El hecho ocurrió durante el fin de semana pasado, pero se conoció recién el primer día hábil del año, cuando autoridades del establecimiento educativo concurrieron al mismo y constataron que “autores desconocidos” habían ingresado, según se presume, a través de una ventana, teniendo en cuenta que las que se encuentran en el edificio no poseen trabas de seguridad.
Sin embargo, hubo dos “sorpresas”, tanto para los responsables de la institución, como así también para la Policía, que acudió al lugar tras haber sido anoticiado del hecho: la primera, que los sujetos no sustrajeron ningún elemento de valor y solamente quisieron llevarse consigo dos matafuegos, sin éxito; la segunda, la “sorpresa” propiamente dicha que uno de los individuos dejó en uno de los sectores de la escuela, dado que, puntualmente, defecó en el suelo del establecimiento.
Hasta el momento, según consignaron fuentes policiales, no hay sospechas concretas de quién o quiénes habrían sido los autores del lamentable episodio, que se suma a otros similares ocurridos en distintas escuelas de Puerto Madryn.

Ingreso, ‘sorpresa’ y egreso

“En la Escuela 750, ubicada en la calle Gales en su intersección con Villegas, entre el pasado viernes y el día 2 de enero, constataron de que desconocidos habían ingresado por una de las ventanas”, indicó el segundo jefe de la Unidad Regional Puerto Madryn, comisario inspector Javier Guzmán, quien aclaró que “algunas de las ventanas no tienen cerraduras, por lo que no se sabe por cuál exactamente habían ingresado”.
En su derrotero, los sujetos provocaron serios daños a la infraestructura del edificio: “Patearon varias puertas, rompieron algunas, como la de Secretaría, Dirección, Sala de Profesores, además de ensuciar y de haber intentado sustraer varios matafuegos, los cuales finalmente no se llevaron”, precisó.
Además, el comisario aclaró que aún se intenta saber cuál podría haber sido la motivación de los vándalos, teniendo en cuenta que no sustrajeron de la institución elementos que podrían haber sido de interés delictivo, tales como computadoras.

“No robaron nada”

Por otra parte, un dato llamativo surgió de las primeras inspecciones oculares en el lugar, y fue que uno o más de los individuos que ingresó al establecimiento “hizo sus necesidades” en el lugar: “A veces, hay algunas personas y delincuentes que tienen alguna modalidad delictiva y, cuando están en el hecho, se ve que por el nerviosismo les ocurre eso y, generalmente, es como un ‘sello’ que dejan en el lugar”, sostuvo Guzmán, quien también remarcó que “no robaron nada, por suerte”.
Consultado sobre la posibilidad de que los sujetos fueran alumnos o ex alumnos del establecimiento, en coincidencia con casos anteriores de escuelas vandalizadas que arrojaron dicha conclusión, el jefe policial comentó que “la sorpresa, para nosotros, es que había elementos de valor para sustraer, pero intentaron llevarse los matafuegos; la Brigada de Investigaciones está trabajando, pero en principio no tenemos ninguna sospecha en particular”.
Los daños producidos en el edificio “son de importancia”, recalcó el Comisario Inspector.

Una postal cada vez más frecuente

Los destrozos en la Escuela 750 se suman a hechos similares ocurridos durante el año pasado, entre ellos el de la Escuela Especial 520, donde un grupo de personas ingresó en abril de 2017 y, además de provocar destrozos, sustrajo distintos elementos, entre ellos la bandera de ceremonias de la institución.
En noviembre del mismo año, la Escuela Politécnica de Puerto Madryn también sufrió un intento de robo, cuando tres menores ingresaron por la noche y, advertidos por un vecino, fueron detenidos cuando intentaban abandonar el edificio con un microondas y otros objetos.
A mediados de 2016, la comunidad educativa de la Escuela 7.707, del barrio Pujol, también fue víctima de un hecho de robo, cuando desconocidos ingresaron al edificio y, tras ser advertidos por un sereno, abandonaron el lugar aunque provocando destrozos; dos semanas más tarde, el mismo episodio tendría lugar en dicha escuela.