EL GOBIERNO DENUNCIA A GREMIALISTAS, PROFUNDIZA LA BRECHA Y QUEBRANTA LA MESA SINDICAL EN CHUBUT. MACRI ARREMETE CONTRA PALAZZO DESAFÍA A LOS GREMIOS

¿Nafta al fuego?

Por Karina Cecuk

La denuncia penal del Gobierno provincial contra tres sindicalistas profundiza la brecha con los gremios, y al mismo tiempo quebranta la Mesa de Unidad Sindical. Este lunes el secretario de Seguridad, Federico Massoni, presentó en la Fiscalía de Rawson, una denuncia contra los dirigentes sindicales que se enfrentaron con la Policía durante la movilización de estatales el pasado 5 de abril ante la Casa de Gobierno, que dejó el saldo de un comisario fallecido y otros efectivos lesionados.
Con esta acción el Ejecutivo de Chubut envía un mensaje peligroso, y aleja la posibilidad de diálogo con las organizaciones gremiales que representan a los estatales, toda vez que, si los trabajadores vuelven a salir a la calle a reclamar, deberán elegir nuevos interlocutores, porque nadie puede imaginar a los dirigentes denunciados ingresando con un petitorio en la mano por la puerta de Fontana 50.
No hay dudas que desde algunos sectores se profundizarán las medidas de acción directa, responsabilizando al Gobierno de cualquier incidente, pero está claro que no todos quieren ser parte de un escenario de disturbios, porque en esa circunstancia nadie gana. No es menos cierto que la denuncia contra dirigentes sindicales, no será tomada a la ligera por los sectores más reaccionarios, aquellos gremios que integran la Mesa de Unidad Sindical, que no necesariamente nuclean a trabajadores estatales.

Desacuerdo sindical

Los acontecimientos del 5 de abril abrieron más de una brecha, lo que quedó evidenciado en la decisión del SOyEAP (Sindicato de Obreros y Empleados de la Administración Pública), que ese mismo día comunicó su retiro de la Mesa Sindical, repudiando los hechos que se desencadenaron en la marcha, responsabilizando no sólo al Gobierno Provincial “por la constante provocación”, sino también a un sector de la Dirigencia Sindical que “respondieron a las mismas con actitudes violentas, pasando por encima de todos los acuerdos sellados por la Mesa de Unidad Sindical”, sentenciaron desde la Comisión Directiva de esa organización.
Desde el pasado jueves, otras organizaciones evalúan el costo-beneficio que implica ser parte de esa Mesa Sindical, sabedores que desde el principio el Gobierno ha buscado desarticularla, y es evidente que desde su conformación no han logrado torcer el brazo al Ejecutivo provincial. Más aún el protagonismo de algunos dirigentes sindicales en el enfrentamiento del 5 de abril, que ahora han sido denunciados, desvirtúa la lucha y los vuelve funcionales a intereses adversos a los trabajadores.
Algunos dirigentes sindicales que ya no se cuecen en un hervor, no están dispuestos a ser cómplices silenciosos de partidismos u otras motivaciones que pongan en riesgo el objetivo de fondo que es lograr que el Ejecutivo habilite un verdadero diálogo con los gremios y brinde respuestas a las demandas.
Así las cosas, el Gobierno provincial demoniza a la dirigencia sindical, y si es necesario no dudará en victimizarse porque lo que buscan es ganar tiempo para profundizar las medidas de ajuste que se han diseñado con el fin de achicar el Estado, y seguir dilatando cualquier posibilidad de discusión paritaria.
El disciplinamiento a la dirigencia sindical tiene su origen en La Rosada, y va ganando adeptos en todo el territorio nacional, y Chubut no es la excepción, puesto que el gobernador Arcioni y particularmente el ministro Sergio Mammarelli han manifestado públicamente su rechazo a lo que consideran, acciones extorsivas. Esta será una semana de reordenamiento interno en todos los frentes.

Macri quiere quebrar a Palazzo

Como un mensaje a todo el sindicalismo, Macri quiere quebrar a Palazzo, puesto que al menos cinco bancos quieren mejorar la paritaria ante la sucesión de paros, pero el Gobierno se niega.
La decisión del ministro Jorge Triaca de comenzar a pagar el aumento del 7% a los bancarios, lejos de aflojar el conflicto, lo recrudeció y desde La Bancaria ya anunciaron que concretarán un nuevo paro de 48 horas. Los trabajadores rechazaron el 15% sin cláusula gatillo.
«El lunes o martes de seguro habrá una nueva audiencia en la cartera de Trabajo. Si la negociación no avanza o no se define se anunciará otra medida de fuerza de 48 horas», anticipó la semana anterior el jefe de la Bancaria, quien acusó a las patronales de sentirse «envalentonadas» porque «encontraron paño en la política del gobierno».
La negociación la supervisa de manera directa Mario Quintana, que obligó a Triaca a plantarse en un 15% en dos tramos, que en realidad es un 12% anual. Macri ordenó que incluso le saquen al gremio el aporte sindical compulsivo.
La referencia no es casual. Palazzo sabe que Macri lo eligió como un símbolo para disciplinar al sindicalismo. Es que el bancario no sólo se alineó políticamente con Cristina Kirchner y hasta habría contribuido con unos 12 millones de pesos a su campaña a senadora, sino que además selló una alianza sindical con Hugo Moyano, otro de los enemigos del presidente.
Las negociaciones que habían comenzado con una oferta del 9% de parte de los banqueros pronto desembocaron en el conflicto de febrero. Pasada la instancia de conciliación obligatoria, la propuesta se elevó al 15% sin cláusula gatillo y en dos cuotas no acumulativas, lo que los bancarios denuncian que se terminaría ubicando en una recomposición salarial del orden del 10,3% y en el mercado dicen que sería un 12%, de cualquier manera muy bajo frente a una inflación que el último REM estimó en 20,3%. «Hay más voluntad de arreglo de las patronales que del Gobierno, a los banqueros no les interesa un conflicto», aseguraron fuentes gremiales.
Según versiones que se conocieron la semana anterior, al menos cinco bancos importantes intentaron flexibilizar la propuesta para llegar a un acuerdo, pero se chocaron con la dureza de la Casa Rosada, que expresa Mario Quintana, quien en la intimidad reconoce que la línea que impone Macri es «una bestialidad».

Negociación contrarreloj

En abril el calendario de pagos de jubilados comienza hoy y el conflicto, que de momento solo ha significado complicaciones menores en el pago de salarios a principio de mes, podría interrumpir el cronograma de pagos a los jubilados.
El conflicto se monta sobre otra pelea previa que cruza al sector, que es la decisión de María Eugenia Vidal de cortar las jubilaciones más altas del Banco Provincia, que llegan a 150 mil pesos y debe financiar la provincia con recursos del Tesoro bonaerense.
Esa pelea tiene virtualmente sitiada a la gobernadora Vidal hace 115 días, imposibilitada de usar las instalaciones del microcentro de la torre del Banco Provincia, donde históricamente funcionaba la cúpula de la administración bonaerense, sobre todo desde la gestión de Daniel Scioli, una tendencia que Cambiemos mantuvo.
Esta situación obligó a Vidal a despachar desde la mucho menos confortable Casa de la provincia de la avenida Callao. El conflicto se puso muy áspero e incluyo denuncias contra el presidente del Bapro, Juan Curutchet y acusaciones a la gremial interna de falsificar una firma de la propia, gobernadora Vidal.

Tiempo de definiciones

Si bien hay al menos cinco frentes sindicales que pulsean por el control de la CGT, la elección del nuevo jefe de la central obrera no se definirá mediante el voto de los congresales de cada gremio confederado. Se forzará a un candidato de consenso o se mantendrá la atomización.
Héctor Daer, uno de los integrantes del triunvirato, es uno de los favoritos para quedarse en soledad con el sillón de mando. El líder del gremio de la Sanidad de Buenos Aires es el referente del bastión de «los Gordos» (grandes gremios de servicios), uno de los sectores sindicales con mejor diálogo con la Casa Rosada.
El triunvirato de mando que integran Daer, Juan Carlos Schmid (dragado y balizamiento) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), se ha quebrantado y así se evidenció en la reunión del jueves último, aunque dilatarían su reconstrucción hasta julio o agosto en busca de acuerdos entre los diferentes sectores en disputa para forzar un liderazgo por consenso.
La crisis de la dirigencia sindical no sólo se observa a nivel nacional, por ello cada vez más organizaciones evalúan cambios. En Chubut ya se está gestando una nueva Mesa Sindical con anclaje en Puerto Madryn.
Fuentes: LPO, Télam, Propias

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