"NO ME ARREPIENTO DE NADA", DIJO EL MAGISTRADO DESPLAZADO DE LA INVESTIGACIÓN

El juez Guido Otranto defendió su actuación en el caso Maldonado

Tres meses pasaron desde el mediodía de octubre en que se encontró el cuerpo de Santiago Maldonado en las aguas del río Chubut. El hallazgo puso fin a una búsqueda que había empezado el 1° de agosto en que Santiago, de 28 años, había sido con vida por última vez, en medio de un violento operativo de desalojo a manos de Gendarmería Nacional. Entonces, el caso ya tenía al segundo juez a cargo, Gustavo Lleral.
El magistrado había reemplazado a su par de Esquel, Guido Otranto, desplazado tras una serie de declaraciones, en la que afirmó que la hipótesis más razonable era que Santiago se hubiera ahogado.
Desde entonces, Otranto se llamó a silencio. Hasta las últimas horas, en las que acudió a un acto en el Escuadrón 36 de Esquel -uno de los que intervino en el operativo en que desapareció Santiago- y se refirió al caso. “No me arrepiento de nada. No prejuzgué en mis declaraciones”, sostuvo el magistrado. “Creo que en esa nota no prejuzgué y lo que ocasionó mucho impacto fue el título de la nota. Pero yo no pongo los títulos. Revisé una y otra vez la filmación, porque yo di una entrevista televisiva y luego el diario extrajo algunas partes y las transcribió”, explicó.

Denunciado ante la Magistratura

Otranto explicó que él consideró que era importante dar cuenta a la opinión pública sobre el avance del caso y que en ese escenario dio cuenta de todas las hipótesis posibles. El magistrado, que fue denunciado ante el Consejo de la Magistratura por el caso, explicó que en esa entrevista planteó varias hipótesis y que nunca descartó que hubiera podido existir una desaparición forzada, sino que no estaban las pruebas.
En tanto que detalló que la hipótesis del posible ahogamiento “era razonable por la situación misma, ya que las personas que lo habían visto dijeron que corrió hacia el río.

Recusación

Sus declaraciones, publicadas el 18 de septiembre pasado, hicieron que fuera recusado por la familia de Santiago y por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), querellante en la causa. Apenas unos días después, la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia dictaminó su apartamiento y designó a Lleral a cargo del expediente.
Menos de un mes después del cambio de magistrados se produjo, en medio de un rastrillaje de Prefectura Naval, el hallazgo del cuerpo de Santiago. Sobre la aparición del cuerpo, Otranto explicó que no le sorprendió. Y que él había dispuesto varios rastrillajes, ampliando la zona de búsqueda que había comenzado con el “punto cero” como se conocía en la investigación al lugar donde había sido visto Santiago intentando cruzar el río.

Cuestionado

Otranto fue duramente cuestionado por la familia Maldonado y las organizaciones de Derechos Humanos que intervinieron en el caso. Durante los casi 50 días que estuvo al frente del expediente de Habeas Corpus, Otranto dispuso varias medidas, entre ellas el allanamiento a los distintos escuadrones de Gendarmería que participaron en el operativo de ese 1 de agosto, incautó celulares y computadoras a los efectivos, y peritó vehículos de la fuerza.

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