EL GOBERNADOR MARIANO ARCIONI ARMA EL NUCLEO DURO DE SU PROPIO GABINETE ESTA SEMANA. EN LOS NUEVOS CARGOS SE ABRIRÍA LA ALIANZA NECESARIA PARA DESTRABAR EL LEGISLATIVO Y ENCARAR EL ACHIQUE DE PERSONAL CON LA EXCUSA DE LOS NUEVOS EQUIPOS

El último que apague la luz

Por Trivia Demir

La semana termina con varios portazos previsibles y un movimiento de tropas en el corazón del poder político chubutense que reside en la acalorada villa de Rawson, que ya está generando más ruido que el ejército de Atila (léase el Huno y no el Uno), en retirada. Dice la teoría política que los cambios de Gabinete son una de las maneras que un mandatario `refresque´ a su gobierno, frecuentemente para enfrentar bajas en la popularidad; así, remueve a los integrantes más débiles, premia a los más leales y castiga a otros. Estos reacomodamientos también proporcionan una oportunidad de crear, suprimir, fusionar y rebautizar departamentos y ministerios, y de reasignar responsabilidades. Esto puede ser hecho para reflejar nuevas prioridades o por razones de eficiencia, pero también de asedio al pasado inmediato en el marco de las exigencias presentes y en perspectiva directa a los rulos que se hacen otros en torno al futuro.
Como sea, la decisión de Mariano Arcioni de no seguir el mapa de ruta labrado por su compañero de fórmula, asumiendo su banca luego del triunfo en las legislativas y facilitando la continuidad del equipo de gobierno que ganó en 2015 las elecciones, fue el principio del fin de lo que se venía dando. Quién no entendió esto, no entendió que otra vez, la sucesión con control remoto le salió mal al líder de ChuSoTo. Y otra vez a manos de un comodorense.
La diferencia entre Arcioni y Martín Buzzi es sin embargo (y por ahora) importante desde el discurso: Mariano sigue venerando la memoria de don Mario pese a no por eso rendirle culto a su estilo, ni a su ideología y mucho menos a la presunta `hoja de ruta´ política que se recita y se transmite por oralidad, como en toda dinastía.

Comenzó el recambio

No pocas especulaciones rodaron durante su asunción, allá por el mes de noviembre sobre los cambios en el núcleo duro que produciría, con altísimo nivel de penetración del Frente para la Victoria en el gabinete y otros sectores políticos, a fin de garantizar “la gobernabilidad”. La sentada de Cristóbal López en el sillón de Das Neves y en la cabecera en una de las mesas donde se comenzaba a barajar y dar de nuevo el rearmado de poder provincial, graficaba por ese entonces que había padrinazgo intacto y cohesión de grupo.
Hasta ahí, eran todas frases sueltas. Pero ahora, luego que la oposición le diera la espalda rotundamente en el Legislativo empezando el año sin aprobarle las principales herramientas para gobernar, lo que era una frase líquida se tornó en una realidad sólida, una consecuencia casi de manual. Es que frente a esta tremenda encrucijada, el propio Arcioni fue trasmitiendo casi innecesariamente que la cosa no daba para más y debía hacer cambios, lo que lisa y llanamente significa acordar y resignar poder.

El loteo de cargos

Dicen que en estos dos meses hubo varias reuniones donde este tema se habló descarnadamente, no tal vez con los más interesados, pero sí con operadores propios y ajenos. De hecho, referentes del PRO llegaron a reconocer que Arcioni está tan dispuesto a cambiar Chubut que habría ofrecido integrar en puestos estratégicos a integrantes de la fórmula Cambiemos. Luego de esta cortesía de participar primero a los dueños de la pelota, por supuesto se seguiría por la oposición del PJ y si se trata de comodorenses, mejor.
Lo cierto es que ya es un secreto a voces que entre martes y miércoles quedará conformado parte del nuevo equipo, tal como el mismo gobernador lo anunció por una FM de la Capital petrolera.

Las despedidas más ruidosas

Si el ministerio Coordinador fue lo primero en cambiar Arcioni, es probable que también sea lo último que logre macerar. Se dice que el propio Sergio Mammarelli habría dejado trascender su paso circunstancial y su posible rol asesor externo, con lo que quedaría claro que su incorporación tuvo que ver con ayudar a su amigo el escribano en esta durísima transición en la que se embarcó luego de la orfadad inevitable. Confirma esta teoría el dato que Gonzálo Carpintero le habría ofrecido el cargo de Mammarelli al actual ministro de Salud, Ignacio Hernández a pedido de Arcioni, pero no hubo al respecto una definición positiva. Se sabe que el “Turi” no es tan afecto a los enroques, más allá de la valoración de su experiencia que significaría la Coordinación, habría grietas ideológicas extremadamente difíciles de sortear.
Sin embargo la confirmación que dejó el tembladeral afuera y adentro del Gobierno, fue la renuncia del ministro de Economía, Pablo Oca. Un ministro de carrera que tiene la historia económica de los últimos diez años de la provincia bien fresquita en la cabeza. La falta de herramientas con las que el profesional ensayaba acotar el déficit fiscal como era la Ley de Emergencia (proyecto de ChST), el Pacto Fiscal firmado con nación que le inyectaba $1800 millones en el año y la obligada reconducción del Presupuesto, fueron golpes durísimos que jaquearon todos sus planes. De hecho, hasta se llegó a evaluar la alternativa de comenzar con el pago de sueldos de enero `solapados´, o sea por organismos, dado el escenario que viene. Con esto, más las paritarias por delante, Oca sabe que quedarse en el mismo sillón y con la misma fórmula sería inmolarse.
También es de manual que si se está labrando un nuevo entramado de poder, ni las principales cajas, ni el volante de la distribución quedarán en las mismas manos. De hecho ya hace más de un mes que se barajaba la llegada de algún colaborador del equipo de Lavagna y hasta de Pignanelli para acompañar a Oca. Hacia esta semana ya se hablaba directamente de su salida y reemplazo o por Julio Ramírez, actual presidente del Banco (que afirman no habría aceptado), o por Diego Touriñán, hermano mayor de Javier Touriñán (ex presidente de la bancada opositora del FPV-PJ), con lo que se lograría cerrar perfectamente una buena tregua. Porque convengamos, ¿con qué cara el FPV-PJ podría criticar al arcionismo o no aprobarle las leyes de ahí en más, si uno de los suyos agarró las riendas?

Portazos esperados

Otro de las bajas que hicieron ruido y fuerte fue la del ministro de Educación, Gustavo Castán que esta semana le tiró un baldazo de agua fría a la parsimonia ejecutiva. Fue cuando le advirtió al Gobernador que el próximo 22 de enero debería iniciarse el ciclo lectivo 2018 en el interior de Chubut y no solo falta convencer a los docentes que
Se resisten porque no se les cumplió con el segundo tramo de la paritaria anterior y ni hablar aún de la que viene, sino porque hacen falta poner de inmediato 5 millones de pesos para transporte porque de otro modo los chicos no pueden concurrir a clase. Con todo esto, era poco probable que sin garantías para su área y al plantear exigencias innegociables, Castán permaneciera en el cargo. Dicen que ahora se lo habrían ofrecido al histórico Aldo Marconetto, quien sonaría también para un posible reemplazo en Salud o incluso en Familia, ya que Huichaqueo ya fue removida a una nueva Secretaría del Interior con ingerencia en Comunas Rurales y ayer había vaciado su oficina.
Asimismo, el ministro de Gobierno, Pablo Durán sería reemplazo por Marcial Paz cuando regrese de sus vacaciones, y en Seguridad volvería Federico Massoni, quien ya ocupó este cargo durante la gestión de Martín Buzzi.
A su vez, el ministro de la Producción, Pablo Mamet, de buena relación con Mariano Arcioni, pero luego de un fuerte cruce con el operador `Nacho´ Torres del PRO, también presentó su renuncia. En su lugar podría asumir Sixto Bermejo, excandidato suplente de la lista de ChST que compartió muchas horas de recorrida de campaña con Arcioni y al que aún le deben la gentileza de haberle cedido el sello del PACH cuando no había partido para salir del llano.
Finalmente, uno de los espacios aún blindados, pero por poco tiempo como el Ministerio de Infraestructura que conduce el ingeniero Alejandro Pagani, sería ocupado por el siempre vigente Nelson “Galenso” Williams como parte de un acuerdo del Ejecutivo con el sector que conduce Gustavo Mac Karthy. Mientras que Pagani, hombre que ha sabido hacerse imprescindible, continuaría su derrotero en el Instituto Provincial de la Vivienda reemplazando al ex intendente de Dolavon, Martín Bortagaray.
Dicen que además de todos los mencionados se analizan cambios en Petrominera; Hidrocarburos y Vialidad Provincial.
Todo este nuevo esquema y nuevos jefes políticos por supuesto ayuda de plano a las reestructuraciones propias de cada ministerio que necesita hacer Arcioni tras el pacto con Nación, desde donde insisten que Chubut tiene que bajar de un plumazo no menos de 7 mil empleados públicos para estabilizar el barco. Y este será todo un nuevo capítulo para analizar.

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