Por Trivia Demir

Con un nuevo decreto, el presidente Mauricio Macri busca hacer frente al nepotismo en Argentina, pero ¿cuán eficiente es esta medida en un país donde existe una «cultura del empleo público»?¿Es el anuncio un amague fuerte y claro para las provincias?. En definitiva, el debate sobre los parientes funcionarios es útil, oportuno, pero no soluciona ningún problema grave, dice el columnista Ignacio Zuleta con acertadísima opinión. “Es como que los jueces paguen impuesto a las ganancias. Sería bueno, pero no resuelve nada. La ética es como el arte, su utilidad es que no sirven para nada. Pero son todo en un régimen republicano. El nepotismo, en orden a los principios, es la tumba de la república porque choca con el desiderátum de la igualdad. Transgrede el mandato de la meritocracia – central para una democracia – y es un resabio monárquico.
El nepotismo es un costado del engreimiento – ufanarse de pertenecer a una grey – o el engrupimiento – pertenecer a un grupo -. Todo esto, le dice a la sociedad que para alcanzar un rango importante hay que pertenecer a la familia, la grey, el grupo, el partido.
Por eso, poner restricciones a esto, es ponerle límites al poder, algo siempre necesario. Pero hay que entender que va contra elementos fundantes de la vida política, que es la pertenencia a clubes, partidos, clases y familias partidarias”, advierte el politólogo.

Extrapolaciones necesarias

“Los radicales son en su mayoría hijos de radicales; los peronistas son hijos de peronistas. Una norma que vete esas designaciones también tendrá que avanzar sobre ciertas inmaterialidades: por ejemplo, el rol de los seres queridos. ¿Cuántos maridos y cuántas esposas tienen cargos legislativos? Son de otro poder, pero acceden a las candidaturas por su relación familiar. José Manuel de la Sota, Juan Schiaretti, el ministro recortador Andrés Ibarra tiene su mujer de legisladora en Buenos Aires. La gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal ha sido la mujer del intendente Ramiro Tagliaferro, a quien le debe su exaltación a los cargos altos de la política.
El decreto que se publicó ayer habla de los límites de la prohibición. ¿Se podrá hacer un examen del grado de relación afectiva entre un funcionario y uno de sus seres queridos, en cualquier grado de paralelismo respecto de los familiares (amig@ con derechos, para no decir querid@s y amantes)?
También hay nepotismo en el sindicalismo, como dinastías que heredan gremios de padres a hijos que nunca trabajaron en esa rama, como los Moyano o los, Santa María. También acuerdos paritarios que le dan preferencia para el ingreso a empresas a los hijos de los trabajadores”.

¿Decisión o demagogia?

Luego de volver de un viaje que dejó sabor a poco, el lunes pasado el presidente argentino, Mauricio Macri, anunció una serie de medidas que afectan la plantilla de su gobierno, y logró un fuerte efecto y debate en el grueso de la opinión pública, volviendo a recuperar el centro de la escena. Entre otras cosas, anunció la eliminación de cerca de mil cargos para reducir el gasto estatal. No obstante, la medida «antinepotismo» es la más llamativa.
A través de un decreto, el mandatario prohibirá a sus ministros designar a familiares en la administración pública. Se trata de parientes de hasta segundo grado de consanguinidad, es decir padres, hijos, cónyuges, hermanos, abuelos y nietos, así como nueras y yernos. En total, se habla de unos 40 afectados.
A raíz del anuncio de esta medida, que será retroactiva, ya se han producido las primeras renuncias en el Ejecutivo. El aviso de Macri llega pocos días después de que se diera a conocer que la esposa y dos hermanas del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, trabajaban en la administración pública. A mediados de enero, Triaca estuvo envuelto además en otro escándalo tras difundirse un audio en el que insultaba a su empleada doméstica. El decreto «antinepotismo» «es una reacción a lo que pasó con el ministro de Trabajo, porque el gobierno tuvo dos años para tomar esta medida y la está tomando en este momento. Si no se hubiese conocido esta grabación, todo esto no hubiese sucedido», dice a DW Pablo Secchi, director ejecutivo de la fundación Poder Ciudadano, capítulo argentino de Transparencia Internacional.
La decisión nacional se fue replicando masivamente en aquellas provincias que responden al sello gobernante o muestran una alianza fuerte con el poder central. Gabriel Salvia, directora general del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), comparte esta opinión: «Llama la atención que, antes de asumir el gobierno, los macristas se jactaban de sus equipos técnicos, pero no tuvieran preparada una propuesta para implementar una reforma tan importante, más teniendo en cuenta la irresponsabilidad del kirchnerismo, que convirtió al Estado en un botín político».

Chubut, del patriarcado a la orfandad

Desde 2016, Chubut tiene aprobado el impedimento de nombrar parientes en planta política, transitoria y permanente. Fue a partir del proyecto presentado por la diputada Alejandra Marcilla, utilizando un proyecto que elaboró el ex gobernador Mario Das Neves cuando cumplía funciones como diputado nacional en el año 2000. Pese a la resistencia posterior del líder fallecido, la oposición logró un año antes de su desaparición física amagar con removerle sus bastiones familiares y los de algunos colaboradores cercanos, con 16 votos del FPV-PJ y 3 del bloque de Cambiemos, que acompañó la iniciativa allá por el mes de marzo de 2016. En realidad se logró aprobación, pero con riesgo de veto inminente. Ninguna de las dos cosas se hizo efectiva en la práctica, en una especie de de `tregua política´ suscitada en el marco de la delicada salud que afectaba a Das Neves y por ende la necesidad de rodearse de sus vínculos de mayor confianza.
La aprobación a la modificación a Ley de Ética Pública se dio en un marco de discusiones acaloradas, donde el mismo dasnevismo se opuso rotundamente a la aprobación del proyecto, a pesar de que tomaba punto por punto el proyecto presentado en 2000 por el propio Das Neves.
Esa letra `prohíbe la designación de “padres, hijos, hermanos, cónyugues y/o convivientes” para que cumplan funciones que impliquen grados de subordinación entre el designante y designado, y alcanza también a los nombramientos que se hayan efectuado dentro de los dos últimos años desde la sanción de la ley´.
Con esta letra en `stan by´ y el líder fallecido, el tema de debate parecería estar superado en la Provincia. Sin embargo la herencia político partidaria y la influencia en los estamentos de poder y gestión, siguen siendo un tema de controversia y enfrentamiento entre funcionarios y referentes de la vida pública chubutense. Un nudo gordiano que debería desatarse en el proceso de reacomodamiento interno de Chubut Somos Todos. Un partido que sin el liderazgo de Das Neves “debe afrontar el desafío de la permanencia”, al decir de una de sus principales espadas, el presidente de la bancada y ex ministro Coordinador, último ungido por el líder, Jerónimo García.

¿Una iniciativa insuficiente?

Para Pablo Secchi, la norma que ahora promueve Macri es «bastante acotada» porque solo toca el Ejecutivo: «Si se llega a aplicar en el Poder Legislativo y Judicial vamos a hablar de muchísima más gente implicada». Según el director ejecutivo de Poder Ciudadano, «ya se sabía que en este gobierno, como en los gobiernos anteriores y en todos los gobierno provinciales, los funcionarios nombran a sus parientes».
Por su parte, la doctora Saskia Ruth, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), saluda el decreto como una posibilidad para acabar con las complejas estructuras que se han establecido a lo largo del tiempo. Si bien la medida no erradicará el nepotismo en Argentina, en su opinión, es un buen comienzo.

Recetas vecinas

Varios países latinoamericanos poseen leyes «antinepotismo», pero su implementación depende de la capacidad del Estado de monitorear la situación y sancionar a posibles infractores. Saskia Ruth recuerda que se trata de patrones de comportamiento arraigados y heredados de generaciones atrás. «El problema de fondo es que en el ingreso a la administración pública en Argentina, tanto a nivel nacional como provincial y municipal, no se aplican criterios meritocráticos de idoneidad, transparencia e igualdad ante la ley», sostiene Gabriel Salvia.
En entrevista con DW, el director general de CADAL explica que el sector público es «una clase privilegiada», que goza de estabilidad laboral «más allá de sus capacidades y rendimiento». De ahí que se haya creado una «cultura del empleo público» que consiste en conseguir un puesto en el sector público: «Algunos irónicamente lo llaman ‘el sueño argentino’ en contraste con el ‘sueño americano’ de emprendimiento privado». A nivel provincial, el sueño se va terminando, al ritmo en que se termina la plata.

Fuentes: ZuletaSinTecho, DW, propias