NACIÓN APUNTAN A SUMAR EN MÁS DISTRITOS, ENTRE LOS QUE APARECE CHUBUT. EL DESAFÍO DE LAS URNAS MARCARÁ LA RELACIÓN CON LAS PROVINCIAS Y LOS LÍMITES DE LA GESTIÓN. SEGÚN LOS GUARISMOS QUE RESULTEN, EN RAWSON ANALIZARÍAN ESTRATEGIA Y RELACIÓN

El tránsito del 21 al 23

Como parangona el columnista Matías Ortega, en el clásico juego Táctica y Estrategia de la Guerra, o simplemente TEG, una de las formas de ganar la partida es conquistar cierta cantidad de países. Llevado al plano electoral, el número al que le apunta el Gobierno es 13, la mitad más uno más una de las provincias. Cambiemos aspira a ampliar los triunfos que obtuvo en las PASO y acortar distancias en distritos donde perdió por mayor margen, con la meta de estar cerca del 40% de los votos a nivel nacional.
En las Primarias del pasado 13 de agosto, el oficialismo se impuso con claridad en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Jujuy, San Luis, Corrientes, Mendoza, La Pampa y Santa Cruz. Por margen más ajustado también festejó en Entre Ríos y Neuquén. Con las victorias de sus candidatos en esa decena de provincias y los votos que obtuvo en el resto, acumuló casi un 36% en todo el país.
Para engrosar ese número, en el Gobierno apunta a dar vuelta los resultados en cuatro distritos. El principal es Buenos Aires, donde si bien su lista de diputados, que encabeza Graciela Ocaña, fue la más votada en su rubro, para el Senado su candidato Esteban Bullrich quedó por una escasa diferencia por debajo de la expresidente Cristina de Kirchner. Ese es el principal resultado que Cambiemos aspira a revertir. Otra provincia estratégica donde el oficialismo quiere dar vuelta lo ocurrido en las PASO es Santa Fe. Allí, Albor Cantard celebró en la noche del 13-A una victoria que luego se le escurrió de las manos cuando el escrutinio avanzó y le dio el triunfo al exministro de Defensa del kirchnerismo, Agustín Rossi. Mientras que en Tierra del Fuego, los candidatos de Cambiemos quedaron a menos de dos puntos del Frente Ciudadano y Social, espacio referenciado en el FpV, y quieren dar pelea.
Por otro lado, las tropas que responden a la Casa Rosada quedaron entre 6 y 11 puntos por debajo de sus rivales en Chaco, Chubut, Catamarca y La Rioja. Difícilmente pueda torcer el destino en estas provincias, pero al menos intentará que la derrota sea más decorosa.
En tanto que en Santiago del Estero, Río Negro, Misiones, Formosa, Salta, Tucumán, y San Juan, la suerte de Cambiemos ya está echada. En esas provincias las huestes que responden al presidente Mauricio Macri fueron ampliamente superadas por opciones peronistas, kirchneristas o locales, por lo que solo les queda esperar a ver cómo festejan sus rivales. Así, Cambiemos apuesta a mejorar el resultado de las PASO poblando de fichas amarillas algunas provincias más que en el primer turno electoral y optimizar sus performances allí donde quedó relegado. Pero siempre con la aspiración de que el caudal nacional se acerque -o supere- el 40%. Y así reforzar su tropa en el Congreso que, según los pronósticos, podría quedar con algo más de 100 miembros en Diputados y unos 24 en el Senado.

Barajar y dar de nuevo

Los comicios legislativos de este fin de semana presentan dos desafíos políticos relevantes para el Gobierno Nacional y por supuesto para el Provincial, que tendrán su implicancia económica a la hora de pensar en los próximos dos años de gestión.
Por un lado, para el equipo de Mauricio Macri y la alianza Cambiemos, será trasladar a la elección por la senaduría el triunfo obtenido en las primarias para candidatos a diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires. Y por el otro, superar la performance nacional del 9 de agosto pasado cuando se impuso en 10 distritos, para exhibir un resultado positivo en la mayoría de las 24 jurisdicciones del país.
El éxito de la primera de las empresas implicará el deterioro del kirchnerismo y, consecuentemente, un empoderamiento partidario de gobernadores, legisladores, intendentes, sindicalistas y dirigentes políticos peronistas que aguardan el momento de encarar la renovación de una fuerza atomizada.
Un grupo central para el oficialismo, porque constituye el núcleo con el que deberá entablar negociaciones si pretende avanzar con las reformas previstas en la hoja de ruta de Mauricio Macri.
En tanto, el suceso de la prueba nacional significará una demostración de respaldo popular que el propio Presidente hará jugar en la mesa de discusión con las provincias, cuando se comience a definir el futuro manejo de las cuentas fiscales.
Está claro que, aunque la relación de fuerzas en el Parlamento no se modificará sustancialmente, los gobernadores no tendrán el mismo peso para rechazar una adhesión a la Ley de Responsabilidad Fiscal o encarar un nuevo reparto de los ingresos tributarios si los alcanza la «ola amarilla», como la denominó el mandatario salteño Juan Manuel Urtubey. Quizá solo entonces decida eliminarse definitivamente la ley de Emergencia Económica.

Encrucijada propia

En Chubut, el visible estado de salud del Gobernador, que ya anticipó que no concurrirá a votar por necesidad de cuidar reposo, reactiva la idea de la necesidad de preservar al mandatario y facilitarle descanso y mejoría, más apartado del trajín de la gestión y más cerca de la contención de sus afectos. En ese marco, si se reedita el triunfo individual de Mariano Arcioni se acentuará el dilema si es más necesario en estos momentos en el Congreso o en funciones a cargo del Ejecutivo. A la par, se vendría una reestructuración de Gabinete, para enfrentar una nueva etapa en todo caso menos combativa contra el poder central de acuerdo a la buena perfomance que se supone logrará Cambiemos en todo el país. Todo esto sin resignar banderas, pero revisando negociaciones posibles. Esta ingeniería tendría como conductor al recientemente asumido ministro Coordinador, que aun no mostró una avanzada política profunda dado el complejo escenario político y con elecciones en puerta.
Por otro lado, si Cambiemos desbanca al oficialismo provincial en la sumatoria general, o en más de una de las principales localidades chubutenses, habrá que revisar el frontón que hasta ahora se postuló desde Fontana 50. Completar los dos años de mandato y pensarse en resguardar el modelo otra vez enfrentados a Nación, sería casi imposible para una Provincia fuertemente afectada por la coyuntura macroeconómica. La convivencia en la Legislatura para garantizar la gobernabilidad, es otro de los temas que deberá trabajar el Gabinete.
A la par, tanto para el PJ-FPV como para Chubut Para Todos, los guarismos que expongan las urnas este domingo, no son un dato menor en términos futuristas, por trayectoria, prevalencia e intenciones de proyección. Mientras que para Cambiemos, de la exigua existencia con la que arrancó en 2015 en Chubut a la empinada que fue logrando a la fecha, con poca militancia, poca inversión y menos experiencia política, lo que le resulte es pura ganancia.
En definitiva, el primer paso de la nueva o vieja relación, dependiendo el resultado electoral, se podrá apreciar cinco días después del paso por las urnas, cuando Macri reciba en Olivos a los gobernadores. Allí Chubut como las demás Provincias, concurrirá a escuchar, pero también tendrá que tener claro cómo pararse a futuro.
El siguiente llegará en las sesiones extraordinarias de diciembre, cuando el Congreso muestre nuevas caras, y también nuevos desafíos, con nuevos representantes. Será en esos dos escenarios donde se trazará el futuro de la gestión macrista. Pero también quedará reconformado un mapa hacia adentro de cada territorio. Habrá que ver…

Fuentes: Ámbito Financiero, LPO, NA, propias

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