POR UN DISPOSITIVO ELABORADO POR LA UNIVERSIDAD DE BUFFALO Y LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE CHINA

En el futuro podrás darle energía a tu celular moviendo los dedos

Tener al alcance de la mano un cargador de baterías puede dejar de ser un problema: en poco tiempo bastará mover los dedos o un brazo para recargar parcialmente el teléfono celular. Este es el futuro anunciado por un dispositivo confeccionado con una delgada hoja de oro que produce energía utilizando el cuerpo humano.
Descrito en la revista Nano Energy, el dispositivo fue puesto a punto por la Universidad norteamericana de Buffalo en colaboración con la Academia de las Ciencias de China. El nuevo invento podría dar alivio a los millones de usuarios que suelen quedarse sin batería en sus teléfonos en el peor momento y que olvidan sus cargadores en casa.

De qué se trata

El prototipo consiste en una placa de 1,5 centímetros de largo por 1 de ancho. En el experimento el dispositivo generó una tensión de 124 voltios, que no es suficiente para cargar un smartphone, pero sí para encender 48 luces LED.
El test fue una primera prueba y el grupo prevé construir una versión más grande del prototipo, de modo de producir más energía eléctrica.
«A ninguna persona le gusta llevar consigo un cargador de baterías o buscar un enchufe», observó el coordinador de la investigación, Qiaoqiang Gan. «El cuerpo humano -agregó- es una abundante fuente de energía, y por ello hemos pensado: ¿por qué no aprovecharla para producir corriente eléctrica?».
Los investigadores explotan un efecto que permite generar una carga eléctrica al confluir materiales diversos.
El dispositivo está compuesto por dos hojas delgadas de oro en cuyo centro existe un material a base de silicio, utilizado en las lentes de contacto. Cuando es aplicada una fuerza, por ejemplo una flexión de un dedo, los materiales se mueven los unos con los otros produciendo electricidad.
Y esto porque -explicó Yun Xu, de la Academia china de las Ciencias, a la agencia ANSA- el movimiento de las hojas delgadas de materiales «provoca que los electrones fluyan hacia adelante y hacia atrás entre las delgadas placas de oro».

El diseño se suma al Matrix PowerWatch, un reloj conectado que se carga con el calor corporal, aprovechando la diferencia de temperatura entre la parte que está en contacto con la piel y la que mira hacia afuera. Esto le permite funcionar sin depender de una batería o una recarga periódica, y que tiene un precio de 200 dólares.

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