EL GOBIERNO DE CHUBUT AVANZARÁ CON DECRETO CLAVE PARA OPTIMIZAR LAS FINANZAS Y BAJAR INMEDIATAMENTE EL DÉFICIT. MAÑANA COMIENZA LA MESA DE DIÁLOGO CON ATECH SIN ALTERNATIVAS DE MEJORAS ECONÓMICAS Y CON AMENAZAS DE PARO. LA CALIDAD EDUCATIVA EN LA MIRA

Borrón y cuenta nueva

Por Trivia Demir

El gobierno de Chubut buscará sentarse mañana con ATECH a la primera mesa de diálogo paritario antes del inicio de clases, una de las pulseadas anuales que termina marcando el paso de los acuerdos del resto de los trabajadores del Estado Provincial. Ante esto, el equipo de Mariano Arcioni ya preanunció sin embargo el marco en el que se dará la reunión, recordando la grave crisis económico-financiera que condiciona cualquier expectativa inmediata de mejora salarial y que obligaría a afrontar los salarios de febrero de manera solapada por organismos. Ante esto, el gremio ya habría anticipado la necesidad de evaluar propuestas o considerar gravemente amenazado el inicio de clases. Nada nuevo que no suceda año tras año en cada comienzo de ciclo lectivo, donde el sector gremial intenta parapetarse tras los más de 140 mil alumnos de los distintos niveles que esperan arrancar el año escolar en la Provincia, como única alternativa firme en el año de negociación de mejores condiciones para docentes y auxiliares educativos.

“Los decretos están listos”

Tras el fracaso de consenso legislativo, Arcioni ya tiene decidido avanzar gobernando con varios decretos inmediatos. Tras el decreto 1338 del año pasado, con el que se avanzó con el Censo de Personal cuyos datos se comenzarían a conocer en las próximas semanas, el Gobierno tiene un importante as en la manga vinculado al conocimiento de la estructura de empleados existentes y a la necesidad real para su funcionamiento. A la par estaría muy avanzado el sistema que se pretende adoptar y que apunta a la Privatización de los Controles Médicos, el que se realizaría por licitación pública en los próximos días y que tendrá un rol clave en el ordenamiento de licencias docentes.
Además ya estaría lista para designar la Comisión Técnica de Política Salarial, presuntamente ya conformada y lista para ser presentada en público. Por lo que si algunos consideran que durante estos más de cien días el arcionismo simplemente se sentó a esperar que lo dejaran gobernar, todo indicaría que se equivocaron.
Esta comisión sería la “estrella” para la aplicación de un decreto ómnibus de “modernización” del Estado cuya característica parece que será la inmediatez y agresividad en los cambios que se requieren para estabilizar el déficit mensual de Chubut, buscando segmentos de ahorro en la masa salarial que no tricen la operatividad, tales como suspensión de horas extras, horas cátedras y ´servicios docentes´, restando así adicionales que se le abonaba prácticamente a toda la estructura educativa sin claridad efectiva de resultados y beneficios. A su vez, la eliminación de pago por parte del Estado de la licencia gremial sería otro hecho, erogación que ahora recaería en el propio gremio. Mientras que la medida más complicada para muchos trabajadores estatales será posiblemente la decidida sobre el desdoblamiento del horario en la administración pública, como requerimiento para ´optimizar el funcionamiento del Estado adecuándolo a las necesidades reales productivas y operativas de una provincia aletargada´, afirman sus mentores. Y para quienes por razones personales no puedan adaptarse a estos nuevos tiempos y necesidades del trabajo público, quedarían abiertos incentivos concretos de retiros y jubilaciones anticipadas. O sea, todo indica que la decisión de refundar el Estado chubutense, tal como se juró y perjuró ante Nación, está más que tomada. Lo que habrá que ver es como se implementan con los menores ´efectos colaterales´ operativos.

Nueva era, nuevo sistema

Y si los acuerdos laborales serán ríspidos y apuestan a levantar no poca polvareda, la política educativa que se pretende, no será menos traumática en términos de aceptación docente. Es que si bien políticamente nos venían sirviendo ciertas mediciones internacionales sobre a calidad educativa en relación a otras provincias argentinas, lo cierto es que hay quienes afirman que hay que profundizar menos en encuestas y anuncios mediáticos, y más en resultados reales en relación al rendimiento de los educandos.
Las últimas cifras sobre el nivel educativo de la Argentina no fueron demasiado alentadores: en el «Informe PISA Estudiantes de Bajo Rendimiento», publicado el año pasado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el colectivo de estudiantes argentinos se ubicó entre los diez peores de las 64 naciones analizadas.
«Se cree que los alumnos argentinos no rinden bien en los exámenes internacionales porque los chicos no estudian, están todo el tiempo en Facebook, porque los docentes no enseñan bien o porque la política mira a otro lado. Quizás la respuesta a ese interrogante tenga un poco de cada una de esas suposiciones, pero de ninguna manera hay una respuesta única y salvadora», aseguró a Juan María Segura, consultor, experto en innovación educativa y autor del libro «Yo qué sé (#YQS), la educación argentina en la encrucijada».
Por la misma línea se mantiene Pablo Ramallo, licenciado en Educación y profesor de la Universidad de Buenos Aires: «Hay muchos, muchísimos problemas por mejorar y creo que la situación actual, aún sin representar un estado de emergencia, encuentra su explicación en diversos factores de cualquier índole. Es necesario poner la lupa tanto en la dedicación de los chicos hacia el estudio como las comodidades que ofrecen las escuelas, los presupuestos que ofrece el Estado y la obsolescencia de los programas de estudio», explicó el especialista.

Tras los cambios profundos

La desactualización de los programas escolares atenta contra el interés y la atención de los alumnos. Desde principios de los 90, se realizan en las escuelas primarias y secundarias del país las llamadas Pruebas del Operativo Nacional de Evaluación (ONE). En un principio, los exámenes se llevaban a cabo de manera anual, pero a lo largo de la última década pasaron a ser bianuales y trianuales.
Alejandro Ganimian, un argentino con un doctorado en Análisis Cuantitativo de Política Educativa en la Universidad de Harvard, elaboró un informe llamado El Termómetro Educativo, en el que se analizó a fondo los resultados de los alumnos en los exámenes ONE entre 2005 y 2013. Algunas de las conclusiones extraídas del informe fueron:
.Un alto porcentaje de alumnos de primaria y secundaria no alcanzan los niveles mínimos de aprendizaje.
.Las zonas con peores resultados fueron en el centro del país, la Patagonia y parte del Noreste, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires se registraron las mejores calificaciones.
.El porcentaje de alumnos con un desempeño alto es particularmente bajo entre segundo y tercer año de la secundaria, justo cuando los alumnos empiezan a encarrilar su ´camino universitario´.
A partir del año pasado, las pruebas ONE ya no se realizan. Fueron reemplazadas por la Evaluación Nacional Aprender, que toma nuevas evaluaciones a alumnos primarios y secundarios y busca perfeccionar el sistema de análisis de rendimiento. Según los especialistas, los problemas de la calidad educativa en la Argentina podrían discriminarse en cinco puntos: el contexto socio-cultural, la disyuntiva meritocracia o inclusión, la infraestructura escasa o inadecuada, la desactualización curricular, y la estabilidad del docente tanto como la garantía de remuneraciones adecuadas a su responsabilidad sobre el futuro de la población.
Todos estos temas y desafíos tienen por delante espacios de coincidencias entre gran parte de la ciudadanía y quienes se dedican a pensar en la organización social y la conveniencia pública, y tiene que ver con la necesidad de producir cambios efectivos que pongan a la juventud a la altura de los tiempos que corren y para eso, la educación es el primer peldaño a labrar en la empinada formativa que deberá producirse. Como dato político, tanto gremio como laburantes deberán iniciar las negociaciones en 2018 prácticamente desde ´tabla rasa´, ya que todos los funcionarios y actores oficiales cambiaron. Además de cambiar las condiciones de la propia coyuntura provincial y nacional. Las intenciones parecen estar, las resistencias también. Habrá que ver…

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