EL GOBIERNO SE QUEDÓ PRENDIDO A DOS NOTICIAS: LA APARICIÓN DE UN CUERPO QUE PODRÍA SER MALDONADO Y EL POSIBLE DESAFUERO Y DETENCIÓN DEL EX MINISTRO DE VIDO. EL PJ CON ATAQUE DE PÁNICO ANTE UNA EVENTUAL INTERVENCIÓN DEL PARTIDO A PEDIDO DE DUHALDE

Pedaleando en el aire

A menos de 3 días de la veda electoral, el gobierno sumó impacto a la campaña con dos hechos que, separados y de distinto tenor, marcarán el futuro inmediato de la política, anticipa Rubén Rabanal desde Ámbito Financiero. En ambos casos, es decir la aparición de un cadáver en el Río Chubut que podría ser el de Santiago Maldonado, y el pedido de desafuero con detención que hizo el juez Luis Rodríguez sobre el ex ministro de Planificación, Julio De Vido, los errores que cada tramo de la oposición cometió en el pasado pasarán a engrosar el haber político del gobierno. Más sería imposible.
El radical Mario Negri estaba convencido que dentro de una semana, diga lo que diga la elección del domingo, tendrá un recinto de Diputados con suficientes votos como para avanzar con el desafuero de De Vido que todo Cambiemos pidió, que el kirchnerismo resistió y que la Izquierda terminó frenando al exigir el requisito de un pedido judicial previo. Como si la inhabilidad moral sobreviniente que se tenía registrada hasta ese momento no hubiera sido suficiente.
Con ese «requisito» cumplido Negri, Elisa Carrió y Emilio Monzó tienen toda una versión taquigráfica completa con las promesas de la izquierda y el peronismo de aprobar la destitución de De Vido si media un pedido judicial. El miércoles el exministro de Infraestrcutura deberá meditar seriamente si concurre o no a esa sesión para defenderse. Al cierre de la votación, si gana la propuesta del desafuero, estará la policía en la misma rotonda del recinto esperando para llevarlo detenido. Ni el cine podría haber guionado un final como ese.

El final abierto de la película cerrada

Esa última escena no tendrá impacto solo para De Vido. El exministro fue arquitecto también de la columna central del kirchnerismo. Aunque Cristina de Kirchner, en uno de los párrafos más políticamente obscenos de su forma de reescribir la historia, haya negado a De Vido (como Pedro a Jesucristo tres veces antes que cante el gallo) es imposible pensar en el movimiento político que lideraron ella y su marido desde el frío Río Gallegos sin la existencia del exministro.
Cada paso que dio Néstor Kirchner en su aprendizaje del manejo de las grandes cajas que comprenden la administración provincial o nacional estuvo guiado por De Vido. El les enseñó sobre petróleo y les presentó a los protagonistas de ese negocio, y les abrió las puertas del desarrollo vial y las empresas públicas. Hasta convenció al kirchnerismo que Roberto Dromi era el hombre para asesorar técnicamente al gobierno en esos temas. El mismo Dromi que fue arquitecto del desguace del Estado durante el gobierno de Carlos Menem.
Todo eso se pondrá en juego en el recinto de Diputados en una semana, además del desvío de fondos en el caso de económica y técnicamente imposible central y mina de Río Turbio.
Habrá desafuero entonces pero con impacto que alcanzará mucho más que al exministro. Como colateral, además, todo ese debate en el recinto será un ejercicio de construcción de una nueva mayoría en Diputados que se adelanta, incluso, a la renovación de las bancas.

La acelerada judicial se notó

Queda otro plano para analizar, es cierto, especialmente por el propio gobierno que tanto insistió con una reforma en la Justicia que en partes no pudo lograr, y es la velocidad con que se movieron los jueces federales en el último mes en torno a causas que habían mantenido congeladas durante buena parte de la era K.
Como sea, los vicios del kirchnerismo judicial del pasado ahora se le vuelven en contra de una forma inexorable.

Alarma y cumbre en el PJ

En paralelo, un brote de paranoia y desconfianza electoral recorre la espalda del PJ bonaerense. El temor a una eventual intervención del partido a pedido de Eduardo Duhalde disparó una convocatoria de urgencia para el próximo sábado, en plena veda, para reunir a las autoridades y firmar un acta que garantice la designación de autoridades del PJ de la provincia de Buenos Aires en diciembre en medio de la acefalía por la licencia de Fernando Espinoza, señaló el columnista político Ezequiel Rudman. La explicación es que en diciembre vence el mandato de Espinoza, exintendente de La Matanza, y de acuerdo a la Carta Orgánica del PJ bonaerense se deben convocar a elecciones al menos 60 días antes. Actualmente, la jefatura la ocupa Cristina Álvarez Rodríguez a pesar de que el matancero volvería a la jefatura después del domingo. El partido quedó a la deriva ya que Cristina de Kirchner resolvió ser candidata única en el frente Unidad Ciudadana y le dejó el sello partidario a Florencio Randazzo para evitar la celebración de la PASO. La acefalía, y la participación de sus autoridades e integrantes en Unidad Ciudadana, exponen al partido a juicio de los intendentes peronistas a un eventual pedido de intervención que podría ser dispuesta por el juez federal Juan Manuel Culotta a pedido del ex presidente Eduardo Duhalde. La convocatoria realizada para este sábado a las 10 de la mañana refleja la urgencia y la preocupación que atraviesa el peronismo bonaerense en medio de la campaña electoral ya que el encuentro se realizará en medio de la veda.
La sucesión de Espinoza y el resultado electoral del domingo abren todo tipo de especulaciones. En el Consejo Nacional del PJ manda la supermacía de La Matanza con lo que el exintendente podría intentar retener el cargo o bendecir a Verónica Magario, actual jefa comunal de municipio más grande de la provincia de Buenos Aires y a la vez candidata a primera concejal por su distrito. Sin embargo, no todos los intendentes están dispuestos a mantener una conducción identificada con el kirchnerismo, más aún si Cristina resbala ante Esteban Bullrich.
Uno de los intendentes auto postulados para suceder a Espinoza es el alcalde de Merlo, Gustavo Menéndez. Tiene terminales en el sector «renovador» de Martín Insaurralde que fugazmente había conformado el Grupo Esmeralda y también en el Fénix que lideraba el ala más kirchnerista. Merlo apuesta a un «lifting» del PJ bonaerense a través de nuevas caras y un recambio generacional que le permita capitalizar el «cambio de época» que captó María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. Además Menéndez ya se puso en contacto con Sergio Massa para incluirlo en el relanzamiento del peronismo 2018.
Insaurralde tampoco descarta presidir el partido y en La Cámpora suena Eduardo «Wado» De Pedro. No hay muchas más figuras dispuestas a inmolarse en una interna que tendría más costos que beneficios políticos si Cristina no gana y con Randazzo a cargo del sello por el la estampida del kirchnerismo a Unidad Ciudadana.
Si la expresidenta no se impone a Cambiemos, el kirchnerismo quedará agotado como locomotora del PJ y sólo se mantendrán a flote los intendentes ganadores que exhibieron cierta rebeldía ante La Cámpora a la hora del cierre de listas. En palabras de la expresidenta, los «intendentes nuevos».

Pésame anticipado

Dicen que el primer indicio del PJ bonaerense 2018 asomó en un cementerio. Fue en septiembre en el homenaje organizado en la tumba de Antonio Cafiero en San Isidro por los 30 años del triunfo del histórico dirigente renovador en las elecciones para gobernador bonaerense. Allí se juntó desde el kirchnerismo duro encarnado en Oscar Parrilli y La Cámpora, hasta los intendentes renovadores y también enviados especiales de Sergio Massa como Sebastián Galmarini y el jefe comunal de Tigre, Julio Zamora. Por todo esto, el PJ bonaerense necesita reagruparse más que nunca después del domingo. Tras perder la provincia de Buenos Aires con Aníbal Fernández como candidato y de ceder municipios históricamente peronistas como Tres de Febrero, Quilmes y Lanús, este fin de semana podría sufrir aún un retroceso mayor. Habrá que ver…

Fuentes: Ambito Financiero, LPO, NA.

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