LA CAUSA AMIA EMPANTANADA Y LA INTERNA ENTRE CIMADEVILLA Y GARAVANO MÁS TENSA QUE NUNCA. CARRIÓ ENTRA AL RUEDO. MICHETTI CON EL PRESIDENTE DE ISRAEL, LOS COMPROMISOS DE MACRI CON ESTADOS UNIDOS PARA DESFINANCIAR AL HEZBOLLAH, Y LA HABILITACIÓN ARGENTINA EN LA OCDE

Cábala y mandatos

Por Trivia Demir

Salirse un poco del territorio propio ayuda a dimensionar que el mundo no para, y o nos adaptamos y apuramos a entender los giros, o podríamos terminar bastante fuera de los mapas. Se acercan los días para que el doloroso recuerdo por el terrible atentado del 17 de marzo de 1992 que acabó con la vida de 29 personas y dejó decenas de heridos en la mutual judía, vuelva a ocupar la escena política y nuevamente a exponer, que tras 26 años, no se ha logrado importantes avances en la causa como para definir condenas. Además de reeditar todo tipo de análisis sobre la muerte del ex fiscal de la causa, Alberto Nisman.
A cargo de esto está la Unidad AMIA, que regentea a los barquinazos el chubutense, Mario Cimadevilla, en lo que se cree un puesto con el que la alianza Cambiemos le pagó su aporte de votos (pasados y futuros) al radicalismo provincial.
Son varias las diferencias entre la AMIA y la DAIA. La institución que preside Ariel Cohen Sabban apoya el juicio en ausencia y además forma parte de la querella en el juicio por encubrimiento. AMIA no.
En ese marco, Mario Cimadevilla está en medio de una interna con Germán Garavano y días atrás el ministro de Justicia le intervino la Unidad Investigación AMIA en desacuerdo con los argumentos que iba a presentar en la reapertura del juicio. Por eso ordenó a través de su segundo, Santiago Ottamendi, reemplazar al abogado que iba a leer los alegatos un día antes de la reanudación del juicio.

Cimadevilla vs Garavano

El episodio habría agravado la pelea entre Garavano y Cimadevilla, que según Clarín tendría los días contados. El radical está en contra de la postura que forzó el ministro, que en los hechos terminó tomando el control de la Unidad AMIA.
El año pasado ya había trascendido que Garavano tomó la decisión de cerrar la Unidad, aunque la inminente visita de Netanyahu le hizo posponer su plan. Este amague se dio en medio de una fuerte disputa entre Cimadevilla y Garavano. El ministro y el ex senador radical arrastran una mala relación que se agravó cuando Garavano bloqueó la contratación de un software especial que pretendía llevar adelante Cimadevilla para «leer» la causa por unos dos millones de dólares, que además, según fuentes al tanto del conflicto, implicaba sumar a unas treinta personas a su estructura.
Estallado el conflicto, Cimadevilla explicó que tomó la idea por sugerencia del Tribunal de la Haya: «La causa Amia tiene 600 mil fojas, leerlas llevaría de 5 a 6 años, pero hoy existen programas que cuando uno digitaliza las causas, mete la documentación y estos cruzan datos nombres, fechas, hechos y permiten en muy poco tiempo determinar cómo se habría cometido el delito».
Pero la diferencia trasciende esta contratación puntual. Garavano nunca creyó en la creación de esta Unidad Especial y cree que hay que reforzar al juez y los fiscales que siguen con la causa, que en rigor, desde la muerte de Nisman, parece congelada.

Y se armó la gorda

El tema pasó a mayores esta semana con la firme entrada en escena de Elisa Carrió, quien dedicó su primera semana de trabajo en 2018 a declararle la guerra a Germán Garavano por haber promovido el sobreseimiento de los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia en el juicio por encubrimiento del atentado. Carrió empezó con un duro comunicado de la Coalición Cívica contra el ministro y siguió en el Congreso, donde negocia una defensa corporativa de la UCR a Mario Cimadevilla, titular de la UFI Amia ninguneado por Garavano. Pero sabe que detrás del ministro está Angelici.

Cosas del proceso

Los abogados enviados por Cimadevilla habían pedido 8 años de prisión para Mullen y Barbaccia, pero Garavano promovió el sobreseimiento, representado en el abogado José Console, secretario de la Comisión de Disciplina de Boca y cercano al presidente del club Daniel Angelici, operador judicial de Macri.
El alineamiento de Garavano con Angelici terminó de enfurecer a Carrió que ahora está dispuesta a ir por la cabeza del ministro y se lo dejó bien claro a Mario Negri y otros diputados radicales que vio en el Congreso.
Les propuso hacer pasear a Cimadevilla por los despachos y resistir el ninguneo de Garavano, quien ya sufrió maltrato de legisladores por sus rencillas con el chubutense.
Fue el año pasado, cuando los senadores de todas las fuerzas políticas le reprocharon no tomar posición sobre el proyecto de ley para aplicar un juicio en ausencia a los iraníes acusados de volar la AMIA.
Pronto se supo que no toda la comunidad judía estaba de acuerdo y el ministro prefería dejarlo pasar. Pero no había sido tan claro con el jefe de la Unidad AMIA.

Cañones apuntados

La interna de Carrió con Angelici tuvo por estos días otro rebote de impacto profundo en el gobierno de Macri. El presidente de Boca sufrió el despido intempestivo de su cuñado de la AFIP, por supuestas amenazas de muerte al jefe.
No es la primera vez que el jefe de la AFIP le pega cerca a aliados del presidente. Lo hizo cuando abrió una investigación por supuesto fraude a la ley de promoción del software del portal MercadoLibre del empresario Marcos Galperin, exhibido por Macri como su modelo de empresario.
Luego de esa investigación el presidente visitó las oficinas de Galperín para dejar claro de qué lado estaban sus preferencias y luego su empresa fue beneficiada con un negocio de la SUBE.
Alberto Abad, jefe de los recaudadores, es uno de los funcionarios de mejor llegada a la chaqueña, y dicen que de hecho hablan muy seguido.
Lilita sabe además que Angelici es radical y puede sellar la paz con su partido si no se mueve rápido, por eso está inquieta.

El monitoreo grande

Pero además de todo este intercambio de entrecasa en el acostumbrado microclima de intereses económicos que se entrecruzan con los políticos en esta Argentina que no termina nunca de cambiar, la causa AMIA es uno de los temas seguidos de cerca por las autoridades israelíes con las que en enero pasado se reunió la vicepresidenta argentina Gabriela Michetti. En esa oportunidad, no trascendió demasiado los motivos del viaje, más allá de las formalidades de rigor, pero quedó delineado que en el medio de las posibilidades de intercambio comercial, asistencia financiera e inversiones posibles, estaba a la par un informe preciso de cómo se va desarrollando esta causa, con la que se pretende enmendar una deuda con la comunidad toda, un obstáculo de vínculos que se arrastra desde hace 26 años.
En ese encuentro el 11 de enero pasado, el presidente Rivlin celebró esta “reunión de trabajo” con la vicepresidenta de Argentina, quien visitó Israel junto a una delegación de representantes y viceministros.
Rivlin le agradeció la visita a Jerusalén, la capital de Israel, y señaló “las buenas relaciones” entre ambos países, así como los cálidos vínculos con la comunidad judía en Argentina. Y como tema clave, el Presidente transmitió su agradecimiento a Macri y al Gobierno argentino por sus “esfuerzos para concluir las investigaciones” sobre el ataque terrorista contra la construcción de la comunidad judía en Buenos Aires.
La noche anterior, Michetti se había reunido con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, quien expresamente le agradeció por la votación de Argentina en la ONU, y le recordó entonces su paso por tierra gaucha, subrayando: “Tuvimos una gran visita a Argentina. Creo que es una nueva relación. Fue mi primera visita a América Latina, a un país al sur de los Estados Unidos, la primera visita de un primer ministro israelí en 70 años (sic)”.

El precio del deber

Todas estas referencias además de las loas a la alianza gobernante no serían por supuesto gratis. Hay una serie de eventos atados que requieren que la internita entre Cimadevilla y Garavano se dirima cuanto antes y en otros territorios de la lógica de la política internacional. Hace dos semanas, se anunció que “Estados Unidos y Argentina trabajarán juntos para cortar las redes de financiamiento del Hezbollah libanés en América Latina”, según manifestaron los principales diplomáticos de ambas naciones, en el marco de la visita del secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson a nuestro país, difundido entre otros medios por Diario Judío.
La teoría se abonó con el discurso que Argentina tiene una gran población de expatriados libaneses y las autoridades estadounidenses sospechan que grupos dentro de ella recaudan fondos a través del crimen organizado para apoyar al movimiento armado apoyado por Irán. Tillerson vino a Buenos Aires para conversar con su homólogo nacional, el Ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Fauriee precisamente este tema.
“Con respecto a Hezbollah, discutimos cómo todos juntos debemos ir tras estas organizaciones criminales transnacionales -tráfico de narcóticos, tráfico de personas, contrabando, lavado de dinero- porque vemos las conexiones con el terrorismo también en organizaciones financieras. Y discutimos específicamente la presencia del Hezbollah libanés en este hemisferio”, expresó Tillerson.
El Canciller argentino confirmó a su vez que también conversaron sobre “el trabajo del G20 bajo la presidencia argentina” y que “todas las ideas que los EEUU puedan compartir con nosotros son de gran importancia”. Además agradeció el apoyo del país para el ingreso de la Argentina a la OCDE.

Fuentes: LPO, DJ, Visavis.

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