REALIZARON UNA SENTADA EN EL INGRESO A LOS JUZGADOS DE FAMILIA

Víctimas de violencia familiar reclamaron por más contención institucional

En las inmediaciones de la Fiscalía, una veintena de usuarias del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito (SAVD) realizaron una sentada, con el objetivo de pedir por una Justicia “menos patriarcal” y una mejor contención de las víctimas de violencia familiar y de género.
Por su parte, una de las protagonistas de la actividad, que evitó dar su nombre para no exponer a sus hijos, comentó que “todas nos conocimos en función de un mismo objetivo, el de poder reflexionar sobre situaciones que hemos vivido años anteriores; esta convocatoria tiene que ver con un grupo de reflexión, una terapia grupal de madres y mujeres que han sufrido violencia de género” y agregó que “los padres también tienen la obligación de ir a estos grupos, pero muchas veces no lo hacen, no se presentan ni nada”.
En este contexto, remarcó que “aprovechamos el contexto del Día de la Mujer, este 8 de marzo, para convocarnos y hacer un reclamo pacífico, tranquilo, en contraposición a todo lo que hemos vivido en el ámbito de la violencia; entre las chicas que pertenecemos al grupo y conocidas que nos acompañan, marchamos para pedir que se cumpla todo lo que está escrito y demás”.

“Denunciamos y somos juzgadas”

En cuanto al accionar de la Justicia, en términos generales, otra de las participantes de la sentada analizó que “generalmente, hay muchas falencias y exigencias; las Leyes están bien, lo que necesitamos es que la interpretación de las personas sea el correcto, y que el accionar también sea correcto; porque una persona que sufre violencia está agotada psicológicamente, físicamente, no comprende muchas cuestiones porque está angustiada, la situación la sobrepasa, emocionalmente no está bien y, en lugar de recibir una cuestión y contención clara por parte de la Justicia, es juzgada”.
Sobre la falta de acompañamiento institucional, expresó que “nos juzgan como que estamos viviendo esta situación porque ‘algo habremos hecho’ o ‘vos estás acá porque algo hiciste, o alguna falencia tuviste para estar en esta instancia judicial’”.

Críticas a la revictimización

Otra integrante del grupo que se manifestó de manera pacífica, quien aclaró que las presentes se convocaron de manera espontánea y sin la representación de ninguna institución o espacio determinado, sostuvo que “hace dos años que padezco esta situación y que estoy judicializada; he pasado por distintas comisarías, porque se han mudado (en relación a la Comisaría de la Mujer), y el accionar ha ido mejorando, en función a que ha cambiado la comisaria, las chicas están más instruidas y tienen más empatía con la víctima; cuando las personas van a denunciar, no se presentan los hombres, ya que en otro momento se presentaban ambos y tenían que retirar a alguno de los dos por alguna salida no habilitada; pero con los años, ello ha mejorado”.
Sin embargo, criticó “tanto a los abogados públicos como a los privados, porque se ha convertido, la violencia de género, en una cuestión económica; no puede ser que cuesta 25 mil pesos hacer una denuncia por violencia, y 13 mil pesos otra acción que tenga que ver con un abogado privado; y para los públicos, es como que una es ‘una más’”.

“No hay predisposición de la Justicia”

En otro orden, una de las víctimas se refirió al incremento de denuncias realizadas: “Nosotras tenemos una idea muy formada, que es que generalmente, lo que sucede con estos casos de violencia es que hay que atacar de raíz el problema y obligar a la otra parte, o sea a la persona violenta, a que cumpla un tratamiento psicológico y asista a los grupos de reflexión; entonces, aquél agresor que dejó una pareja que dejó toda una familia violentada, después sale de ese círculo familiar, pero forma otro y la violencia sigue”.
Consecuentemente, “estamos viendo de que las medidas sean un poco más severas, ya que la verdad es que los agresores saben que pueden hacer lo que quieren, y desde la Justicia tampoco hay una predisposición de meter preso, por ejemplo, al que viole una prohibición de acercamiento, por lo que vuelven a cometerlo; no se ven medidas severas en ese sentido, por lo que constantemente vivimos con este estado de inseguridad y vulnerabilidad”.

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