EN 1768 EN INGLATERRA PHILIP ASTLEY RECREÓ EL PRIMER CIRCO TAL Y COMO HOY LO CONOCEMOS

El circo moderno cumple 250 años

El circo ha formado parte de nuestras vidas desde tiempos antiguos hasta la edad moderna. A lo largo de la historia el circo, como aglutinador de manifestaciones artísticas, ha tenido el papel de salvaguardar la tradición, siendo a la vez el catalizador de las nuevas vanguardias.
Pero como todo, a lo largo de los siglos, el circo ha ido cambiando y evolucionando. Pero hay una fecha en la historia que marca un antes y después de este espectáculo y sus pistas. El 9 de enero de 1768, hace 250 años, nace en Inglaterra el primer circo moderno, tal y como nosotros lo conocemos. En esta fecha, un antiguo Sargento Mayor de la caballería inglesa Philip Astley, dotado de notable talento como domador y entrenador de caballos, pone en escena el primer circo moderno en Londres.

Por primera vez

Astley, al que se le considera el padre del circo moderno, descubrió que si galopaba en un círculo estrecho, la fuerza centrífuga le permitía realizar hazañas aparentemente imposibles sobre el lomo de su caballo. Sus acrobacias ecuestres recibieron una respuesta tan favorable que pronto contrató otros jinetes, un payaso y un músico y construyó un techo sobre su pista y denominó a la estructura el Anfiteatro de Astley. En ese momento, había nacido ya el circo moderno.
A partir de entonces, en diversos puntos del planeta, nacen circos con fuerza y propuestas acordes a los tiempos mezclando la tradición y la modernidad, como el Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus (1871), que bajó el telón tras 146 años, en mayo del 2017; Circo de Moscú (1880); Cirkus Krone (1905), Alemania; Circo de Chengdu (1950), China; Tiranës Cirku (1952), Albania; Circus Oz (1978), Australia; Cirque Plume (1984), Francia; Cirque Du Soleil (1984), Canadá.

El triunfo de lo conceptual

Rodeado de conceptos, de funciones con trasfondo de discurso, el circo moderno, actual o contemporáneo, roza las fronteras del teatro en su búsqueda de nuevos desafíos, nuevos lenguajes y dramaturgias que continúen sorprendiendo, cautivando y llenando de ilusión al público.
Tomando como base el tradicional, aquel que es itinerante e impregna de fantasía a pueblos y aldeas tras su paso, esta nueva concepción circense, popularizada por el Cirque du Soleil, plantea espectáculos sin animales, donde los números ya no se suceden uno tras otro, sino que las representaciones, cargadas de delicadeza y belleza estética, adquieren una indisoluble unidad. No hay domadores, jefes de pista, payasos o trapecistas y tampoco le basta con mostrar las proezas físicas de sus artistas, sino que pretende sugerir y transmitir un mensaje al espectador a través de ejercicios acrobáticos que se mezclan con mímica, clown o danza.

Un circo con discurso que ya no está formado por clanes familiares, sino que es representado por artistas que han pasado por escuelas especializadas y que en su búsqueda de nuevas formas de expresión plantean espectaculares números cargados de sensibilidad, a lo que se suma una cuidada puesta en escena.

Cirque du Soleil

“La gente puede creer que nos propusimos reinventar el circo y que luego simplemente lo hicimos. Pero las cosas no sucedieron de esa manera. Éramos un puñado de locos que querían hacer cosas, y poco a poco, logramos tener una visión de lo que podría ser el circo moderno”, afirma René Dupéré, compositor musical de diez espectáculos de Cirque du Soleil
A comienzos de la década de 1980, una compañía de artistas fundada por Gilles Ste-Croix tomó las calles de Baie-Saint-Paul, un pueblo encantador ubicado a las orillas del río St. Lawrence, cerca de la ciudad de Quebec. Les Échassiers de Baie-Saint-Paul (Los Zancudos de Baie-Saint-Paul) (incluido un tal Guy Laliberté) hacían malabares, bailaban, lanzaban fuego y tocaban música para el deleite de la gente del lugar y de los visitantes.
En 1984, Guy Laliberté vio la celebración del 450.º aniversario del descubrimiento de Canadá por parte de Jacques Cartier que tuvo lugar en Quebec como una oportunidad para emprender una gira provincial oficial junto a la compañía. El espectáculo era una sorprendente y sensacional combinación de artes circenses (sin animales) y actos callejeros con trajes alocados y extravagantes, iluminación mágica y música original. Laliberté apodó Cirque du Soleil porque, en sus propias palabras, “El sol simboliza la juventud, la energía y la fuerza”.
Cirque du Soleil visitó los Estados Unidos por primera vez en 1987. We Reinvent the Circus (Nosotros reinventamos el circo) impresionó al público del Festival de Los Ángeles y a los medios por igual con su combinación exclusiva de diseño de escenarios, el escenario central y la participación del público (tanto físicamente como imaginativamente), y marcó el refinamiento del proceso creativo, que sigue impulsando la creación de cada nuevo espectáculo de Cirque du Soleil. Cirque du Soleil dio espectáculos con localidades agotadas ante el público estupefacto de San Diego y Santa Mónica, y esto le sirvió como puntapié inicial para su primera incursión en Europa, en 1990, con actuaciones en Londres y París.
Mystère, de 1993, se convirtió en el primer espectáculo permanente del Cirque du Soleil y se presentó en Las Vegas, en teatros construidos según requisitos específicos. Más de dos décadas después, Mystère sigue teniendo un gran éxito, y marcó el camino para una gran variedad de otros espectáculos permanentes en Las Vegas. Cirque du Soleil llegó para quedarse, y en los años siguientes conquistó Asia, Europa y América del Sur con una serie de nuevas creaciones que se presentaron en grandes estadios o carpas de todo el mundo.
Ahora, en su cuarta década, Cirque du Soleil se ha expandido en una gran variedad de esfuerzos creativos, que van desde películas hasta indumentaria y desde boutiques hasta clubes nocturnos. Pero la esencia de lo que hacemos se ha mantenido constante: invocamos la imaginación, despertamos los sentidos y evocamos las emociones de las personas de todo el mundo.
Ahora, en su cuarta década, Cirque du Soleil se ha expandido en una gran variedad de esfuerzos creativos, que van desde películas hasta indumentaria y desde boutiques hasta clubes nocturnos. Pero la esencia de lo que hacemos se ha mantenido constante: invocamos la imaginación, despertamos los sentidos y evocamos las emociones de las personas de todo el mundo.

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