POR QUÉ EL “AJUSTE” SUELE COMENZAR POR EL ESLABÓN MÁS VULNERABLE

¿Quién fabrica las crisis en Chubut y en el país?

Por Lazarillo de Tormes

Suelen afirmar que a la crisis la sobreviene una declaración y, a esta última, el cambio definitivo. La situación que atraviesa la provincia del Chubut, con un resonante eco en la ciudad de Puerto Madryn, refleja una clara postal de aquellas voces que, cuando menos, se han alzado para cuestionar ya no las políticas públicas y la forma de hacer gobierno, sino a los gobernantes, dirigentes y representantes en sí mismos.
Desde hace varias décadas, se dice que Argentina atraviesa una crisis de representatividad política; ello ha quedado en evidencia en los últimos meses, cuando la realidad superó el discurso y comenzó a vislumbrarse la estructura que sustenta la estructura política, gremial y partidaria de nuestro país.
Los allanamientos por la causa “El Embrujo” y la causa madre que promete aún más novedades, también dejaron a la vista el entramado de corrupción que se financiaba con dinero público, en una provincia donde los empleados públicos cobran sus haberes de manera “escalonada”, porque no hay dinero disponible, y donde consecuencias de dicha situación son, por ejemplo, la intermitencia en las prestaciones de la obra social Seros, con repercusión directa en la salud de los afiliados.

La Rueda de la Fortuna

Durante uno de los procedimientos policiales, hallaron un millón de pesos dentro de una rueda, además de considerables sumas de dinero en muebles con “doble fondo”, y muchos se preguntaron si ese dinero “en negro” acaso no era la punta del iceberg de una operatoria aún mayor, donde el “dinero en blanco”, a ciencia cierta, no se sabe hacia dónde ha ido a parar.
Como si ello fuera poco, se conoció que una “asesora política” del ISSyS cobraba casi 80 mil pesos mensuales por, bueno, asesorar políticamente quién sabe a quién, en el Instituto de Seguridad Social y Seguros, entidad que seguramente bien podría prescindir de dicho cargo, así como también de servicios de kinesiología por más de 70 mil pesos, o más de 300 mil pesos que algún “community manager” habría percibido para “manejar las redes sociales”.

Diputados que no llegan a fin de mes

Y, como si ello tampoco fuera poco, trascendió la cifra millonaria que el Congreso de la Nación gasta en pasajes aéreos y terrestres de los diputados y senadores nacionales, muchos de los cuales, pese a percibir dietas que superan los 100 mil pesos mensuales, optaron por canjear dichos boletos por dinero para “pagar la tarjeta”, o bien para engrosar sus haberes.
Una postal obscena que no discrimina espacios ni afinidades políticas; si bien se trataba de una situación que no es nueva, así como dicen que “una cara es una cara”, los números son los números, y una vez que los mismos tomaron contacto con la sociedad, la opinión pública se hizo escuchar.

¿Cri$is, qué cri$is?

Suelen decir que de la crisis muchos se benefician; no hablamos específicamente de las emergencias económicas, climáticas o de cualquier tipo, que habilitan la posibilidad de realizar contrataciones directas en lugar de licitar, con los “peligros” que esto último acarrea en el manejo de dinero público.
Hablamos de que, en momentos de crisis y cuando las heridas sociales se encuentran más abiertas y a flor de piel, la buena realidad de unos pocos contrasta de manera directa con la triste realidad de muchos; ello generó, por ejemplo, que en Puerto Madryn ocurriera una de las movilizaciones más masivas de los últimos años, el pasado martes, donde una veintena de gremios, “afiliados sí” y “afiliados no” hicieran oír sus reclamos en toda la ciudad, prueba de que cuando el discurso fagocita al emisor, la realidad expulsa el mensaje para posicionarse como el único escenario posible con el que se debe convivir, o bien en el que se debe sobrevivir.

Seguimos “manteniendo vagos”

A pesar de que al “festival de detenciones” de sindicalistas, dirigentes y empresarios ligados al anterior Gobierno Nacional le sobrevino el “festival de excarcelaciones” del cual se sospecha que hubo prevaricato y coimas, la sociedad pudo ser testigo, en el último año, de la gran cantidad de dinero público que se maneja en las sombras, cuyos montos solo se conocen cuando la realidad supera la ficción y son encontrados en bolsos, en casas, en ruedas, en muebles o plasmados en documentos o facturas tipo “C”.
Uno de los “sindicalistas honestos” de la CTA, por ejemplo, embistió a una ciclista en un accidente vial que no revistió gravedad; sin embargo, las redes sociales se hicieron eco de que el “representante de los trabajadores” circulaba en una camioneta de alta gama, valuada en casi 800 mil pesos, un dato que generó bronca entre quienes pujan por llegar a fin de mes y lamentan “haberle hecho el juego” a tantos sindicalistas corruptos.

Todos los fuegos

En definitiva, de aquella masiva manifestación del 15 de mayo de 2011 en España, que dio origen al “Movimiento de los Indignados” con sus respectivas réplicas en el mundo, quedan aún algunos resabios, como si acaso nuestro país no reposara sobre las brasas de la artimaña política, que de cuando en cuando, tal vez por alguna declaración errática, vuelve a avivar el fuego y a generar un malestar social que sólo puede ir hacia adelante, en el camino del reclamo; tal vez entendiendo que la clase política no será la que sortee la crisis actual, sino que la clase política es la crisis en sí misma.

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