Por Lazarillo de Tormes

Un fenómeno muy particular que ocurre en Argentina desde tiempos remotos es que la discusión social se traslada, de ciudadano a ciudadano, a través del discurso político de aquellos sectores a través de los cuales emisor y receptor se sienten representados.
Esto explica por qué existen los “pro” y los “anti”, y por qué durante los debates, ya sean estos delante de una cámara o en la mesa familiar durante la cena, se habla desde la afinidad, por ejemplo, a Cristina Fernández o a Mauricio Macri.
Sin embargo, cuando la realidad comienza a mover los pistones de la economía y la coyuntura empieza a hacer escollos en el bolsillo de la gente, el poder decorativo del discurso (mensaje recibido) se traduce a la naturaleza visceral del mensaje (mensaje enviado).
La ciudad de Puerto Madryn ha sido testigo, en más de una ocasión, de la voz de la comunidad a través de diferentes hechos, principalmente lamentables como homicidios, abusos sexuales o bien el propio eco de reclamos nacionales con su correlato a nivel local.

Sin banderas, pero sosteniendo el mástil

En este capítulo de la historia de la ciudad del Golfo, pudo verse en los últimos días un reclamo casi unificado por parte de diferentes sectores, de cara a una reciente propuesta para que la tarifa de servicios públicos se incremente en relación a la variación publicada por el Indec en su Índice de Precios al Consumidor, de carácter trimestral.
Distintos gremios, agrupados bajo la vieja-nueva CGT del Valle, se sumaron a un sector del justicialismo y a la misma Cámara de Comercio, con el objetivo de poner en tela de análisis la propuesta de lo que calificaron como un incremento imposible de aplicar, en un contexto de crisis económica como el que atraviesa la provincia.
Ya sin banderías políticas, la sintonía y la sinergia en el pedido escapan a las diferencias partidarias, y lo cierto es que, en un escenario de “ajuste” a nivel nacional, regional, provincial y local, muchos son los que no quieren quedar “pegados” bajo la etiqueta de la responsabilidad “por acción u omisión” de haber representado o no los intereses del pueblo.

Sin interlocutores

Uno de los dirigentes que “recogió el guante” de los reclamos populares fue, precisamente, el intendente de la ciudad portuaria, Ricardo Sastre, quien impulsó la conformación de una “mesa política” integrada por diferentes jefes comunales, de cara a facilitar los canales de diálogo entre el Gobierno Provincial y los distintos sectores.
Esto último fue algo a lo que el mandatario local varias veces hizo referencia, a la necesidad de involucrar a todos los sectores en la discusión, teniendo en cuenta lo apremiante de la crisis económica y la urgencia en debatir cuestiones que, incluso, escapan al plano madrynense.

Exigiendo “que se pongan las pilas”

Aquél “tendido de puentes” entre el Gobierno Nacional ya había sido realizado por Sastre meses atrás, cuando encabezó el pedido de distintos jefes comunales en cuanto a obras de infraestructura, política energética y la tan esquivada por muchos “discusión minera”; todo ello, con una fuerte “pata madrynense” en el Ministerio del Interior de la Nación, producto de una relación que se fue construyendo no tanto por la afinidad política, dado que ideológicamente existe una importante diferencia, sino tal vez por la continuidad de reclamos para que el Gobierno Nacional “ponga la firma” en distintos proyectos que generarían fuentes de empleo y un mejor acondicionamiento de la ciudad.

Canalizadores

La postal que describe Puerto Madryn actualmente, con la manifestación de los reclamos de casi todos los sectores, parecería ya estar alejada de los espacios políticos y sindicales convencionales, para estar en boca de los propios trabajadores y la ciudadanía; tal vez porque ésta no se habría sentido representada en más de una ocasión, o bien porque vale más el mensaje que sale de la propia boca del ciudadano, que el que es replicado por los espacios que se disputan la razón sobre la realidad, la cual en definitiva es una sola.
Algunos dirigentes, como ha sido el caso del Jefe Municipal, evidentemente han sabido captar ese mensaje y, tal vez con más urgencia de resolver problemas que de posicionarse políticamente, se han hecho eco de tales problemáticas, “dejando las candidaturas a un lado”; una señal de acercamiento con la comunidad y, tal vez sin quererlo, un punto a favor en el ámbito político.