Emocionado y con la voz resquebrajada por los vaivenes que le viene imponiendo su salud, el líder de Chubut Para Todos no se privó del clásico “Ganamos carajo”. No importó el tono, importó la sensación, temblorosa e igual de dolorosa como la asimetría de centro a sur, o la desigualdad de costa a cordillera. Con esa expresión, Mario Das Neves cerró la conferencia de prensa en la que confirmó que el partido gobernante en alianza con otras fuerzas que conformaron el frente Chubut Para Todos, se había logrado imponer en las elecciones legislativas de este domingo.
Una frase que viene repitiendo durante ya casi 14 elecciones desde que se alzó con el poder en las elecciones de 2003, pegando un volantazo con un modo de conducción popular y ganándole la posición al monopolio del gobierno que el radicalismo venía ostentando por 12 años en el territorio.
Ayer, las elecciones en Chubut no sólo definieron quiénes ocuparán las dos bancas de diputados nacionales que estaban en juego por la provincia, sino que remarcó la vigencia de la hegemonía del frente que lidera el gobernador Mario Das Neves, pero más allá de eso evidenció el apego y la fe que la población sigue teniendo por un conductor personalísimo, que con espaciada presencia pública ante la delicada situación física que enfrenta, complicaciones de gestión producto de la difícil coyuntura económica nacional y sin gran derroche de recursos, logró concentrar la mayor cantidad de voluntades en las urnas, alzándose con el triunfo.
Al poner como candidato nada menos que a su vicegobernador en momentos donde más requiere de su presencia en el Ejecutivo, Das Neves mostró que como siempre, estaba dispuesto a jugarse el todo por el todo.

La única provincia desmarcada

Con esta nueva elección en su haber, Das Neves logró imponerse como único partido provincial que superó al partido gobernante nacional y se filtró como excepción a la fuerte polarización entre Cambiemos y los resabios de kirchnerismo-peronismo. Así las cosas, con los resultados parciales pero prácticamente definitivos, las dos bancas en juego por Chubut, serán ocupadas por Mariano Arcioni )( ChPT) y Gustavo Menna (Cambiemos)
Al cierre de esta edición, las ecuaciones parciales exponían un margen acotado, pero con definitiva superioridad de CHuPaTo sobre Cambiemos. Increíblemente y pese a los datos que mostraban como arrasó la ola amarilla por la mayoría de las provincias del país, los datos de Chubut no se exponían en los medios nacionales ni en los registros oficiales.
Con un dejo de humor respetuoso Das Neves se ocupó de recordar las recientes visitas de gran parte del gabinete de Mauricio Macri, que pese al estado del líder, no se privó de caminarle el territorio que el no podía. El Gobernador, recordó con nombre y apellido las recientes visitas de varios de los principales ministros nacionales a Chubut, y también de la vicepresidenta de la Nación, todos ellos con motivos de gestión y campaña, replicando esa fea conjunción que alguna vez criticaron del kirchnerismo. Y en ese marco los acotó con un dato de la realidad insoslayable, pese a todo eso, no les alcanzó para superar al partido gobernante.
Sin embargo destacó la buena perfomance de la alianza y las chances de erigirse como una alternativa en el distrito que terminó ganó en 5 ciudades, en contraposición a las 19 en la que se impuso CHST. Con este triunfo, el oficialismo consigue aire para recorrer el complejo tramo de los dos años que le restan de este mandato.

Los caudillos que quedan

A la aguantada de Das Neves se sumaron la de otros veteranos dirigentes, pero con bandera del peronismo. Los hermanos Rodríguez Saá en San Luis lograron revertir la dura derrota de las primarias y Adolfo le sacó ocho puntos a Cambiemos. En tanto, Carlos Verna en La Pampa peleaba voto a voto con fuertes posibilidades de superar también a Cambiemos.

Madryn, el gran elector

Pero volviendo a casa, de las 19 localidades donde avanzado el escrutinio ChuPaTo lograba el triunfo, Puerto Madryn fue la ciudad que aportó una contundente superioridad de más de 2 mil votos sobre Cambiemos, incluso superando su propia elección respecto de las PASO. Sin descartar la importancia de la remontada de guarismos en Comodoro Rivadavia, Esquel y Trelew, fue evidente que sin el protagonismo del pleno del dasnevismo en el Golfo Nuevo, y con apenas un par de visitas del candidato Mariano Arcioni, el gran traccionador en la sumatoria fue el intendente Ricardo Sastre, que ni bien dio a conocer los porcientos locales, le dedicó el triunfo en la ciudad al propio Mario Das Neves. Ahora vendrán tiempos del reacomadamiento interno del partido gobernante, el fortalecimiento de las gestiones y el necesario abordaje de las perspectivas a futuro de un sector que capitalizó casi por completo el ánimo popular, frente a la caída del FPV-PJ que terminó en tercera posición.

El FPV-PJ, el gran perdedor

Con los resultados de ayer, fue evidente la imposibilidad del Frente para la Victoria (FpV)-PJ Chubut para superar sus diferencias internas y alcanzar la sumatoria que en las PASO, lo ubicaban primero en términos de sello. Esta lectura con la que el variopinto partido intentó rejuntar una identidad provincial hecha trizas y proyectarse a las legislativas, se convirtió en un verdadero boomerang al reflejar que en todo caso el sector quedó de primero a tercero sin escala en menos de dos meses. Pero además perfiló claramente el desencuentro que poseen entre lo que consideran que representan y lo que verdaderamente terminó resultando en las urnas. Claramente gran parte del electorado peronista adhirió a la propuesta dasnevista y hasta los hubo tentados por Cambiemos, antes que por su propia fracción. Un dato no menor con vistas a las elecciones partidarias también en puerta.
Para el PJ nacional fue un domingo negro, ya que pudo ganar en sólo seis provincias y no muestra liderazgo contundente. Entre los peronistas que salvaron la ropa se puede mencionar a pocos: el sanjuanino Sergio Uñac, el tucumano Juan Manzur, el formoseño inoxidable Gildo Insfrán, la catamarqueña Lucía Corpacci, el puntano Alberto Rodríguez Saá y el pampeano Verna que la seguía peleando.
Según los analistas nacionales, para los peronistas que proyectan la renovación bien lejos de la ex presidenta, su derrota es un alivio. Aunque de 1997 que el peronismo no perdía una elección intermedia. Ahora, y no sin cierta dosis de voluntarismo, imaginan la influencia de la ex presidenta restringida a un grupo reducido de senadores, no más de tres, y no mucho más. La mayoría, sin embargo, admite en paralelo que la ex presidenta se abrazará a los votos que consiguió hoy para exigir un lugar preponderante en la mesa en la que se discuta el futuro del peronismo. No por nada, razonan gobernadores, diputados, senadores e intendentes, Cristina peronizó su discurso y sus gestos en el último tramo de la campaña al tiempo que advirtió que `Unidad Ciudadana llegó para quedarse´.

Un tsunami amarillo

Desde 1985, ninguna fuerza lograba ganar simultáneamente una elección legislativa intermedia en las 5 grandes provincias del país: las dos Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, pero ayer Cambiemos lo logró. Pero Cambiemos también lograría dar vuelta el resultado en distritos emblemáticos como La Rioja, derrotando para senador nada menos que a Carlos Menem. También es histórico el triunfo en Salta, donde era imbatible el gobernador peronista Juan Manuel Urtubey, y en Chaco, con una ventaja más acotada, cercana a los 3 puntos con más del 90% de las mesas escrutadas. Por su parte, Elisa Carrió fue una de las grandes triunfadoras arrasando con casi 51% en CABA.
Al reconocer su derrota por casi 5 puntos contra un candidato como Esteban Bullrich, la ex presidenta Cristina Kirchner sopesó en el fondo el ánimo nacional. Porque lo de ayer pueden verse, y analizarse, desde las dos perspectivas válidas: la inédita victoria nacional que le pone más fichas a Cambiemos y la derrota del peronismo, que parece tener que ver definitivamente con ese cambio.