Por Alejandro Lodes

Una alarma muy fuerte comienza a sonar en todo el lugar. La distracción se había convertido en algo más, y sin quererlo habían llamando la atención de todos. “Activando protocolos de contención”- Dice una voz robótica, mientras ellos avanzan a través de muchas puertas, intentando escapar lo más rápido posible. Los guardias instruyen a los robots hackeados para que inicien la búsqueda, pero éstos no hacen caso a ninguna orden ya que no es su problema. Las máquinas comienzan a romper formación y a retirarse del lugar que ha sido comprometido.

“Ésta es la última puerta y saldremos de este maldito lugar” – Comenta Hans presionando un botón y avanzando hacia la salida. Un objeto pequeño golpea contra el suelo. Hans se gira con una gran expresión de preocupación diciendo “Lo siento niña!”, y cierra la compuerta detrás de él. Yumiko queda encerrada dentro del complejo, con esa imagen impactada en sus retinas, hasta que un fuerte sonido le hiciera entender lo sucedido.

Hans cae de rodillas luego de que una granada explotara a pocos metros. Comienza a arrastrarse con todas sus fuerzas por la tierra, pero algo lo detiene.
“¿Crees que te dejaría marchar así de fácil?” – Escucha una voz a sus espaldas. Mirando de reojo nota que alguien se encuentra sujetándolo del pie izquierdo, pero no puede sentirlo.
“Soy FreedomForce, uno de los hackers más buscados del mundo!” – Grita el extraño y comienza a patear el estómago de Hans con todas sus fuerzas.
“Muere, Muere, Muere!” – Solo puede escuchar mientras su inválido cuerpo se sacude por los golpes.

Una flecha atraviesa el tórax del hacker, fracturando todo a su paso y destruyendo cuantos órganos se crucen en su camino. “¿Que ha sido eso? Malditos!” – Grita mientras se desangra.
Desde la completa obscuridad aparece Yumiko con un gigantesco arco violeta en brazos.
“Nunca te perdonaremos por lo que hiciste!” – Ella grita preparando un segundo proyectil, pero se da cuenta de que ha muerto dejando un río de sangre.

Desesperadamente va en ayuda de su querido amigo. “Que te han hecho Hans!!! No me abandones en este desértico lugar lleno de maldad!” – Se atormenta estando de rodillas a su lado. Lo abraza muy fuertemente notando frío y al mirar su pálido rostro ve que conserva una mueca de sonrisa, aquello que tanto le costaba realizar. En el brazo derecho de Hans se encuentra un dispositivo blanco, con una luz intermitente roja.

Un fuerte sonido se escucha en el cielo. Es una cápsula médica que se acerca muy rápido hacia ellos. Yumiko salta para alejarse y no ser golpeada por el objeto, el cual se detiene a unos 30 centímetros por encima de Hans. Una luz muy poderosa ilumina el cuerpo inerte, y lo absorbe hacia su interior. Luego de pocos segundos la nave comienza el ascenso y desaparece rompiendo la barrera del sonido.

Muchas lágrimas corren por el rostro de Yumiko, quien guarda nuevamente el arco plegable dentro de la mochila, y comienza a caminar hacia la salida del complejo. En busca de algo que le ayude decide revisar el cuerpo del hacker, donde descubre un dispositivo rastreador que indica la ubicación de los robots corrompidos.

Superando sus lágrimas y temiendo lo peor, Yumiko decide continuar con la tarea que podría haber costado la vida de su amigo. Debe encontrar las máquinas restantes y destruirlas.

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