LA PRODUCCIÓN DE LOS CULTIVOS DEPENDE DE DECENAS DE ESPECIES DE ABEJAS SILVESTRES

Animalito e’ dios

Solo en la Unión Europea, las abejas son las responsables de polinizar el 80 por ciento de los cultivos y plantas salvajes. Cada año, su trabajo gratuito genera unos ingresos de 22.000 millones de euros. Sin embargo, el uso de insecticidas, las plagas y la destrucción de sus hábitats están dañando a algunas abejas. En varias zonas de Europa se ha registrado un aumento de mortalidad que ronda el 15 por ciento. Por otro lado, otros científicos avisan de una muy preocupante decadencia de los insectos voladores, en general.
Resulta difícil saber qué papel tiene cada insecto o cada abeja en cada lugar. Por ejemplo, se conocen unas 20.000 especies de abejas y se sabe que la polinización no solo depende de ellas, sino también de miles, si no millones, de otras especies de insectos. Ahora, un estudio publicado en Science y elaborado por científicos de la Universidad Rutgers (Estados Unidos) ha dado un paso más en el trabajo de intentar comprender estos complejos procesos. Han concluido que los campos de cultivo más extensos funcionan mejor cuantas más especies de abejas hay presentes. Esto sugiere que la pérdida de biodiversidad de insectos puede tener un efecto negativo en la polinización y por tanto la producción de alimentos.
“Nuestros resultados confirman la importancia de la biodiversidad en mantener el planeta habitable para el ser humano”, dice en un comunicado Rachael Winfree, primera autora del estudio.
Varios experimentos hechos en entornos controlados han mostrado que cuantas más especies de abejas hay, más plantas resultan polinizadas. Pero esta investigación es la primera que lo ha demostrado en el campo.
“Me gusta pensar en esto como una pregunta del mundo real”, dice Winfree. “Hablamos de granjas y granjeros reales, que necesitan que sus cultivos sean polinizados. La respuesta es, que si quieres que las granjas sean polinizadas, necesitas un orden de magnitud más de especies de abejes que las que se usaban en experimentos”.
Los científicos recogieron ejemplares de 100 especies de abejas que polinizaron las flores de 48 granjas del estado de Nueva Jersey y Pensilvania. Una de las cosas que averiguaron es que la mitad de ellas, 55, eran necesarias en más de una granja en uno o más años.
Tal como explica en un comunicado Ignasi Bartomeus, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana y coautor del trabajo, una solución típica de los agricultores es asegurar la polinización de los cultivos con colonias de abeja de la miel.

No depende de una sola abeja

Pero este estudio muestra que una buena polinización no es solo cosa de una abeja, sino de decenas de especies de abejas silvestres. De hecho, este estudio permite estimar cuántas especies son necesarias para asegurar la polinización y maximizar la producción. Pero esto depende de cada finca.
“En una finca determinada, necesitamos solo unas cuantas especies de abejas, pero estas no son las mismas que en la finca vecina. Esto hace que cuando consideras paisajes agrícolas de forma integrada, necesitas conservar a muchas especies de abejas”, indica Bartomeus. “Cada especie juega su papel en los ecosistemas, y la única manera de asegurar su buen funcionamiento es protegerlas a todas”, concluye.
Esto ocurre, entre otras cosas, porque cada especie de abeja destaca en la polinización de una especie de planta determinada.
En un estudio anterior, Rachael Winfree publicó sugerencias para que los granjeros facilitasen la labor de los polinizadores salvajes y aumentasen la producción de los cultivos. Entre estas medidas, propuso cultivar plantas en los límites de los caminos y en las zonas en barbecho que florezcan en un momento distinto al de los cultivos principales, para alimentar a los polinizadores todo el año. También recomendó usar menos pesticidas y evitar emplearlos durante el florecimiento, cuando las abejas revolotean entre las plantas acarreando el polen arriba y abajo.

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