SI NO SE PUDO EVITAR EL CONTACTO

Recomendaciones del Conicet sobre los efectos de las medusas

La medusa (Chrysaora plocamia) es una especie común en la región patagónica y su aparición ocurre todos los años en las costas de Chubut y Santa Cruz generalmente a partir de primavera y durante el verano. Si bien es frecuente observarlas en las costas patagónicas, no es usual que lleguen a las playas grandes cantidades de individuos. Este tipo de fenómeno sucede cuando se combinan elevadas abundancias con ciertas condiciones oceanográficas y meteorológicas que las concentran en las playas formando lo que se conoce como blooms o arribazones.
A pesar de su aspecto y gran tamaño, no es una especie de la cual se tengan registros de accidentes graves sino solamente de producir algún malestar leve y momentáneo. No obstante, si sus células urticantes alcanzan ciertas zonas más sensibles del cuerpo (ojos, entrepierna, genitales), o si la persona afectada resultara ser alérgica a la toxina, los efectos pueden ser más severos, por lo que se recomienda evitar el contacto con estos animales.

¿Qué hacer?

En caso de no poder evitar el contacto, se debe enjuagar la zona afectada con agua de mar (nunca con agua dulce ya que podría ocasionar la activación de las células urticantes que estén adheridas a la piel y hacer más daño). Es importante no rascarse ni frotarse la zona afectada y es recomendable no exponerla al sol. Puede aplicarse frío (agua o hielo) para aliviar el ardor, siempre intentando no mojar la zona afectada con agua dulce. Si las molestias o dolores persisten se debe asistir a un centro médico.

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