a hacer semejante tarea», advirtió hoy Lleral.

400 llamados anónimos

Entre otras cosas, el magistrado explicó que hubo «casi 400 llamados en toda la causa», pero que «ninguno de esos, ni nadie, aportó un dato certero que pudiera indicar dónde estaba Santiago Andrés Maldonado». Además, confió que el rastrillaje en el río Chubut «se organizó pacíficamente», que el hallazgo del cuerpo se produjo «pasada más de una hora» de iniciado el operativo, y que aún no le tomó declaración al buzo que encontró el cadáver.
Por último, dijo que «el caso caratulado como desaparición forzada no está cerrado porque hay una investigación penal en curso» y afirmó que se deben aguardar «unas dos semanas para tener datos certeros» sobre la causa y la data de la muerte de Maldonado.

«Testigo E»: qué contó sobre los últimos instantes con vida de Santiago

El célebre «testigo E» del caso Maldonado existe. Tiene 19 años, integra el Movimiento Autónomo de PuelMapu y, al menos hasta hace unos días, vivía en la Pu Lof Resistencia Cushamen. Si bien trascendió que había sido él quien llamó al juez Gustavo Lleral para alertarlo sobre la presencia del cadáver de Santiago Maldonado en el río Chubut, el propio magistrado desmintió esa versión.
Por lo tanto, la importancia de «E» en la investigación judicial es prácticamente nula. Pero en los hechos, según contó a dos abogados de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), fue el último mapuche en ver con vida Santiago Maldonado. Es un misterio saber cómo esa información se deformó hasta vincularlo con el descubrimiento del cuerpo. La suposición de que «E» se «quebró» y rompió un secreto mapuche sobre dónde estaba el cuerpo para cobrar la recompensa de $2 millones que ofreció el Estado es una fantasía.
La APDH presentó el 19 de septiembre pasado una cautelar de 81 páginas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) donde, entre otros datos, aportó el testimonio de cuatro mapuches (dos hombres y dos mujeres) respecto de lo que ocurrió el 1º de agosto en la Pu Lof cuando entró Gendarmaría y desapareció Santiago. Para preservar sus identidades, los abogados los identificaron como testigos A, B, C, y E. «Resaltamos que la mayoría de los testigos son muy jóvenes, algunos de ellos han sido víctimas de apremios ilegales, y tienen mucho temor», aclara el documento, al que tuvo acceso este medio, y que se basa en estas declaraciones para sostener la hipótesis de desaparición forzada.
El objetivo del documento, dejaron en claro, fue para «informar a la CIDH sobre la situación de desprotección, persecución y hostigamiento que padecen los miembros de la Pu Lof en Resistencia».
Según relató ante la APDH, cuando llegarron al río, E y Santiago decidieron cruzarlo, pero a esa altura el río tenía una parte profunda, porlo que la única manera de pasar era través de un nado de unos pocos metros. Según el testimonio de E, Santiago no sabía nadar, entonces trató de tomarlo para ayudarlo a cruzar el río.
«Mientras eso sucedía los gendarmes efectuaban disparos contra ellos», dice el documento de APDH. La acción de cruzar el río se puso difícil, entonces Santiago le dijo al testigo E, «siga usted peñi, no puedo más, yo me vuelvo».
«Entonces ahí el Testimonio E lo suelta. Así Santiago vuelve a la ribera del río y trata de meterse en un arbusto. El Testimonio E refiere que Santiago se encontraba totalmente mojado. La temperatura era muy baja y el agua del río era extremadamente fría. Asevera que nunca llego a cruzar el río», describe el informe.
«La situación del cruce del río es observada por una decena de Gendarmes que se encontraban sobre el alto de la barranca. Tres de ellos bajan hasta el arbusto donde estaba Santiago gritando ‘acá tenemos a uno’, a su vez, el testimonio E escuchó un escopetazo. El testimonio E señala que esos tres gendarmes lo arrastran con golpes hasta el alto de la barranca donde se encontraba el resto de los gendarmes. Asevera que lo suben a una Unimog. Esa fue la última vez que lo vio a Santiago», cita la cautelar.

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