LA MEDIDA AFECTARÍA LAS EXPORTACIONES DE TECHINT Y ALUAR

Argentina intenta evitar que Estados Unidos imponga aranceles al acero y el aluminio

El presidente Mauricio Macri mantuvo ayer viernes un contacto telefónico con su par de Estados Unidos, Donald Trump, a quien le expresó la «preocupación» del gobierno argentino sobre la decisión de la Casa Blanca de aplicar aranceles a las importaciones de acero y aluminio, se informó oficialmente.
Durante el diálogo, Macri le expresó a Trump su preocupación por el potencial efecto negativo de esas medidas sobre la economía argentina.
El mandatario estadounidense se comprometió a evaluar un pedido para que la Argentina sea exceptuada de cualquier medida restrictiva que afecte las exportaciones de acero y aluminio hacia los Estados Unidos, añadió un comunicado de la Presidencia.

Se define en tres meses

Trump tiene 90 días para decidir qué países entran en la medida. Se trata de un tema sensible incluso para la industria estadounidense: sucede que diversas ramas de actividad dependen de esos insumos y, ante un eventual freno de las importaciones, podrían verse seriamente afectados.
La Cancillería argentina había señalado el jueves en un comunicado que el gobierno argentino tenía la intención de dialogar con las autoridades competentes de los EE.UU. con el propósito de lograr la excepción de esos aranceles para las exportaciones argentinas de ambos productos.

Proteccionismo

Según lo anunciado por Trump, Estados Unidos decidió establecer un sobrearancel a las importaciones de aluminio del 10%, y otro de acero con una tasa del 25%, en una medida basada en la defensa de la industria local y la seguridad nacional.
Recordó la Cancillería que los países que podrían ser exceptuados en esta instancia serían Canadá y México, aunque Trump afirmó que pueden ser más los que cuenten con ese privilegio, a través de un procedimiento que será anunciado en breve.
El Ministerio de Producción y la Cancillería Argentina enviaron el viernes de la semana pasada –ante la inminencia del anuncio– sendas notas al titular del Departamento de Comercio de EE.UU., así como al representante de Comercio norteamericano en la Argentina, precisando los motivos por los cuales nuestro país entiende debería quedar exento de esta aplicación arancelaria.

El comunicado de Washington

Entre estos argumentos, se destacó la baja participación que tienen las ventas nacionales en el mercado norteamericano, ya que las exportaciones argentinas representan sólo 0,6% del acero y 2,3% del aluminio de todas las importaciones que hace EE.UU. en ambos rubros.
«Por lo tanto, la Argentina no es causante ni contribuye a las distorsiones que afectan a los mercados mundiales y a los EEUU», agregó.
Por su parte, la Casa Blanca informó sobre la conversación telefónica entre los mandatarios, pero no aclaró si la Argentina se sumaría a la lista de países que quedarán exentos, como México y Canadá, que están renegociando una nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
«Los dos líderes conversaron sobre los potenciales aranceles de Estados Unidos sobre el acero y el aluminio extranjero» y también sobre «la fuerte alianza» entre ambos países, agregó el comunicado que emitió Washington.
En otro orden, Trump llamó a los países de la región para que trabajen juntos en restaurar la democracia en Venezuela, por lo que acordó con Macri «estar en contacto» para fortalecer su «robusta» relación bilateral.

El impacto en números

En juego está un negocio de u$S700 millones anuales para la industria nacional: el país exporta hacia Estados Unidos más de u$s500 millones en aluminio y u$s200 millones en acero.
Las empresas más afectadas son Aluar (principal productora de aluminio) y el Grupo Techint, que despacha a ese país 200.000 toneladas de acero argentino, lo que representa el 50% de la producción de Siderar, su subsidiaria.

El biodiésel con la puerta cerrada

El del acero y del aluminio no es el único problema que enfrenta la Argentina. A fines de febrero, el Departamento de Comercio de Estados Unidos llegó a la conclusión final de que las importaciones de biodiésel de Argentina e Indonesia han sido objeto de dumping.
Así, el organismo fijó aranceles finales antidumping para el biocombustible argentino de entre 60,44% a 86,41%.
«La decisión de hoy permite a los productores estadounidenses de biodiésel recibir alivio sobre los efectos de distorsión del mercado de los productores extranjeros que se vierten en el mercado interno», dijo el secretario de Comercio norteamericano, Willbur Ross, quien agregó que «si bien Estados Unidos valora su relación con Argentina e Indonesia, incluso nuestros amigos más cercanos deben cumplir con las reglas».
Antes de las sanciones, la Argentina exportaba a EE.UU. por más de u$s 1.200 millones, lo que representaba el principal producto de exportación a ese mercado.
Al haberse desplomado este negocio en los últimos meses de 2017, esto profundizó el rojo comercial: el año pasado, el déficit con los EE.UU. sumó casi u$s3.100 millones. Esto implicó un salto del 22% respecto del rojo de u$s 2.500 millones registrado en 2016.

Contrarreloj

Trump anunció esta semana que toda la importación de acero y aluminio pagará nuevas tarifas (de 25% para el primero y 10% para el segundo). EE.UU. dejó afuera a Canadá y México (sus socios del Nafta), y afirmó que negociará con los demás exportadores en las próximas semanas.
Tanto en el Ejecutivo como entre los industriales locales creen posible revertir la aplicación de los aranceles teniendo en cuenta que la decisión estadounidense tendrá una definición política, a diferencia de lo ocurrido meses atrás con el biodiésel, y por lo tanto, más arbitraria. En su conjunto, esos productos representan el 40% del total de las exportaciones argentinas a los Estados Unidos.
Para los empresarios argentinos, se trata de una medida dirigida especialmente contra China, principal productor de la sobreoferta de acero del mundo. Sin embargo, esta interpretación que resuena en los pasillos de las empresas argentinas no logra disminuir la incertidumbre del impacto que podría tener la aplicación efectiva de los aranceles.
La principal firma perjudicada, en ese caso, sería Tenaris (perteneciente al Grupo Techint), que exporta 200.000 toneladas de tubos sin costura para el sector petrolero de ese país. Ese volumen representa el 50% de las ventas totales al exterior de la empresa de Paolo Rocca, que esta semana recibió en Campana la visita del jefe de Gabinete, Marcos Peña.
«Ante el anuncio, el Gobierno argentino dialogará con las autoridades correspondientes de los EE.UU. con miras a lograr la excepción de esos aranceles para las exportaciones argentinas de ambos productos», había anticipado ayer un comunicado conjunto de Cancillería y Producción.

En alerta

En tanto, la Cámara Argentina del Acero reafirmó ayer con un comunicado su «preocupación» por el anuncio del presidente norteamericano. «Si bien ha trascendido que la decisión se formalizaría la semana entrante y aun no se conoce el alcance preciso de la medida en términos de productos y países afectados, el anuncio del presidente Trump tendría como resultado la afectación de las exportaciones argentinas de productos de acero que se venden a dicho país. Efectivamente, en 2017 se despacharon a dicho mercado más de 200.000 toneladas de tubos de acero sin costura, producto de alto valor agregado para la industria del petróleo, los cuales podrían verse fuertemente afectados por la medida anunciada», precisaron.

(Fuente: Iprofesional)

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