Por Trivia Demir

Como decía Kennedy «En política sucede como en las matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto, está mal». Aunque parezca una utopía, en los hechos y en el filoso territorio del poder, lo que está mal, tarde o temprano emerge como boomerang y rebana las propias cabezas. Casi todos los saben, pero pocos se resisten a la tentación de arrojar esa rara arma aerodinámica.
El gobernador Mariano Arcioni, no viene de la política, pero hay que decirlo, aprende rápido, y está conjugando su particular atilde profesional con una lógica pragmática del poder absorbida al lado de Das Neves, para terminar decantando su propia impronta, con la que hasta el momento serenó a la vecindad, mantuvo en marcha el engranaje del Estado y se puso al frente de pensar “la Provincia” todas las mañanas, como destacó un experimentado referente.
Es a partir de esa rara conjunción en estos escasos tres meses, que ha mostrado en diferentes pero claras ocasiones, comprender a la perfección esta máxima que alguna vez recitó Kennedy.
De hecho, esta semana apretó el acelerador y el gobernador se mostró mucho más activo y firme en sus conceptos. Más allá de la necesidad de lograr consensos, se diferenció claramente de las “viejas prácticas políticas” en clara alusión a operaciones cruzadas con las que algunos interesados fueron generando fuegos cruzados e inestabilidades innecesarias dentro del Gabinete Provincial.
«Yo particularmente no me voy a dejar extorsionar, tengo bien en claro cuál es mi función, cuál es mi responsabilidad y no voy a esconder absolutamente nada, cuando uno habla de la crisis económica que estamos atravesando es así». Y les aclaró: «Tengan la certeza que vamos a salir adelante, sabemos cómo hacerlo y están equivocados si piensan que acá hay debilidad política».

La prueba legislativa pendiente

El gran desafío de Arcioni para los próximos días, es lograr la aprobación del Pacto Fiscal para que Chubut no pierda 1.400 millones de pesos al año y la coparticipación por los fondos sojeros, y la Ley de Emergencia para poder garantizar los sueldos de los estatales, además de la autorización para una nueva emisión de deuda que permita estabilizar el barco. Y se sabe que en ese marco, las negociaciones legislativas estaban empantanadas. Tanto que aun no se dio la convocatoria a sesión extraordinaria, que se daría para después del 15. Así las cosas, Arcioni se arremangó para definir por sí mismo las ruedas de intercambios necesarias y todo indicaba ayer que estaría casi garantizado un consenso en gran parte de la Cámara. Eso sí, con una nueva construcción de alianzas forjadas por él mismo.
El gran disparador habría sido el nivel de distorsión (o ex) que se evidenciaría entre un grupo de diputados que ingresaron por representación popular y ocupando espacios por partidos políticos, para terminar apartados de toda organicidad y representatividad, habrían terminado abriendo sus propios `sellos´ o `sucursales´ de bloque librepensantes. Estos enquistes políticos con fueros han sido desde la época de Das Neves, un problema para la gobernabilidad y para el encauce de una labor legislativa transparente y con algo de coherencia.

Nueva y vieja política

Que la puja es por el poder, y que el poder es para hacer negocios, es una hipótesis fuerte que circula no solo en la casa de las leyes, sino en los ámbitos políticos más frecuentados de la Provincia. Y en esto quien se destaca por su nivel de actividad interplanetaria es el diputado rawsense Alfredo Di Filippo. Un experimentado jugador de ligas colaterales, que desde hace unos años se animó a saltar a la función pública institucional, primero ocupando la secretaría de Gobierno de la Capital de la Provincia y luego recalando en una banca legislativa. Un paso que implicó e implica ensamblar las actividades privadas con las públicas, en territorios demasiado pequeños como para no tropezar con alguna que otra incompatibilidad.
Di Filippo es precisamente quien habría armado los últimos días más conflicto interno en el Gabinete de Arcioni, por declaraciones o intermediaciones desafortunadas. Todas intervenciones que viniendo de un operador político por excelencia, no sonaron para nada inofensivas.
Pero como el oleaje legislativo que proviene desde algunas bancas, casi siempre tiene objetivos claros, hay quienes atribuyeron tanta actividad volcánica a un principal Interés: acrecentar la influencia en los negocios de la pesca. No es ajeno a nadie en el puerto de Rawson que hoy el interés por permisos pendientes que no entregó la provincia y alguno de los cuáles poseen un valor de mercado de 5 millones de dólares, sería la moneda de cambio en juego. Toma y daca a la que el gobernador Mariano Arcioni no está dispuesto a entregarse tal como lo terminó externalizando sin ningún eufemismo.
Con este planteo de cambio en las reglas de juego de la “vieja política”, la furia habría acarreado más de una operación inmediata, todas ellas apuntando a la desestabilización legislativa, que es hoy el ariete del que debe zafar el Ejecutivo, pero por supuesto, no a cualquier costo.

El diputado que quiere ser gobernador

Ante el evidente cierre de filas legislativas que se comenzó a dar anteayer y los consensos que habría cosechado el Ejecutivo readecuando los proyectos para lograr entendimiento con el bloque opositor mayoritario, los bloques `sucursales´ comenzaron a perder rápidamente influencia, y en algunos casos a entrar en pánico. Declaraciones poco más que desafortunadas y de una agresividad emocional evidente tanto para la memoria como para la investidura, no tardaron en salir de boca de Alfredo Di Filippo:. “Tenía más poder Das Neves internado, que Arcioni”, estampó por un medio digital el legislador con verba excesivamente recargada. Con esto, el diputado provincial apuntó contra el Gobernador y lo acusó de no tener un plan político. “Estamos en un momento de debilidad institucional y donde se manejan las cosas de forma inconsulta (sic). Mammarelli tiene más atribuciones que el propio Gobernador”. (…) “Creo que Mammarelli es capaz pero él dice que la política no es su mundo, que viene del ámbito privado, pero esto es política”. Y disparó: “Arcioni no tiene modelo. Habla de ajuste y habla con Hompanera. Las contradicciones son muy fuertes”.
Asimismo, Di Filippo se refirió al futuro de la provincia y manifestó que “veo un panorama negro.
No estoy en contra de Mammarelli, ni de nadie, solo digo lo que veo de realidad en la Provincia. El tema es que Oca no deja tocar la caja”. “Arcioni tiene que cambiar de rumbo. Necesita un gabinete de peso político”. Fue un error sacarlo a Jerónimo García. De Comodoro vino el paquete armado”. Por último, sentenció: “Hoy ves la Casa de Gobierno triste”.

¿Dos pájaros de un tiro?

Con esta batería de municiones gruesas, otra vez el diputado intentó marcar territorio, y además volvió a plantar una operación interna a Chubut Somos Todos con ese salvavidas de plomo que le arrojó al jefe de la bancada oficialista, Jerónimo García.
En el fondo, García es el primer escollo que pretendería limar Di Filippo, sencillamente porque ante una claudicación o eventualidad del gobernador, la Legislatura sería la que debería elegir mandatario. Y si bien la perfomance de García fue siempre la ponderada como continuador y heredero natural del proyecto oficial en línea sucesoria, la elección podría recalar en cualquier otro miembro de la Cámara, y hay quienes juran que Di Filippo afirmaría contar con los votos necesarios para esa trasnochada cruzada destitutiva no sólo de Arcioni, sino también de García. Hipótesis para algunos nada descabellada, considerando que por voto popular u organicidad partidaria, raramente podría llegar el líder del bibloque “Convergencia” al sillón principal de Fontana 50.
Así las cosas, Arcioni actuó ayer con contemplativa ejecución y más allá de las declaraciones directas, definitivamente no ingresó `al barro´. Un dato altamente auspicioso para la institucionalidad.