FURIOSOS CON EL MEGA DECRETO DE MACRI, EL PERONISMO QUIERE LANZAR YA UN CANDIDATO A PRESIDENTE. SERÍAN URTUBEY O SCHIARETTI Y SE CONOCERÍA DESPUÉS DEL MUNDIAL. LA BRONCA PORQUE EL GOBIERNO VOLVIÓ A SALTEAR EL CONGRESO. LOS GOBERNADORES YA HABLAN DE DESDOBLAR SUS ELECCIONES

Se va moviendo el avispero

Furiosos con el mega decreto, el peronismo quiere lanzar ya un candidato a presidente. Serían Urtubey o Schiaretti y se conocería después del mundial. La bronca porque el Gobierno volvió a saltear el Congreso. «Pagamos un costo tremendo por apoyar la reforma previsional y ahora nos responden con un DNU», se escuchó, palabras más menos, en los diálogos telefónicos de estos días entre diputados y senadores peronistas que integran los bloques cercanos a los gobernadores.
Dicen que la bronca se materializó en un comunicado del Bloque Justicialista de Diputados, presidido por el salteño Pablo Kosiner; y pronto se conocería otro similar del senador Miguel Pichetto y sus dirigidos. Agustín Rossi, jefe del bloque K, los invitó a unirse para voltear el decreto en el recinto. En ese clima, lejano a las tertulias fraternales en la Casa Rosada que cerraron el 2017, los gobernadores planean acelerar el lanzamiento de un candidato a presidente para oficializarlo después del mundial.

Los postulantes

Pichetto se despachó además contra las aspiraciones de control de CFK en el marco de un acto legislativo y sostuvo que hay que elegir “en forma urgente” un nuevo líder en el peronismo, y que ese líder debe ser joven. Pareció un claro guiño al gobernador salteño, de cara a 2019. “El peronismo no es lo que pretende Unidad Ciudadana, que es un partido de centroizquierda”, agregó el rionegrino. “El peronismo es otra cosa, debemos aggionarnos, tener un programa”, reclamó.
Y continuó: “Debemos construir un liderazgo único, que sea excluyente Y hay que identificarlo cuanto antes porque sino ganar en 2019 será imposible”. En ese marco, Pichetto señaló “me parece importante que la generación de Juan Manuel ocupe un rol importante en el peronismo, que está confundido por las derrotas de 2015 y 2017”.
Por su parte, Urtubey quiere ser presidente y dice tener a favor una baja imagen negativa. No quieren confluir con Cristina pero aceptan que lo mejor sería una sola primaria peronista con algún dirigente que la represente, como Agustín Rossi o Jorge Taiana.
Los nombres no salen de Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti, aunque el salteño parece más interesado: no tiene reelección en su provincia y exhibe entre los suyos una baja imagen negativa, o sea, todavía puede crecer. «Un 30% todavía no me conoce», se postula, aun golpeado por la derrota electoral de las legislativas, que también arrasó a su par cordobés.
Pichetto, que nunca se va de vacaciones, es el más interesado en apurar un candidato, e inició una ronda de reuniones con gobernadores para animarlos a ir tomando distancia del poder central. Este martes se vio con el entrerriano Gustavo Bordet.
En diciembre habló del tema con Pablo Kosiner, jefe del interbloque federal, aún golpeados por haber apoyado la impopular reforma previsional. Quedaron en reunir a sus bancadas en febrero para fijar una pauta de trabajo y reafirmar una identidad común.
No esperan que para esa fecha el Gobierno cancelara la convocatoria a sesiones extraordinarias y los sorprendiera con un decreto múltiple, que mezcló temas diversos como la quita de tierras del ejército, la posibilidad de embargar sueldos o la de constituir fideicomisos con el Fondo de Garantías de Sustentabilidad de Anses. «Algunos temas hubieran pasado fácil por el Congreso y otros los hubiéramos discutido, pero jamás nos negamos al diálogo», coincidían en ambas Cámaras.
En la Casa Rosada no tienen esa visión armónica de los acuerdos de fin de año. Predomina el reproche por una «traición» que hizo caer la reforma previsional aquel violento jueves 14 de diciembre, aunque fue sancionada 4 días después.

Las negociaciones que vienen

El apuro en instalar un candidato choca con la estrategia de los intendentes bonaerenses de proponer un frente electoral que no excluya ninguna versión de la oposición, mucho menos a Cristina Kirchner. «Están pensando más en su futuro que la idea de tener una propuesta electoral. Cristina no pasa un ballotage», repiten entre los gobernadores y sus súbditos.
Claro que a nadie escapa que, como sugieren los alcaldes bonaerenses, para llegar al ballotage no es posible que haya tres listas en una elección de primera vuelta y chocar contra la ex presidenta puede ser letal. Aspiran, por lo bajo, a que Cristina cumpla con su plan de «ayudar al que enfrenta a Macri», como prometió en un acto del 28 de diciembre, no sea candidata y postule en su lugar a una figura alternativa. Antes, los gobernadores quieren a su candidato caminando. Después del mundial.

Los gobernadores buscan alternativas

Mientras estudian cuando definir un candidato presidencial, los gobernadores peronistas ya saben cómo defender su terruño: desdoblar las elecciones provinciales y evitar que sus rivales arrastren el voto de Mauricio Macri. No es una estrategia ni mucho menos ni tiene relación con su condición de opositores. En 2015 casi todas las provincias votaron antes y el año finalizó con más de 30 domingos electorales, un cronograma que complica la agenda del Gobierno y llega a paralizar el Congreso.
«Algo mejor podemos hacer», sugirió el subsecretario de Asuntos Políticos Adrián Pérez a representantes provinciales, cuando empezó a gestionar una ley de reforma política.
Los gobernadores le impidieron a Macri la boleta electrónica y la simultaneidad de las elecciones provinciales con las nacionales. Su plan es votar antes en sus provincias y dividir a la oposición.
No encontró respuesta, como tampoco con el proyecto de ley para implementar la boleta única electrónica, aprobado en Diputados y archivado en el Senado, donde la voz de los gobernadores se hace sentir. Pérez insistirá en marzo, pero no hay mucha expectativa. Es que el cronograma y el sistema de votación son las armas de los mandatarios peronistas para ser reelectos y no las arriesgarán
El plan es sencillo: pelear su provincia antes de octubre con la oposición dividida y sin un choque de frente con la marca Cambiemos. Fue lo que en 2017 logró fabricar Marcos Peña y le permitió ganar en muchas provincias peronistas, siempre con la campaña electoral a su cargo.
En Buenos Aires no habrá doble jornada y no sólo por la voluntad de María Eugenia Vidal: por orden de Néstor Kirchner, la reforma política de 2009 incluyó la obligatoriedad de votar gobernador y presidente el mismo día.
Algunos ya empezaron a maniobrar para la disputa de pago chico: el cordobés Juan Schiaretti presentó un curioso proyecto de ley que habilita candidaturas simultáneas a gobernador y a primer legislador provincial. Apunta a dividir a Cambiemos, donde los radicales Mario Negri, Ramón Mestre y Oscar Aguad pulsean con los macristas Héctor Baldassi y Nicolás Massot.
Si alguno se enoja, tal vez pueda presentarse por las suyas, someterse a una derrota digna y un consuelo como legislador provincial electo. Nada menor.
En Córdoba ya no habrá boleta única papel como en 2011 y 2015 sino voto electrónico, otra excusa para no mezclarse con candidatos presidenciales.

Macri y Cristina tienen su propia pelea

El entrerriano Gustavo Bordet también evalúa desdoblar, a diferencia de su antecesor Sergio Urribarri. «Macri y Cristina tienen su porción y lo mejor es separarlos de su contienda local y pelear mano a mano con la oposición», entienden en entorno.
Las elecciones legislativas dejaron una enseñanza: si Cristina impone un candidato puede ocasionar una derrota peronista, como ocurrió en Salta y Chaco. En 2019 y con elección desdoblada, la unidad del PJ y afines puede ser una tarea más simple. Con comicios separados, Bordet postergaría su idea de implementar boleta única, porque siempre es más fácil imponerse con papeletas a color con la figura estelar en una punta. Claro que este plan relaja la misión de buscar un candidato presidencial, que Miguel Pichetto quiere tener urgente para después del mundial, fastidioso por su rol de intermediador con un Gobierno que empezó el año firmando decretos e ignorando al Congreso.
En Chubut, donde no hay demasiada claridad que sector nacional reporta el partido gobernante actual, parece tan pero tan lejano un simple pensamiento vinculado a 2019, como si se tratara de otro siglo. Mientras el ChuSoTo pone todo su empeño en sobrevivir a la desaparición de Das Neves sin convertirse en arcionismo; el peronismo sigue adormecido y fracturado en un sinnúmero de pedazos que a todas luces expone la dificultad para salir del tercer puesto electoral en el que quedó en las Legislativas de hace tres meses atrás bajo el sello liquido del FPV. En tanto, Cambiemos se prepara para lograr una avanzada, aunque con la enorme disyuntiva que posee en territorio que es la interna imparable entre el PRO y la UCR, con la falta de referentes de envergadura como para pensar en un turno de gobierno por parte del macrismo puro, sin tener que echar mano a los archiconocidos ex funcionarios radicales que desde hace 14 años están afuera del poder y vienen con vicios de arrastre. Así las cosas, la situación de quebranto de la provincia, tampoco ayuda mucho a entusiasmar a la loable clase política a pensar en alcanzar el poder.

Fuentes: LPO, DYN, Parlamentario, propias.

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