EL TRIUNFO EN CORRIENTES EMPUJA LA OLA OFICIALISTA. EL DISCURSO ENTUSIASTA Y LOS DATOS QUE BUSCA EL ELECTORADO. AFIRMAN QUE PARA MANTENER EL GRADUALISMO, LA CASA ROSADA NECESITA UN SHOCK DE VOTOS

Euforia amarilla

Las cifras de la buena elección de Cambiemos en Corrientes lograron que el Gobierno entre en un discurso eufórico a menos de dos semanas de las Legislativas. Con el 98% de las mesas contabilizadas, Gustavo Valdés ya triunfaba con el 54% de los votos mostrando que la era amarilla sigue avanzando en provincias impensadas.
Si bien el presidente Mauricio Macri permaneció en la Casa Rosada, donde este lunes recibió a Bono, el cantante de la banda irlandesa U2, dos figuras de peso de Cambiemos viajaron a Corrientes con un objetivo: nacionalizar la elección e instalar que está llegando «la ola del Cambio».
En este sentido, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, fue uno de los emisarios señalando que «el dato político más importante de este año no es la reaparición de Cristina Kirchner, sino la consolidación de Cambiemos».
Dentro de la euforia tras la victoria en Corrientes, Peña remarcó que el objetivo para el 22 de octubre será «hacer una elección fuerte; creo que la Argentina lo necesita para consolidar el proceso de cambio que fue duro, por la transición económica y el cambio político, para que este cambio sea de verdad». «Hace seis meses nos preguntaban si creíamos que podíamos hacer una buena elección y decíamos que sí», recordó.
También pidió prudencia con las últimas encuestas, porque todavía «hay que ver qué pasa en las urnas», aunque señaló que «el resultado de las PASO sorprendió a varios, sobre todo en la Provincia que decían que íbamos a perder por 7 puntos».
Todos los últimos sondeos dan como ganador en territorio bonaerense a la fórmula de Cambiemos, encabezada por Esteban Bullrich; por sobre la lista de Unidad Ciudadana, que lidera la expresidenta.
Por ejemplo el reciente reporte de Management&Fit (M&F) ubica al exministro de Educación con una intención de voto de 33,9%, contra los 29,6% de Cristina. Es decir, una diferencia de 4,3 puntos. El resto de las encuestas también pronostican una victoria del oficialismo.
Por su parte, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, también se manifestó en este sentido durante los festejos en Corrientes. El domingo por la noche le indicó a los correntinos que «sostengan» el «entusiasmo y la energía» demostrados en la elección de gobernador para las legislativas del 22 de octubre porque el Presidente «necesita los diputados» de esta provincia. También consideró que la del domingo fue «la primera gran elección» de Cambiemos.

Todos envalentonados

Ayer, la gobernadora María Eugenia Vidal tomó la posta de la campaña que inicia sus tramos finales, endureció el discurso y siguiendo la lógica de Peña, también le pegó al kirchnerismo. «Cada vez que voy a un barrio en el Conurbano profundo y me encuentro con una mamá que tiene miedo que su hijo se convierta en soldadito del paco, me pregunto: ¿Durante 25 años no se enteraron de nada? ¿Esos que durante 25 años no hicieron nada, nos van a cuidar? No, ellos no van a cuidar a nuestros hijos», sostuvo la mandataria.
Vidal se expresó así al participar de un encuentro con mujeres que luchan contra las drogas en el Club Afalp, de Ciudad Jardín, ubicado en Alas Argentina 650, partido de Tres de Febrero.
Junto a la gobernadora estuvieron la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti; las candidatas de Cambiemos Graciela Ocaña y Gladys González; las ministras de Desarrollo Social y de Seguridad, Carolina Stanley y Patricia Bullrich; además de postulantes a legisladoras provinciales y nacionales.
En su discurso, la mandataria bonaerense pidió a las mujeres: «Que nadie renuncie a su derecho de votar y que te escuches a vos misma, que escuches tu corazón y te preguntes con total honestidad quién de verdad va a dar la pelea por vos y por tus hijos contra los narcos, quién va a dar la pelea sin transar y sin negociar». «No da igual hacer las cosas bien que hacer las cosas mal, no es lo mismo enfrentar a las mafias que mirar para otro lado y ser cómplice, no hace falta gritar y ser prepotente para dar la pelea», subrayó Vidal.
Y continuó: «Lo que hace falta es tener una voluntad inquebrantable de que nuestros hijos tengan un futuro mejor y esa pelea no la vamos a resignar, no es un presidente o una gobernadora, somos todas nosotras juntas, porque sé que todas las que están acá dan esta pelea», enfatizó.
Antes de Vidal, Michetti elogió a González y dijo que «no tuvo ningún miedo para enfrentarse a una mafia sindical» y remarcó: «Ocaña es una persona que ha hecho decenas de investigaciones para denunciar a la corrupción», en una cruzada muy femenina que jugó a contrarrestar los bolsones de simpatía que aún conserva Cristina.

El shock de votos pro-reformas

Al margen del folclore de campaña, hay interrogantes vinculados al bolsillo, y no solo en la calle, que hacen a la voluntad de un electorado aún desconfiado. La pregunta que repiten los empresarios que buscan planificar el horizonte de sus compañías con un poco más de certeza, es si la actual recuperación de la economía es la base de un crecimiento sostenible o no, afirma Hernán de Goñi desde el Cronista en un artículo donde plantea un escenario de interrogantes inmediatos y respuestas posibles. “Las respuestas que reciben tienen dos vertientes: la primera de ellas -la más previsible- es la que pone como condicionante el resultado de las elecciones; la segunda hace foco en algunas luces amarillas que demandan tareas de corto, mediano y largo plazo. En este rubro aparecen el déficit externo y su contracara, el déficit fiscal, y la dificultad por lograr una inflación que converja al esperado nivel de 1% mensual.
Está claro que el balance político se hará después del 22 de octubre, pero para aquellos que están atentos a las reacciones del mundo financiero, es probable que el resultado de la elección de Corrientes se constituya en una primera buena señal que repercuta en el precio de los activos soberanos. Para el Gobierno, la diferencia final en el escrutinio sin dudas significó el inicio de una ola amarilla.
En segundo término, lo que aparece en el tablero de control como señal preocupante son dos números de la macro: el déficit de las cuentas externas y lo que promete ser en septiembre un repunte de la inflación que podría estirar los tiempos de la dureza monetaria que ejecuta el Banco Central.
La dependencia del financiamiento externo puede provocar, al cierre del año, un déficit de 4% del PBI, según la proyección que hace FIEL en función del balance de pagos del primer semestre. El problema no es tanto su magnitud sino su origen, que es el rojo fiscal. El Gobierno está solventando el gasto del Estado con endeudamiento, una fórmula que podría incrementarse en función de que a mediano plazo su principal fuente de ahorro presupuestario, la reducción de subsidios a las tarifas energéticas, va a encontrar un límite fáctico. Los analistas consideran que en este punto, el condicionante político se vuelve más relevante, porque creen que la única forma de lograr un escenario fiscal sustentable, es con reformas estructurales que cambien la composición del gasto estatal y garanticen una mejora de la competitividad del sector privado.
La inflación, con algunos datos de septiembre que revelan que puede haber algunos precios no regulados que empujen hacia arriba el indicador «core», sigue como una asignatura presente aunque menos que en el 2016. No se duda del sendero descendente, pero sí hay interrogantes sobre cómo se llegará al 1% mensual, ya que todavía hay aumentos tarifarios y de combustibles que deben mantenerse en el tiempo para que el sector energético genere las inversiones prometidas.
Para mantener el gradualismo, la Casa Rosada necesita un shock de votos”. Habrá que ver

Fuentes: El Litoral, IProfesional, Perfil, Cronista.

ÚLTIMAS NOTICIAS