EL LICENCIADO OSCAR ANTONENA (FPV) CERCANO A GABRIELA DUFOUR REEMPLAZARÍA AL MINISTRO DE ECONOMÍA, PABLO OCA. EL MANEJO DE LA CAJA, LA PRESUNTA NEGOCIACIÓN NECESARIA PARA LOGRAR APROBACIÓN LEGISLATIVA DE TODO LO PENDIENTE. EL MAL TRAGO DE CHUSOTO Y EL PAGO PARCIAL DE HABERES. ¿DE QUE SE DISFRAZARÁN LOS EMPLEADOS PÚBLICOS?

La vida es un carnaval

Por Trivia Demir

La semana arranca con la casi publicación en Boletín Oficial sobre el recambio que el gobierno de Mariano Arcioni le consiguió al ministro de Economía, Pablo Oca. Por supuesto, otro relevo ministerial anunciado antes por los medios que en el corazón mismo del núcleo duro del gobierno. La novedad es quién ocuparía la escabrosa estructura del ministerio más importante de Chubut, pasará a ser uno de los funcionarios estrella del ex gobernador Martín Buzzi, con lo que se cierra un poco más el cuadro sobre la mutación del arcionismo hacia un cogobierno real y efectivo con referentes del FPV-PJ. Oscar Antonena, se desempeñó como subsecretario de Coordinación Financiera, y fue un agil negociador de bonos chubutenses en Nueva York en el año 2013, en la compleja misión de la colocación de un instrumento de largo plazo mayor a siete años. El funcionario conoce al dedillo las `cuevas´ financieras internacionales a las que rápidamente deberá volver a recurrir la Provincia para intentar sostener la coyuntura, y no dudó en aceptar el ofrecimiento que habría implicado otras negociaciones políticas paralelas.
Antonena fue además vicepresidente del Banco de Chubut en épocas de Buzzi, y se terminó yendo porque la Legislatura nunca le aprobó el pliego. Para el licenciado en Finanzas, esta es una gran oportunidad para reinvindicar su rol y volver al ruedo, con la alternativa de hacerlo en un momento clave para los destinos políticos provinciales.

Un ministro por ahí…

Es un secreto a voces los inconvenientes que posee por estos días Arcioni para retener funcionarios convocados por el exgobernador Mario Das Neves, no solo por lo que significa un cambio tan rotundo de conducción de la gestión, sino además por la complejidad de la coyuntura que requiere mucha más precisión en la hoja de ruta, algo que no estaría sucediendo, con los consiguientes errores y traspié que complican el desempeño de ministerios. El mal hábito de gobernar a prueba y error y abordar la gestión como un bastión de administración privada más que pública, está acarreando no poco nerviosismo entre quienes aún permanecen en funciones. “Nada está tan claro, y nadie tiene el sillón asegurado”, reconoció una calificada fuente de Fontana 50.
Dicen que antes del ofrecimiento de Economía a Antonena, también habrían sido consultados postulantes como Diego Touriñán, Sebastián Retuerto e incluso Marcos Bensimón. Para colmo, el reemplzo no es cualquier cosa, porque hay un importante segmento del gobierno que asegura que hoy por hoy Pablo Oca, era el hombre con más lógica política e incluso salió a `salvar los trapos ´de la polémica “reestructuración-renegociación” con cintura propia de un avezado jugador de ligas. Una situación leída hoy a la distancia y a horas de la salida del ministro, que habla bastante más de un `tendido de cama´ que de un error semántico.
La salida de Oca tendría varios puntos finales y algunos suspensivos. Entre los primeros, estaría casi agotada la relación con el actual ministro Coordinador, Sergio Mammarelli. Además su crecimiento en términos políticos no encajaría en el nuevo esquema de poder pergeñando por el nuevo dream team comodorense. Otro factor que no ayuda es que tendría seriamente quemadas naves referidas a las posibilidades negociadoras que se necesitan para pensar en refinanciar bonos, plazos y conseguir aire y dinero fresco. Y finalmente no flexibilizó ninguna posición en referencia a las negociaciones paritarias, y mucho menos a los temas que se requieren aprobar en el Legislativo. Estos serían a grandes rasgos los puntos que lo apartarían. Mientras que los suspensivos hablarían de una negociación en ciernes que incluyen su cabeza y su sillón.

¿La figurita necesaria para el voto 14?

Uno de los grandes obstáculos para lograr concretar la sesión extraordinaria que está poniendo a Arcioni en franca posición de debilidad política, ya que a dos meses de 2018 aun no logró aprobación de la Ley de Emergencia, del Presupuesto 2018, del Pacto Fiscal ni del Acuerdo Ciudadano, sería precisamente la dureza del ministro Oca para negociar alternativas que ayuden a conseguir los votos necesarios. Y en esto no es la primera vez que emergerían diferencias con el presidente del bloque oficialista, Jerónimo García, experto conocedor del paño que viene augurando la inoportunidad de llamar a otra Extraordinaria sin tener garantizadas las manos.
Lo que sería para los primeros días de febrero, se va postergando, y todo indica que esta semana no se avanzará. De hecho no se efectivizó la convocatoria por parte del Ejecutivo.
García ya conversó con los bloques aliados, como son el Frente de Agrupaciones, Convergencia y Cambiemos, pero las cuentas no le cierran al exministro Coordinador porque para que el Pacto se apruebe, necesita como mínimo catorce votos como mínimo, y por el momento tendría asegurados trece.
Esta semana se habrían ido dando conversaciones con el bloque más duro, el del Frente para la Victoria con la alternativa de conseguir algunas abstenciones importantes o el necesario y ansiado voto 14.
Fuentes calificadas de la política no descartaban ayer la fundada hipótesis que Oscar Antonena sea la `prueba de amor´ del arcionismo para con el FPV, que garantice el manejo de los fondos y la transparencia y participación reclamada por la oposición.
No hay que olvidar que como si fuera poco temario el de la futura sesión extraordinaria, Arcioni decidió sumarle el pedido de autorización para la emisión de un bono en dólares. Una herramienta e inyección financiera, con el que apuntaría a pagar a los proveedores y renegociar la deuda que ya tiene el Estado chubutense por las anteriores tomas de crédito. Un nuevo endeudamiento que ascendería a 500 millones de dólares según reportó diario Patagónico.
Todo este combo de difícil digestión solo puede pensarse en ser engullido con una tentación muy fuerte, como es la participación directa de la oposición en el nuevo esquema de gobierno, más allá del “trago amargo” para parte del ChuSoTo, como reflexiona resignadamente ayer un medio del Valle. No sin justificar acertadamente los vínculos que el experto en finanzas posee también con el asesor del lujo, el “Rafa” Cambareri, con el hombre fuerte del gobierno, el ministro Coordinador, Sergio Mammarelli y por supuesto con la figura clave para la negociación con el FPV, la exministra de Economía y Producción, la magister Gabriela Dufour. Y este es tal vez el punto de inflexión del mandato de Arcioni.

Un detonador

Quienes apuestan a generar otro mapa de poder desmembrando los resabios de la familia del gobernador extinto y de sus más leales cuadros, saben concretamente que Dufour es uno de los límites del dasnevismo puro. Con una negociación en ciernes de esta naturaleza, y un hombre como Antonena que fue colaborador directo de la exministra y con quien hasta enrocaron roles en el esquema de manejo financiero del buzzismo, está dicho que la interna del grupo gobernante con el partido que ganó el gobierno en 2015 es inminente.
Hay quienes dicen que se trató de una negociación inevitable. Precisamente Dufour insistió por estos días que “No se modificó nada para que aprobemos el Pacto Fiscal”, mostrándose más inflexible que nunca. Hay también quienes creen que este paso sería una alternativa en el marco de la pulseada legislativa, pero ineludible en el marco de apurar el tranco político. Como todas, las gestiones heredadas con presiones tan enormes internas y externas, o explosionan hacia nuevos territorios a conquistar expandiendo límites, o implosionan rompiendo hacia adentro. Todo indicaría que Antonena sería todo en detonador. Y que la confirmación de todo esto se daría después del imperdible corso de Carnavales. Así es la vida.

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