Por Alejandro Lodes

Una enfermedad incurable, una anarquía y el mundo en llamas, pero nos tenemos el uno al otro en el momento final. Con las calles vacías, conseguimos alimentos y decidimos no salir nunca más. Te sentiste frustrado por no haberme podido cuidar, yo había enfermado, vos llorabas escondido, y por las noches nos besábamos esperando volver a despertar.

Dicen que soy paranoica, que no debo preocuparme, pero vi nuestro final. Aquel día que te besé por primera vez lo soñé, y a pesar de ello, a tu lado por siempre iba a estar. Quisiera que esta noche me digas que todo va a estar bien. El momento se está acercando y no voy a dejarte nunca más. Soy adicta a tus abrazos, al calor de tu cuerpo, a tu olor y el sabor de tus besos.

Hoy comienza el fin. Me desperté con un fuerte dolor en todo el cuerpo, estaba decidida a enamorarte una vez más. Tengo que quitar todos los problemas de tu cabeza, había algo que siempre habías querido y, sabiendo dónde conseguirlo lo fui a buscar. Besé suavemente tu mejilla para que no despertaras, e inicié mi partida ya que toda la ciudad debía cruzar.

Con todo destruido hasta sus cimientos empecé a extrañar. En nuestra “cueva” todo era mágicamente protegido, la toz y las náuseas, hace días que las tengo, no me iban a preocupar. No debería andar sola atravesando la pura anarquía, pero aquí me encuentro intentando lo imposible, soy una mujer enamorada hasta los huesos. Hay tantas cosas que los militares no pueden parar.

Últimamente estabas un poco ausente, tu depresión había vuelto a comenzar. Siempre intentaste hacerlo a tu manera, pero esta vez yo te podía ayudar. En la vida no todo es dinero, nunca necesité un castillo solamente un simple hogar. Con música y antiguos recuerdos juro que te voy a curar.

Tu primer regalo desde el corazón, sabía cómo recuperarlo, a la mierda el semáforo y sus luces que no dejan de parpadear. Aquel disco viejo, tenemos que volver a escucharlo. “Somos simplemente dos almas perdidas, nadando en la misma pecera”, y cuando todo se rompa no va a haber nada más lindo que estar juntos, nada de deseos… hagamos de todos ellos una realidad.

Con cada encuentro siempre te sentí diferente y como si fueras otra persona, allí estaba enamorada una vez más. Me duermo, tengo frío, me estoy perdiendo, pero con tu olor cerca debo llegar a como dé lugar. Ya no siento mis brazos y me cuesta manejar, esa es la casa del vecino, ahí voy a parar.

Todo se ve muy iluminado, pero tu rostro me hace sentir seguridad. El disco quedó sonando en el auto, algún día lo van a encontrar. Tarde o temprano todo va a terminar, pero no hay mejor forma de hacerlo que con nuestros corazones hambrientos de amor. Ahora es todo un recuerdo, ya no paro de sangrar.

Que rico saben tus besos, sólo quiero darte una mordida, de felicidad. Qué rica sabe tu carne, te mastico profundo y ya no quiero parar. Una parte de tu cuello se desprende, me gusta cómo se siente, no dejes que nos detengan… por siempre nos vamos a amar. Te entrego toda mi carne, hazlo rápido o te voy a terminar.

– “Hay dos más en el piso juntos… terminen con ellos y sigamos hacia el punto seguro”
– “CLIC CLIC BOOM!”

Nos convertimos en polvo, amándonos una vez más, no llores que ya nunca te voy a dejar.

Ver «Bocado a Bocado»: http://www.eldiariodemadryn.com/2017/08/bocado-a-bocado/