LUEGO DE SUFRIR UNA SEGUNDA INTIMIDACIÓN

“Alguien no me quiere ver tranquilo”, sostuvo el fiscal Báez

Días atrás, el funcionario judicial de Puerto Madryn volvió a ser blanco de un aparente atentado, luego de que los frenos de uno de los vehículos en los que se moviliza aparecieran, nuevamente, cortados.
Una situación similar había ocurrido en el mes de septiembre, cuando el fiscal se subió a la camioneta y, tras manejar algunos metros, se percató de que el sistema de frenos no funcionaba correctamente; para su sorpresa, un mecánico de confianza que revisó el rodado dio cuenta de que varios cables de dicho sistema habían sido cortados, información luego confirmada por la División Criminalística de la Policía del Chubut, que peritó el vehículo.

“Voy a seguir adelante con las causas”

En esta ocasión, nuevamente la misma camioneta apareció con el sistema de frenos cortado y, a menos de dos meses del primer incidente, del cual no han trascendido novedades, en diálogo con los medios Báez sostuvo que “evidentemente, hay quienes no me quieren ver tranquilo”, aunque anticipó que “voy a seguir adelante con todas y cada una de las causas”.
El segundo atentado ocurrió días después de que fuera levantada la custodia policial que el fiscal general de Puerto Madryn tenía asignada a su vivienda, durante el día.
Además, el propio damnificado, según trascendió, habría divisado la presencia de restos de plástico al lado de la camioneta que utilizaba para trasladarse, descubriendo luego que los frenos de la misma habían sido vulnerados y avisando, nuevamente, a las autoridades policiales.

Mensaje “mafioso”

La casa del funcionario está ubicada en un sector alto de Puerto Madryn frente a la Ruta Provincial 1, que une la localidad costera con la ciudad capitalina de Rawson a través de un camino de ripio y, según el propio fiscal, la pickup no puede observarse desde el exterior de la propiedad.
Tras el segundo ataque, personal de la División Criminalística realizó trabajos en el lugar, y el vehículo fue trasladado a una dependencia policial donde se le harán más pericias.
Cuando ocurrió el primer atentado, Báez había deslizado que la intimidación podría haber estado ligada a su trabajo como fiscal general, en el marco de causas sensibles que investiga: “Se ve que pisé un callo y dolió”, había manifestado, al tiempo que opinó: “Entiendo que es un claro mensaje mafioso”.

Un rol delicado

El fiscal tuvo intervenciones en casos de resonancia pública, como por ejemplo aquellos que investigan la defraudación al Estado por parte de exfuncionarios provinciales de la anterior gestión, que ya fueron condenados, mientras que otras causas se encuentran en pleno proceso.
También, Báez intervino como fiscal en causas que involucran violencia policial, como el caso que trascendió a nivel nacional, donde dos efectivos propinaron una salvaje golpiza a un joven, aparentemente pareja de la hija de un conocido sindicalista, que se encontraba con él cuando fue agredido, sobre el boulevard Guillermo Brown, a metros de la casa del Intendente de la ciudad.
Otro de los casos en los que trabajó el funcionario es el de varios agentes de la Policía del Chubut que fueron sindicados como responsables de haberle incendiado el vehículo al jefe de la Comisaría Segunda, en un hecho ocurrido hace pocos meses en Puerto Madryn.
“A lo largo de mi carrera en la fiscalía sufrí otros atentados a vehículos y una vez rompieron a piedrazos los vidrios de varias ventanas de mi casa”, manifestó el fiscal en aquél entonces, tras el primer ataque ocurrido este año a su vehículo.

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